La suspensión de la resolución 180 que intentaba levantar la histórica barrera sanitaria del Río Colorado hacia el sur generó un fuerte debate en el sector agropecuario de la Patagonia. César Guatti, representante de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz, dialogó con Cátedra Avícola & Agropecuaria y explicó los pasos dados tras la suspensión por 90 días: “Se conformó una mesa de diálogo con las cinco provincias patagónicas, la Secretaría de Agricultura, el SENASA y la Mesa de Enlace Nacional. Y se confirmó una nueva reunión para el 15 de mayo donde los productores vamos a exponer nuestra postura en primera persona”.
En este contexto, el representante patagónico advirtió sobre los efectos inmediatos que la incertidumbre ya provocó: “La suspensión y posterior duda generaron pérdidas estimadas en más de 50 millones de dólares, principalmente en el sector bovino, afectando la zafra de terneros en un momento clave”. Según explicó, la falta de precios claros y la caída en la compraventa fueron consecuencias directas del anuncio inconsulto.
Consultado sobre la posibilidad real de alcanzar una Argentina libre de aftosa sin vacunación, Guatti se mostró optimista: “En tres a cinco años se podría lograr, si se arma un plan técnico y político serio. Es un tiempo corto a escala país”. Sin embargo, alertó sobre la necesidad de un proceso gradual y cuidadoso para no repetir errores como los de 1999, cuando una eliminación prematura de la vacunación provocó un brote de aftosa.
Respecto a la próxima reunión con las autoridades nacionales, Guatti destacó la importancia del diálogo: “Sentimos que nos están escuchando. El secretario de Agricultura se mostró dispuesto a revisar la resolución. Lo fundamental es avanzar en un plan consensuado entre los gobiernos provinciales, SENASA y los productores”.
Finalmente, consultado sobre las perspectivas climáticas para el invierno en la región, advirtió sobre la necesidad de estar preparados: “El cambio climático nos está enseñando que pueden venir inviernos benignos seguidos de eventos muy crudos. No debemos acostumbrarnos a los años buenos, sino estar siempre listos para emergencias”.
La voz de los productores patagónicos se escucha fuerte y clara: la defensa de la barrera sanitaria no es un capricho, sino una estrategia para mantener mercados, proteger la producción local y consolidar un modelo sanitario que podría servir de ejemplo para toda la Argentina.