La lucha contra la fiebre aftosa es una batalla constante en la ganadería argentina, y este año no ha sido la excepción. En una entrevista con Adalberto Rossi en el programa “Cátedra Avícola & Agropecuaria”, Héctor Reniero, presidente de la Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa (Fucofa), proporcionó una visión detallada sobre la campaña de vacunación y los desafíos actuales que enfrenta el sector ganadero en Entre Ríos.
Reniero explicó que la campaña de vacunación de este año comenzó el 11 de marzo y se extendió por 60 días, con una prórroga de tres semanas debido a condiciones climáticas adversas. Durante esta primera campaña se vacunó a la totalidad del ganado, incluyendo vacas, terneros, toros y novillos. La segunda campaña, que comenzará en octubre, tendrá una modificación importante: se dejará de vacunar a los novillos, ya que estos animales generalmente están destinados a faena y han recibido suficientes dosis para estar inmunizados.
Uno de los aspectos más preocupantes de esta campaña fue una leve disminución en el número de animales vacunados en comparación con años anteriores. Se vacunaron aproximadamente 4,34 millones de cabezas, una disminución de 200,000 cabezas, lo que Reniero atribuye a las pérdidas causadas por la sequía. Esta situación subraya la importancia de mantener un control riguroso y constante sobre la población ganadera para prevenir brotes de fiebre aftosa.
El precio de la vacuna fue otro tema de discusión. Hubo cierto descontento entre los productores debido a la importación de vacunas más económicas desde Brasil, las cuales contienen solo dos cepas en comparación con las cuatro cepas que utilizan las vacunas nacionales. A pesar de las preocupaciones iniciales, Fucofa logró negociar con los laboratorios para asegurar un suministro adecuado de vacunas de alta calidad, manteniendo así la eficacia de la campaña.
Además de la fiebre aftosa, Reniero abordó la problemática de la garrapata, una plaga que ha cobrado protagonismo en el norte de Entre Ríos. La proximidad a una provincia que ha abandonado la lucha contra la garrapata ha exacerbado la situación, y la sequía ha obligado a muchos productores a desviar recursos de los tratamientos contra la garrapata para salvar su ganado. Actualmente, se estima que más de 600 establecimientos en la provincia están afectados por esta plaga.
Reniero enfatizó la importancia de la cooperación entre productores y autoridades para controlar la garrapata. La Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa proporciona apoyo y asesoramiento, pero depende de los productores informar sobre los brotes para evitar la propagación a campos vecinos. Un tratamiento adecuado y supervisado por veterinarios es crucial para erradicar la garrapata de manera efectiva.
La resistencia de la garrapata a los medicamentos tradicionales es otro desafío significativo. Reniero señaló que el uso indebido de medicamentos por parte de algunos productores ha contribuido a esta resistencia. Por ello, es esencial realizar tratamientos adecuados y bajo la supervisión de profesionales para asegurar su eficacia y evitar gastos innecesarios.
El impacto del clima también fue un tema central en la entrevista. La sequía y las posteriores inundaciones han afectado la logística y el estado de los caminos, dificultando el transporte del ganado. Según los pronósticos, se espera que la primavera traiga lluvias, lo cual podría mejorar la situación, aunque Reniero advirtió que es importante estar preparados para cualquier eventualidad.
A pesar de los desafíos, Reniero se mostró optimista sobre el futuro de la ganadería en Entre Ríos. La colaboración entre productores, autoridades y organizaciones como Fucofa es fundamental para enfrentar y superar estos obstáculos. La campaña de vacunación y las medidas contra la garrapata son ejemplos de cómo el sector está trabajando para asegurar la salud y productividad del ganado en la provincia.
En conclusión, la entrevista con Héctor Reniero destacó los esfuerzos continuos y las estrategias implementadas para combatir la fiebre aftosa y la garrapata en Entre Ríos. A través de campañas de vacunación rigurosas, cooperación entre productores y autoridades, y una vigilancia constante, el sector ganadero de la provincia busca no solo mantener sino también mejorar la salud y calidad de su ganado, asegurando así un futuro próspero y sostenible para la industria.