El INTA Rafaela realizó una detallada radiografía de los establecimientos de la región. Mucha mano de obra y un alto porcentaje de tamberos sin tierras propias.
La lechería es una actividad tan compleja como misteriosa para quienes no la conocen desde adentro. Incluso en el ámbito agropecuario, es un porcentaje minoritario el que conoce los secretos de un negocio que demanda mucha mano de obra y que no da descanso jamás: las vacas son una máquina que trabaja los 365 días del año, con sol, con barro, con viento a favor o con crisis globales, incluso con pandemia y aislamiento.
Para empezar a comprender un poco mejor vale la pena repasar el trabajo realizado por el INTA Rafaela en la Encuesta Sectorial Lechera, que permitió obtener una radiografía de los establecimientos lecheros de la región pampeana argentina.
Entre otros datos valiosos, el trabajo revela que el 43 por ciento de los tambos cuenta con entre 100 y 200 hectáreas, y que el promedio de superficie es de 180 hectáreas, algo que de entrada muestra el nivel de intensificación de esta actividad en comparación con otras actividades agropecuarias de la pampa húmeda. A su vez, el 42 por ciento de los establecimientos cuenta con rodeos de entre 100 y 200 vacas, y el promedio general es de 177 vacas por tambo.
Para llegar a esta caracterización del sector, el INTA Rafaela relevó 175 tambos y consideró el ejercicio productivo comprendido entre junio de 2018 y junio de 2019. El 38 por ciento de las empresas relevadas se encuentran en Santa Fe, el 34 en Córdoba, el 19 por ciento en la provincia de Buenos Aires y el 8 por ciento en Entre Ríos, lo que refleja de manera bastante fiel la distribución de la producción de leche en la región.
Un dato llamativo arrojado por la encuesta es que solo el 26 por ciento de los tambos trabaja exclusivamente en campos propios, y que hay un 29 por ciento que lo hace exclusivamente en campos alquilados. El valor promedio de la tierra declarado por los tamberos es de 9.300 dólares la hectárea, y los arrendamientos se acuerdan, en su mayoría, en litros de leche, con un valor promedio de 75 litros de leche por hectárea por mes.
¿Cuánto producen? En el 19 por ciento de los tambos relevados la producción es menor a los mil litros por día, el 39 por ciento produce entre 1000 y 2500 litros diarios, el 27 por ciento produce entre 2500 y 5000 litros diarios y el 15 por ciento produce más de 5000 litros de leche por día. El promedio de producción diaria es de 2.918 litros de leche por día, es decir que la mayoría de los establecimientos está por debajo del promedio. A su vez, la productividad promedio por hectárea es de 7.802 litros por año.
La matriz tecnológica
El trabajo del INTA Rafaela cuenta con un interesante capítulo tecnológico. En promedio, los tambos tienen salas de ordeñe con espacio para 10 vacas por vez, tanques que pueden almacenar hasta 6.100 litros, y hay dos tractores por tambo. Respecto al confort animal parece quedar trabajo por hacer, ya que solo la mitad de los establecimientos cuenta con sombras en los corrales de espera y solo el 18 por ciento tiene ventiladores y aspersores para refrescar a las vacas en los días de calor agobiante, una tecnología muy básica que puede ser la diferencia entre producir más litros de leche o perder animales en el camino.
La alimentación del rodeo en ordeñe se hace mayoritariamente en base a forraje fresco y heno (46 por ciento de la materia seca consumida en los tambos), seguidos por concentrados (29 por ciento) y silaje (25 por ciento).
En materia de manejo hay algunas herramientas básicas que deberían ganar terreno: solo el 29 por ciento mantiene servicios estacionados y el 65 por ciento hace inseminación artificial en busca de una mejora genética en su rodeo.
Lo bueno: el 91 por ciento ya implementó algún tipo de manejo para los efluentes líquidos, uno de los desafíos ambientales que plantea la actividad, enviándolos a lagunas o cámaras.
Mano de obra intensiva
En materia laboral, la lechería tiene varias cartas para mostrar, porque como ya mencionamos, el tambo no para nunca, la leche no puede faltar en la góndola. La principal tarea, por supuesto, es el ordeñe, que insume el 34 por ciento del tiempo en las empresas lecheras, seguido por la crianza y la alimentación del rodeo. Para realizar todas las tareas, los establecimientos cuentan con una dotación promedio de 4,5 empleados. En este plano también cabe destacar la naturaleza familiar de muchas empresas, ya que según el relevamiento el 41 por ciento del trabajo es aportado por el dueño o sus familiares, y hay un 18 por ciento de los empleados del tambo que son mujeres.