Cobb Vantres realizó su primer evento de negocios regional y eligió a la Argentina como punto de encuentro. Allí los productores más importantes de latinoamérica se reunieron para conocer la visión de quienes dirigen la compañía de genética más importante a nivel global.
El Director General de Cobb-Vantres Brasil para América del Sur, Jairo Arenázio, conoce como pocos a la industria avícola latinoamericana.
De paso por Argentina, con motivo de celebrar el primer encuentro regional de la compañía fuera de Brasil, tuvimos la oportunidad de conversar con él para conocer su visión del negocio de cara a los próximos años. “Nosotros conocemos muy bien el potencial que poseé América del Sur, hoy vemos que se está viviendo un momento muy importante.
En los últimos años, vemos una evolución donde, poco a poco, los países tienden a independizarse de un movimiento de izquierda para ir hacia la centro-derecha, y eso trae una motivación muy grande a nivel empresarial”, señala el directivo al comenzar la charla. Actualmente, la filial sudamericana de Cobb-Vantres está establecida en Brasil, y desde allí operan cuatro unidades de negocio: Cobb Argentina, Cobb Perú, Cobb Colombia y Cobb Venezuela; desde estos puntos distribuyen sus productos a toda América del Sur y también los exportan a Europa y Asia.
“Desde Cobb estamos seguros que este momento es muy oportuno, porque el agro-negocio de América del Sur tiende a consolidarse. Nuestro primer evento de Bussiness en América del Sur, hemos decidido realizarlo en Argentina y estamos muy felices por todo lo que hicimos durante el mismo con clientes de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Bolivia, Brasil, Argentina y también de Chile.
En este encuentro representamos toda América del Sur. Por eso digo que este es el momento de mostrar al mundo que el negocio en América del Sur va a jugar fuerte el juego de abastecimiento, y vamos a ser los principales proveedores de alimento para todo el mundo en los próximos años”, asegura con una gran dosis de optimismo la cabeza de Cobb Vantres en América del Sur.
Ahora bien, si bien es cierto que América del Sur está destinada a ser uno de los principales productores y proveedores de alimentos para el mundo, entre otras razones, por la existencia de una generosa cantidad de agua, extensas superficies cultivables y por contar con un excelente clima, no es menos cierto que estamos dentro de un contexto donde los consumidores son cada vez más exigentes a la hora de comprar los alimentos que van a consumir.
¿Cómo enfrenta Cobb este nuevo escenario del consumidor?
Nosotros sabemos que existen muchos mitos… El primer mito que conseguimos derribar fue el del colesterol en el huevo.
Todos sabemos, porque está científicamente comprobado, que la yema del huevo tiene una alta tasa de colesterol, pero también sabemos que ese colesterol es para alimentar al embrión que se desarrolla dentro del huevo por la propia naturaleza del sistema.
Hoy sabemos que ese colesterol, a partir del momento que una persona ingiere el huevo, deja de ser colesterol, y ya no representa ningún problema para la salud humana. Otro mito importante es el de los antibióticos y las hormonas en el pollo.
De las hormonas podemos decir que no existe ninguna hormona que sea utilizada en la producción de pollo por varios factores: primero porque cualquier hormona necesita entre 60 y 80 días para tener efecto en el cuerpo de un animal, y nosotros faenamos nuestros pollos a los 42 días. En segundo lugar, porque la hormona tiene que ser administrada por vía muscular, y no hay forma de aplicar una hormona en un plantel de 200, 300 o 400 mil aves… no se puede practicar el uso de hormonas en planteles de pollos.
Estos y varios factores más, nos indican y dejan caer por tierra, que realmente no existe la posibilidad de usar hormonas en la producción de pollos. Respecto del uso de antibióticos en la producción animal, actualmente existe también una tendencia a nivel mundial, una moda, que dice que nosotros tenemos que usar cada vez menos antibióticos, para evitar que se genere resistencia al uso de antibióticos para humanos.
Pero lo cierto es que nosotros, en la producción avícola, usamos cada vez menos antibióticos por una sencilla razón de costos, en primer lugar, y además porque hoy por hoy, existen empresas muy bien preparadas para producir productos sin uso de antibióticos. Las empresas que producen ABF (Antibiótic Free), que se proponen escribir en sus rótulos, en sus marcas, que son productos realmente ABF, están comprometiendo a toda la cadena a no usar antibióticos. Nosotros, en Cobb, no usamos antibióticos en nuestra cadena desde 2017.
EL POLLO DEL FUTURO
Cobb-Vantres trabaja muy fuerte en la selección de un animal cada vez más rústico, que pueda adaptarse principalmente a las condiciones tropicales en donde está el gran desarrollo de la avicultura mundial, es decir, América del Sur y Asia del Pacífico.
“Cada año que pasa seleccionamos animales para ser económicamente más competitivos, pero también tenemos que seleccionar animales que se adapten a las condiciones ambientales de cada continente.
Hoy, y siempre, Cobb es el líder del mercado. En la actualidad, existen sólo dos compañías en el mundo que trabajan honesta e íntegramente con genética en aves, y nosotros no tenemos dudas de que Cobb siempre será la líder. ¿Por qué? Porque nosotros trabajamos para un grupo empresarial muy grande.
Somos avicultores por trascendencia y sabemos desde hace más de 100 años, que nuestro negocio siempre se basó en hacer un producto comprometido con las tendencias, con las necesidades del mercado. Todo nuestro trabajo apunta a atender correctamente al mercado. Todo nuestro marketing focalizado en el mercado, en escuchar sus necesidades”, sostiene Arenázio.
Cobb hizo un cambio muy grande, 16 años atrás (2003), cuando definió que el Departamento de Genética iba a estar dentro de la compañía. “En 2003 vimos que nosotros teníamos que poner nuestra gente en el campo analizando las necesidades y expectativas del mercado. Hoy, nuestra gente mantiene un contacto directo con nuestros clientes y traen a la compañía la información necesaria para que nuestro departamento de genética pueda trabajar y desarrollar el producto del futuro”, advierte Jairo Arenázio.
Es sabido que el tiempo que demanda cada investigación es realmente importante, ya que los recursos económicos necesarios para llevar adelante cada instancia son, generalmente, muy abultados. Y esa investigación puede llevar algunos meses o muchos años… En Cobb-Vantres han adoptado un sistema muy operacional, muy sencillo, que denominaron CAM.
Es un sistema de información interna de la compañía en donde todos los meses los empleados que están en contacto directo con el mercado, tienen que volcar información en este sistema, y esa información va directamente ligada al centro de inteligencia de la compañía.
Ese centro de inteligencia analiza toda la información que llega desde todos los puntos del mundo donde opera Cobb, lo envía al Departamento de Investigación y Desarrollo de Cobb, de Genética de Cobb, para interpretar cuáles son las tendencias, dónde está la necesidad o qué está cambiando en el mundo”, comenta Arenázio.
Claramente, este sistema es muy dinámico. “Una vez por mes se recibe esa información, un reporte de todo lo que está pasando en nuestra cadena de América del Sur, donde nosotros importamos todos los datos –no solamente informaciones subjetivas–, para que el Departamento de Investigación y Desarrollo de Cobb, Departamento de Genética, pueda pensar en los próximos 10 años. El Departamento de Genética de Cobb trabaja –siempre– mirando hacia los próximos 10 años”, afirma Arenázio.
Al consultarle respecto de hasta cuánto o hasta dónde podemos esperar que la genética siga avanzando, el Director General de Cobb-Vantres para Sudamérica, responde: “tengo 33 años en avicultura, y hace 24 años que trabajo en Cobb y siempre nuestros clientes nos hacen la misma pregunta: «¿dónde va a parar esto?». Históricamente, todos los años, Cobb lleva al mercado un producto nuevo.
Para tener una idea, un producto de 45 a 46 gramos más de ganancia de progreso genético. O sea, todos los años bajamos un día de tiempo de crianza del pollo al campo. Hoy, después de tantos años, estamos entregando más de 65 gramos de ganancia diaria. Es decir que, cuando se pensaba que iba para atrás, nosotros en los últimos 5 años estábamos avanzando, al revés, de entregar un producto de 45 gramos mejor por año de ganancia de progreso genético, estamos entregando un producto ahora de 65, 67 gramos de ganancia genética por año. Entonces esto muestra que esto es un tema ilimitado”, aclara Arenázio.
Y agrega: “si nosotros le preguntamos a nuestros genetistas, ¡ni ellos saben cuando va a parar esto…! Lo que pensamos es que en un momento dado, en los próximos 5, 6 o 7 años, nosotros vamos a tener que estar entregando en cada año un progreso de 55 a 60 gramos. Lo que es muy importante es que estamos trabajando muy intensamente para mejorar la rusticidad de nuestros productos”.
Cobb-Vantres apunta a tener un producto para el que no sea necesario usar antibióticos: “estamos trabajando con mucha inteligencia, con un programa genómico muy importante, que aporta a los programas de selección natural de las líneas genéticas y que nos garantiza que nosotros vamos hacia el futuro entregando un producto al mercado que no va a ser necesario usar antibiótico, ni promotores de crecimiento, en eso ya estamos a punto de llegar a esta gran victoria.
Tenemos prácticamente 40 años seleccionando productos, estamos viendo un progreso, pero pensamos que tenemos que entregar un producto mucho más rústico, al punto de que no se necesite usar nada de antibiótico a nivel de producto comercial y que el consumidor final esté seguro que la avicultura es realmente una actividad de punta.
Nosotros estamos siempre innovando, siempre en la punta de un negocio mundial. Por ser una actividad de ciclo muy corto –de 40/42 días–, tenemos esa condición de hacer las investigaciones y probar todos los programas genéticos con una velocidad muy rápida, y con esto conseguimos entregar al mercado un producto mucho más renovado y con una parte del agro-negocio del mundo”, señala Arenázio.
“Sabemos que hoy nuestra compañía trabaja para entregar un producto más sostenible, estamos trabajando muchísimo en el bienestar animal para respetar nuestros productos en las condiciones de nuestro animal, a las condiciones ambientales que maneja todo el mundo y que no sea necesario usar antibióticos para nada”, advierte Arenázio. LIDERAZGO LOCAL Y REGIONAL Durante el Encuentro Regional de Negocios que Cobb-Vantres Brasil realizó en Argentina, el Presidente de Cobb-Vantres, Joel Sappenfield, destacó con una clara admiración el desenvolvimiento de Cobb- Vantres Brasil, como si fuera un ejemplo a seguir a nivel mundial. Jairo Arenázio no disimula su orgullo: “tenemos el honor de ser Cobb en Sudamérica.
Nosotros nos establecimos aquí en 1995, con una pequeña operación en Brasil, en el estado de San Pablo. De ahí nos empezamos a expandir y hoy tenemos cinco unidades de producción en cinco estados de Brasil: San Pablo, Minas Gerais, Mato Grosso del Sur y Paraná.
Desde allí, enviamos nuestros productos para todos los países de América del Sur. El caso de Argentina es realmente digno de admiración. Cobb Argentina ya lleva 35 años de presencia en el mercado, trabajando directamente con una sociedad muy linda, con grandes desarrollos.
Nosotros, en estos últimos 35 años juntos, tuvimos una historia llena de sucesos en Argentina: arrancamos con menos del 4% del mercado y hoy ya tenemos más del 65% del mercado de todas las reproductoras que son producidas y vendidas Argentina, o sea, que de cada 10 pollos que son consumidos en la mesa de los argentinos, 6,5 son de Cobb”.