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    EP24: Pollolín – Desafíos y soluciones Innovadoras en la producción avícola en la Patagonia

    En este bloque exploramos el complejo productivo de Pollolín en Mainqué, provincia de Río Negro. En esta ocasión, conversamos con Pedro Chiodini, Médico Veterinario y Responsable de la Sanidad de Pollolín, y Fabián Maionchi, Gerente General de la compañía. A través de sus testimonios, descubrimos los desafíos únicos de producir en un clima extremo y las soluciones innovadoras implementadas para asegurar la eficiencia y calidad en la producción avícola.

    Clima extremo y producción controlada

    La producción avícola en la Patagonia presenta retos significativos debido a las condiciones climáticas extremas. En Mainqué, donde las temperaturas pueden descender a tres grados bajo cero, la gestión de los galpones requiere un equilibrio delicado entre ventilación y calefacción. “Ventilar un galpón y calefaccionarlo a la vez es algo súper complicado,” comenta Chiodini, destacando el consumo elevado de gas y otros costos asociados. Sin embargo, el clima seco de la región también presenta ventajas, como la reducción de la humedad, lo que ayuda a prevenir ciertas enfermedades.

    Pollolín cuenta con diez galpones en este complejo, cada uno con capacidad para 22,000 a 23,000 pollos. La producción se maneja de manera intercalada, con ingresos de pollitos cada tres días. La genética utilizada es Cobb, una de las más reconocidas en la industria avícola.

    Bioseguridad y manejo de granjas

    La bioseguridad es un aspecto crucial en la gestión de Pollolín, especialmente a raíz de la gripe aviar que afectó al país. “No hay cruces entre una granja y otra,” asegura Chiodini, explicando que cada granja cuenta con su propio encargado y personal único para evitar cualquier riesgo de contaminación cruzada. Este enfoque estricto de bioseguridad incluye un plan sanitario que cubre el 100% de los pollos con vacunas de alta calidad proporcionadas por CEVA.

    Chiodini también menciona que su rol implica visitas frecuentes a las granjas para realizar controles y tomar muestras, asegurando que se mantengan los estándares de salud y producción. “Siempre pensando en hacer un paneo general de cómo estamos para actuar sobre eso y no llegar tarde al problema,” destaca.

    Forestación: bioseguridad y sostenibilidad

    Fabián Maionchi, por su parte, nos lleva a conocer una granja especial en la barra noreste de Cipolletti, donde Pollolín ha implementado un proyecto de forestación con álamos y sauces. Esta iniciativa no solo ayuda a mitigar el calor extremo del verano, sino que también contribuye a la sostenibilidad y la bioseguridad de la producción. “Mi padre fue siempre un enamorado de álamos y tiene álamos en distintas granjas y chacras desde hace 40 años,” comenta Maionchi.

    El proyecto incluye 320 hectáreas de álamos y un bloque de 40 hectáreas de sauces, regados con agua de lagunas. La madera cosechada se utiliza para las camas de los pollos, creando un ciclo sostenible que también mejora la oxigenación del ambiente. “Sabemos que cuanto mejores son las condiciones que tiene el pollo, es mejor el producto que se genera,” añade Maionchi, subrayando el impacto positivo de estas prácticas en la calidad del producto final.

    La visita a Pollolín revela cómo la empresa ha adaptado sus prácticas para enfrentar los desafíos únicos de la producción avícola en la Patagonia. A través de una combinación de tecnología de avanzada, estrictos protocolos de bioseguridad y proyectos de sostenibilidad innovadores, Pollolín se posiciona como un líder en la región patagónica. La dedicación y el compromiso del equipo, desde la sanidad hasta la gestión general, aseguran que la empresa no solo sobreviva, sino que prospere en uno de los entornos más desafiantes del mundo.