Avanza en un proyecto que podría impulsar inversiones por USD 27.000 mil millones en los próximos 4 a 8 años y generar USD 20.000 millones anuales en exportaciones de carne de cerdo y sus derivados, convirtiendo a Argentina en uno de los principales productores a nivel mundial.
Por la crisis de la Peste Porcina Africana, las grandes empresas chinas productoras de cerdos están interesadas en invertir en nuestro país en asociación con productores nacionales para desarrollar la industria porcina y abastecer a su mercado, gracias a las condiciones que tiene Argentina en materia de recursos, insumos y condición sanitaria, con la certeza de que la erradicación de la enfermedad les podría demandar más de 10 años.
El proyecto para el desarrollo de la producción porcina en Argentina y la exportación a China y otros países de Asia es producto de un trabajo conjunto entre varios eslabones de la cadena de valor entre los que se destacan la Asociación Argentina de Productores de Porcinos y Biogénesis Bagó, compañía argentina líder en sanidad animal con fuerte presencia en China y el sudeste asiático.
“Frente a la crítica situación que está viviendo China y la cercanía de Biogénesis Bagó con los principales productores de cerdo de ese país, surgió la posibilidad de acercar a las partes para trabajar en una asociación binacional para pasar de una producción de 6 a 100 millones de cerdos en un período de 5 a 8 años”, destacó Esteban Turic, CEO de esta empresa y, quien lideró durante 4 años la filial de la compañía en Asia con base en Shanghai.
Esta iniciativa, que además ya cuenta con el apoyo del sector público, podría convertirse en un proyecto estratégico que permita generar más de 100 mil puestos de trabajo en forma directa y un dinamismo en la economía desde el mismo momento en que se comience a construir la primera unidad de producción integrada, destinada a la cría, engorde y faena de los cerdos que serán demandados por el mercado chino.
Tanto el sector productivo chino como los organismos de financiación de proyectos internacionales de ese país, están dispuestos a financiar la construcción de las unidades productivas de escala intermedia a grande en diferentes provincias las cuales requieren montos de inversión de entre 100 y 150 millones de dólares cada una.
Y lo más importante es que estas granjas nuevas o ampliaciones de granjas existentes se realizarían en asociación con productores locales, facilitando un desarrollo industrial que permitiría agregar valor a los millones de toneladas de cereal, que hoy producimos y exportamos, para transformarlo en carne de cerdo que es un producto de mayor valor (alimento para las personas y no alimento para los animales).
Turic destacó además: “Pocos países en el mundo tienen el potencial y las condiciones para aumentar su producción de carne de cerdo a gran escala y de manera competitiva. Argentina es uno de ellos y cuenta con los recursos necesarios para hacerlo de manera muy eficiente y sustentable.” El proyecto tiene proyección federal, ya que puede desarrollarse en cualquier provincia que tenga acceso a maíz y soja, que son los principales insumos para la producción de cerdos, generando un dinamismo de las economías regionales y exportaciones anuales por 9 millones de toneladas de cerdo cuando el proyecto alcance su madurez.
Desde la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, su presidente, Lisando Culasso resaltó: “es una gran oportunidad para el país. Argentina es uno de los mejores lugares del mundo para producir cerdos por su status sanitario y por la disponibilidad de maíz, soja y agua. Aquí se puede llegar a producir 4000 kgs de cerdo por madre por año. Los sistemas de producción moderna logran sus mejores resultados en granjas productoras de lechones de gran escala y engorde de baja escala.
Estos esquemas productivos promueven la radicación de familias rurales en el campo, en todas las provincias argentinas.” Por su parte, Juan Pablo Cerini, vicepresidente de la Cámara de Productores de Porcinos de Entre Ríos remarcó: “Para la producción de cerdos, cuánto más lejos de los puertos y de los centros urbanos, mejor, ya que esto contribuye a mantener el status sanitario de una granja y hace más eficiente el agregado de valor del grano en origen al reducir los costos de flete”.