El economista experto en mercado de capitales y gerente de Desarrollo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se mostró optimista respecto del escenario económico local luego de la pandemia Covid19. Aseguró que es necesario que Argentina llegue a un arreglo por la deuda y decida ir por el camino del gradualismo, respetando al que produce e invierte en el país.
Claudio Zuchovicky sostiene que “lo que pasa ahora en el país es binario, es una historia que recién empieza, no termina con el arreglo de la deuda. Si concretamente la Argentina llega a un arreglo voluntario, los precios argentinos son baratos, los activos locales están subvaluados en términos de acciones, bonos.
Ahora bien, si la Argentina no llega a un arreglo, desde mi punto de vista, estos precios son caros, porque finalmente el crédito privado va a ser mucho más difícil”. En este sentido, agrega que “a la Argentina le conviene arreglar y va a terminar arreglando, por lo tanto veo una salida”.
PANDEMIA
“Siempre que vivimos una crisis parece que, cuando termine, el mundo va a ser nulo y para mí no es así. Obviamente que fue grave lo que nos pasó, fue una crisis de oferta, la oferta se frenó de golpe… El ejemplo que siempre pongo es cuando voy andando en bicicleta: por más despacio que vaya, siempre mantengo el equilibrio, pero si me freno de golpe, o si me frenan de golpe, es más difícil mantenerme, termino con un pie apoyado en el piso.
¿Qué significa esto? Que esto fue una crisis… Claramente, al principio se frenó toda la economía global de oferta y después de demanda por la pérdida de pesos, pero esto lo escuché ochenta mil veces: se viene un mundo nuevo, una civilización nueva… Para mí no”. En ese sentido, el economista sostiene que “van a haber cambios de hábito que ya se estaban dando.
Lo que va a hacer esta pandemia es acelerar el cambio: se acortaron los tiempos gracias a la tecnología, pero no es que va a haber un cambio fundamental, fin del capitalismo, otra moneda, etc. Yo vi a la gente de Mark Zuckerberg en las páginas de Brando, diciendo: ‘sí, usamos información’, y Facebook cayendo un 30% ese mismo día; pero hoy es una de las empresas más grandes del mundo y está cerca de su máximo histórico, comprando WhatsApp, Instagram…
En aquel momento decían que era el fin de la compañía. Yo vi cuando se acababa el mundo en el 2008, que no iba a haber más dólares, que quebraban todos los bancos, y que no había sistema financiero. Hoy el Dow Jones y el S&P valen 10 veces más de lo que valían antes y el mercado se repuso. También entendí –como muchos– que el 2002 era el fin del mundo y vi la Gripe A –no dejamos entrar mexicanos a la Argentina–, donde murieron 80.000 personas en el mundo y hubo 1.400.000 infectados a nivel mundial. Lo que pasa es que en aquel momento no había Whats- App, no se viralizaban las noticias todo el tiempo y no había 8.000 noticieros a la vez contando los muertos como si fuese el clima.
Cada una de las cosas que estamos viviendo hoy, dentro de 5 o 6 años también va a ser una anécdota. Esto va a pasar, con daños colaterales, pero esto va a pasar –para mí– aún más rápido. Yo soy de los que está del lado positivo diciendo que fue una crisis de oferta, esto no fue una guerra, no fue un tsunami y no se destruyó capacidad instalada. Así como se cayó en Estados Unidos, van a prender la luz. No va a haber un día, no es que esto empieza el 11 de septiembre del 2020, si no que va a ser paulatino hasta que vayamos perdiendo el miedo. Pero la economía va a arrancar; los puertos no se rompieron, las rutas no se destruyeron, la mercadería está, el stock está.” Zuchovicki aclara entonces que él no subestima la crisis, “lo que digo es que va a pasar. Y en estos momentos es donde uno tiene que hacer ese intercambio de cartera. Bajó todo tanto y me da la posibilidad de agarrar lo bueno contra lo malo aunque a algunas cosas ya llegué tarde”.
El economista detalla que “hay economías que van a salir más rápido. En Estados Unidos se pagaron 26 millones de indemnizaciones, se echó a la gente pero al otro día cobraron 1.200 dólares del Estado y después, cuando se abra la economía, de a poquito se van a ir reinsertando”.
CONDICIONES DE AFUERA PARA HABLAR DE ARGENTINA
Al referirse al contexto económico financiero mundial, Claudio Zuchovicki señala dos cuestiones: en primer lugar “el 70% de las tasas en el mundo son negativas, si alguno de ustedes quiere vivir de rentas está en el horno, no hay nada que rinda nada. Entonces, si me preguntan dónde invertir, mi teoría siempre es conocida: «80-20». El 80 seguro a tasa cero, el 20 tomo riesgo.
¿Por qué? Porque no hay alternativa de inversión en el mundo, esto es fortaleza del dólar y juega en contra del valor de nuestras materias primas, pero si quiero mirar el vaso medio lleno, Argentina exporta alimento e importa bienes de capital, el mundo sigue consumiendo alimento, nosotros seguimos consumiendo alimento, el alimento se vende a un precio un poco menor pero el saldo comercial es muy positivo y lo que importamos vale menos. Los países a los que exportamos se están levantando antes.
Los países de los que importamos su crisis es mayor. Por lo tanto, si hablo del mundo sólo para el mercado argentino, y poniendo de lado mi optimismo, digo que el viento no va a soplar en contra esta vez”. “No miren en la historia lo que puede pasar en el futuro y si son jóvenes menos todavía, ¿Por qué? La historia no se repite. Vargas Llosa decía «la historia no es lo que pasó, es lo que uno se acuerda que pasó».
Para nosotros el sistema financiero del 2002 fue un caos, pero para muchos fue el despegue, porque les pesificaron la deuda, hubo sustitución de importaciones… Entonces, la historia contada por mí fue dramática, la historia contada por alguien que le pesificaron la deuda fue el renacer, es muy subjetivo.”
En otro orden, Zuchovicky señala que “los mercados no tienen memoria, ni moral, son los partícipes los que los tienen. El mercado es una tendencia, es la suma de todos nosotros. Entonces, miremos el futuro, el pasado ya está, esto no es la Pandemia de 1918, ni la crisis del 2008”.
¿EN QUÉ VAMOS A GASTAR PLATA?
Frente a este interrogante, el analista responde en varios puntos:
1. Cambio de hábitos: “No vamos a poder viajar, por lo menos hasta después de que se realicen los juegos olímpicos de Tokio. Hasta ese momento no se va a poder hacer ninguna convención”. De esta manera, Zuchovicki asegura que las conferencias virtuales son mucho más fáciles y más económicas. Luego se refirió al Home Office, “yo dudo que la gente vuelva a trabajar plenamente en sus oficinas, porque tanto los empleados como las compañías se ahorran tiempo y dinero”. ¿Entonces en qué vamos a gastar? Según el economista, “un ciudadano promedio en el mundo va a gastar en arreglar su casa. Se va a hacer una oficina para no tener que hablar desde una habitación, va a gastar en tecnología, cyberseguridad, va a contratar entretenimiento a distancia. Disney es una empresa que subió muchísimo en los últimos tiempos cerrando el parque y echando a 45.000 personas, porque empieza a funcionar mucho más fuerte Disney Streaming. Netflix cansó un poco con pasar siempre las mismas películas. Este tipo de empresas están muy bien valuadas, como Amazon o Rappi. En eso vamos a gastar”.
2. Sostenibilidad del planeta Otro de los ítems en los que vamos a gastar, según Zuchovicki es en la sostenibilidad. “A los jóvenes de hoy les importa cuidar el planeta porque van a vivir 90 o 100 años más, la esperanza de vida para un chico de menos de 20 es de 110 años, más vale que cuiden el planeta. Entonces ese sellito de bono verde cuida el medio ambiente es otro de los puntos en donde vamos a gastar”.
3. Educación “Es la llave del conocimiento, y el mundo va a gastar en todo lo que sea educación. Zoom tocó el máximo histórico, hoy vale 3 veces Delta (la compañía aérea de EE.UU.), vale más que las reservas del Banco Central Argentino; nació hace un año y ya debutó en bolsa en la competencia Sueca”.
ECONOMÍA MACRO ARGENTINA
Al referirse al contexto macroeconómico local, el economista hizo 3 divisiones: corto, mediano y largo plazo. “En el corto plazo tengo inflación relativamente controlada, porque el 80% de nuestros gastos es servicios y los servicios están congelados, junto al colegio de los chicos, obra social, energía y el 20% es alimento que eso sí vale el doble, pero como es el 20% pondera el 1,5% que me dio de inflación y el mes siguiente lo mismo.
Los más pobres gastan el 80% en alimento, para ellos la inflación va a ser mayor. Dólar oficial de corto plazo controlado, porque tiene superávit comercial, exportamos más de lo que importamos, el dólar turista no se mueve -no hay gente que compre dólar turista, no creo que compre-; los 200 dólares nada…, a muchas instituciones ya no las dejan comprar o es muy poquito lo que mueven, y el Estado que era el mayor comprador de dólares porque debía dólares y facturaba pesos dejó de comprar, porque por 3 años (por las buenas o por las malas) no va a pagar.
Por lo tanto el dólar oficial lo tienen controlado con una señal bastante clara del Gobierno, estamos devaluando de manera oficial a 3/4% mensual una tasa de interés que está 2,5/3% mensual y, por último, una inflación que está entre 1,5/2% mensual, por lo tanto el corto plazo está controlado”.
En el mediano plazo Argentina tiene que debatir el modelo de país que quiere seguir. Ahora bien, según Zuhovicky, en el largo plazo no hay duda: “Argentina va a salir bien por shock o por gradualismo. Si vamos con gradualismo, Argentina emitió mucha de plata porque no había otra. No hay crédito, entonces asistió. ¿Está bien que haya asistido?, Sí, si no la crisis social hubiese sido más grande. Pero eso no reactiva, asiste y esta es la producción, emisión y producción.
En el corto plazo hay un cepo humano con lo cual la gente no sale a cambiar el auto o la heladera (a menos que tengas algo de logística). El día que liberen el cepo humano, ¿qué va a pasar? La mayoría de la gente va a guardar los dólares que tiene ahorrados, por esa razón Estados Unidos puede emitir, porque el resto del mundo guarda los dólares, incluso más que el propio Estados Unidos”.
En este sentido, Zuchovicki indicó que “no tenemos moneda” y explicó “si yo te regalo $ 5.000 salís a gastarlos ya, y no sólo eso, hasta quizás me compras dólares”. Así, señaló que el camino de la Argentina es “mostrar que quiere incentivar la producción, que los pesos te van a servir y que te conviene producir en el país porque es más barato, porque me conviene incentivar el turismo interno.
Si incentivan la producción hay una ventana abierta para eso. Argentina tiene que reprogramar la deuda. Entonces si Argentina arregla es una señal de que quiere apostar a la producción y oportunidades hay porque Argentina es barata”. Zuchovicki también planteó un escenario negativo: “12 millones de personas viven del Estado, 6 millones de personas pagan impuestos. Vamos a suponer que exprimo más a los privados para asistir a los que necesitan, ¿Cuánto tiempo va a durar si nadie me paga impuestos? (no por rebeldía, si no porque no ganan plata) ¿Con qué va a financiar el Estado?.
Si tengo este escenario y además no aumenta la producción, voy a tener no sólo problemas de precios, sino también de abastecimiento. Como se me va a ensanchar la brecha, no va a alcanzar con los $ 10.000 del IFE, te van a pedir 12, 15 o 20 mil pesos, y va a terminar en un shock y crisis social”. En un gráfico, el economista mostró que el país gasta un 62% en Seguridad Social, pero se están licuando los pesos.
De esta manera se pregunta “¿Cuánto gana un jubilado hoy en dólares a tipo de cambio contado con liquidación?, ¿U$S 150?; ¿cuánto ganaba hace un año?; ¿cuánto gana un empleado público hoy en dólares? Los licúan y la crisis social va a ser más importante. Eso es shock. Entonces si vamos con gradualismo, de a poco vamos a ir saliendo.” Al referirse al “shock”, Zuchovicki señala que “el dólar más caro de toda la historia a tipo de cambio real ajustado por inflación fue en 1975 con el Rodrigazo.
Esa devaluación hizo que el gasto público se licúe completamente y los números fiscales empezaron con una crisis social enorme, hasta se cayó un Gobierno. En 1976, un año después, empezó lo que se llamó «La Plata Dulce» y en 1978, en un Mundial, tuvimos el dólar más barato de toda la historia. Después tuvimos un pico con Lorenzo Sigaut: «el que apuesta al dólar pierde». En 1985, tres años después, nace el Plan Austral, donde un Austral valía más que un dólar.
En 1989 tuvimos el tercer dólar más caro de toda la historia, 2 años después, en 1991, el segundo dólar más barato de toda la historia, la convertibilidad. En enero de 2002, el dólar pasó de 1 a 4 en dos meses, después estuvo 7 años debajo de 3, bajó fuerte el tipo de cambio real y ahora estamos en presencia, si tomo el contado con liquidación, del segundo dólar más caro de toda la historia.
Si es por shock esto licua, genera crisis social como generó en el año ‘75, en el ‘82, en el ‘89 y en el 2001, y después se licua. Entonces, por un camino o por otro, por licuación –que es lo más doloroso–, o por gradualismo que es entender que el sector privado es el único que te puede salvar, la Argentina –a largo plazo– está bien”. Finalmente, el economista, se refiere al tamaño del mercado de capitales como el problema argentino: “no tenemos mercado”, asegura. “Comparado con otros países, la Argentina no tiene ahorro interno.
Atacar al mercado es equivocarse a quien le tienen que dar la señal. Ejemplo: cuando obligan a los Fondos Comunes de Inversión a hacer lo que el Estado necesita, no se están metiendo con los fondos, se están metiendo con los cuotapartistas, con el inversor minoritario que es el que apostó al fondo.
Lo que van a lograr es que rescaten y finalmente el cuotapartista se va ofendido del sistema y te va a decir: «mira lo que me pasa por ahorrar en Argentina, la verdad prefiero ahorrar en dólares e irme». Hay que cuidar al inversor, de lo contrario es escupir para arriba. Hay que entender a quien se afecta antes de tomar una medida: no afectan al banco, afectan al ahorrista, le hablan al ahorrista y sin ahorristas no hay sistema, sin gente que produzca no hay quien pague impuestos.
Si Argentina toma el camino de respetar al que invirtió en el país y al que produce, tenemos una ventaja. Por eso, si Argentina arregla, estos precios son baratos. Un bono argentino está 35%, si arreglan va a valer 50%. Si Argentina va por el camino de despreciar al que ahorra y al que produce, estos precios son caros, no tiene sentido estar acá y esa definición lamentablemente no pasa por mí, pasa por la decisión gubernamental.”, advierte Claudio Zuchovicky.