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    La colza gana terreno: ALZ Agro apuesta a la diversificación con innovación genética

    Con nuevas variedades y un modelo comercial transparente, la empresa busca consolidar esta oleaginosa como alternativa estratégica al trigo.

    En un contexto donde las exigencias del mercado y los desafíos agronómicos obligan a repensar las rotaciones de cultivos, ALZ Agro redobla su apuesta por la innovación y presenta dos nuevos híbridos de colza como una alternativa superadora al trigo y otros cultivos invernales. Así lo aseguró el Ing. Alejandro Savage, Director de Nutrientes de la compañía, durante una entrevista en Cátedra Avícola & Agropecuaria.

    Lanzamos dos híbridos invernales de ciclo largo que tienen un potencial de hasta 4500 kilos por hectárea”, explicó Savage, destacando que las variedades Musica y Lidaniza provienen de genética francesa y ofrecen rendimientos superiores a cultivos como carinata o camelina, posicionando a la colza como una opción rentable y sostenible.

    Una de las principales novedades que acompaña esta apuesta es el modelo comercial desarrollado en alianza con la exportadora Bunge. “El contrato contempla un destino industrial muy atractivo: el aceite de colza se exportará para la producción de biocombustible de aviación”, detalló el ingeniero. Este creciente nicho de mercado representa una oportunidad para los productores que buscan previsibilidad y transparencia: “El precio de la colza se referencia con la pizarra Matif, actualizada diariamente, lo que permite a los productores seguir la cotización de forma clara y confiable”.

    Pero más allá del aspecto comercial, el cultivo de colza presenta ventajas agronómicas clave. Savage subrayó su valor en la rotación agrícola, especialmente en zonas de siembra directa prolongada. “Tiene un sistema radicular que actúa como un subsolador natural, rompiendo capas compactadas y dejando el suelo en excelente estado para el siguiente cultivo”, indicó. La rotación colza-maíz, por ejemplo, ofrece márgenes brutos significativamente superiores al clásico esquema trigo-soja.

    En cuanto a la adopción por parte de los productores, Savage fue optimista. Si bien reconoció que el cultivo todavía ocupa una superficie reducida, confía en su rápida expansión. “El productor argentino es un tomador de tecnología cuando ve rentabilidad y certidumbre. Puede que en el primer año siembre 50 hectáreas para probar, pero si el resultado es bueno, sabemos que escala”, afirmó.

    El compromiso de ALZ Agro no se detiene en la oferta de semillas. Savage remarcó el acompañamiento técnico como parte fundamental del proyecto: “Estamos cerca del productor desde la siembra hasta la cosecha, ayudándolo en cada etapa”.

    Con esta iniciativa, ALZ Agro reafirma su rol como actor innovador en el agro argentino, promoviendo cultivos que no solo mejoran los márgenes productivos, sino que también contribuyen a una agricultura más sustentable y alineada con las nuevas demandas del mercado global.