El contexto internacional se presenta favorable para el año 2021. China se está recuperando a buen ritmo y en Estados Unidos la suba de la bolsa supone expectativas de crecimiento futuro. En Europa se descuenta una recuperación más rápida apalancada por el enorme paquete fiscal comunitario. Todo esto está supeditado a las condiciones sanitarias que en la actualidad presentan un futuro incierto.
Para Argentina es relevante la postpandemia pero es clave el corto plazo porque condiciona al futuro. Si bien la actualidad es pura emergencia, lo que sigue ocurriendo es crucial porque puede comprometer seriamente la recuperación futura. A corto plazo domina la negociación de la deuda, una novela que nunca termina.
En los hechos parece que se estaría materializando la propuesta de Kiguel y Levy Yeyati en relación a la estrategia sugerida por ellos de “pacto de espera” desde la cual se planteó una ventana de 4 meses de negociación, similar a lo que se está gestionando en Ecuador. Hay un consenso general de aprobación sobre cómo se ha llevado el proceso de negociación. Lo aprueban Cavallo, Luis Caputo, Lacunza y el propio FMI.
Así todo pareciera que falta capacidad de cerrar diferencias que no parecen tan grandes en el plano de los montos por pagar y de condiciones legales. Sin embargo, el éxito en la negociación de deuda se presenta como condición necesaria pero no suficiente para la recuperación económica.
Evidentemente si hubiese default, faltarían dólares y podrían generarse presiones cambiarias, además del efecto en el crédito a sector público y privado. Sería lamentable que después de tanto esfuerzo y faltando tan poco con información al 28 de julio no se cierre el tema de una vez. En paralelo, arranca la negociación de deuda en moneda local y debe comenzar después la reestructuración de pagos con el FMI. Recordemos que, paradójicamente, Argentina se endeudó al 7% anual durante la administración de gobierno anterior en un contexto de híper liquidez y tasa de la Fed virtualmente en cero. Diferencia notoria respecto a lo que ocurre en países de la región como Perú, Paraguay, Chile y Uruguay, que se endeudan a menos del 3%.
Pasando a la macro, se conocieron diversos indicadores adversos en relación a la actividad, que indican cierres de un gran número de empresas y que otras saldrán dañadas en cuanto a su capital de trabajo, lo cual no solo deteriora el nivel empleo, sino la productividad agregada de la economía. La inversión es anémica, se espera crecer en el año 2021 en base a consumo y sustitución de importaciones. Las exportaciones serán la rueda de auxilio de este proceso, pero no un protagonista central.
En relación a la inflación, hoy es la principal preocupación de la sociedad según la tradicional encuesta de Berensztein y D’Alessio. Después de la inflación, siguen como factores relevantes condiciones de empleo y seguridad. No obstante, actualmente la inflación está amesetada por los congelamientos de tarifas y precios y la recesión. Controlar la dinámica de precios es clave para llegar con fuerza a las elecciones de medio término. Hay más pesos en la calle y este tema recién comienza.
Está siempre la tentación de licuar el gasto público, recordemos Cavallo 1982, cuando estaba al mando del Banco Central. La evolución de las tarifas de servicios públicos es otro factor relevante en términos de la dinámica de precios, con la fuerte caída del salario real no parecería lógico esperar una suba para este año. En este escenario de inflación, los precios mayoristas de junio parecen anticipar inflación minorista para los próximos meses, a lo que se agrega que la evolución del dólar paralelo más volátil puede afectar a los precios, si bien economistas como Arriazu no comparten esta idea de que el blue influya en la inflación.
En cuanto a la Cuenta Corriente del Balance de Pagos, ésta deberá ser financiada por inversión extranjera directa y repatriación de capitales. La inversión extranjera directa es muy baja desde el año 2011. La relación entre Cuenta Corriente y la evolución del tipo de cambio comercial se vuelve más importante cuando el tipo de cambio oficial real está ligeramente retrasado. En cuanto al tipo de cambio multilateral, el retraso es mayor por la devaluación de la moneda de Brasil.
No hay valor para el dólar paralelo si no tenemos ancla y plan concreto. Las 60 medidas no constituyen un plan. La evolución de las cotizaciones alternativas evidencia volatilidad. Es el motivo que genera que el gobierno desee trabar la autorización de compra mensual de 200 dólares. En esa misma línea, el Presidente del Banco Central plantea que el cepo se va a liberar cuando las exportaciones lleguen a 90.000 millones de dólares, hoy están en un nivel de 60.000 millones.
A esto se agrega que las Reservas Internacionales netas están cediendo y se sitúan en un número muy bajo de 8.000 millones, en particular preocupante si hubiese corrida cambiaria. Finalmente en relación al sector externo, existe gran potencial de exportación si no hubiese retenciones. La demanda mundial de alimentos no ha cedido, esto es positivo para el precio de nuestras commodities agrícolas. A mediano plazo (5 años), si no hubiese retenciones podría llegarse a 200 millones de toneladas de cosecha. El otro gran bloque por ahora potencial de exportación son los hidrocarburos.
El descenso de la demanda mundial de crudo supera cualquier reducción de oferta de la OPEP. Los precios se sitúan en un nivel bajo lo cual orienta a Vaca Muerta a una fase de letargo, pues los proyectos de shale requieren un escenario de permanente inversión para que sean rentables. En el plano netamente doméstico, la resolución 46 de Macri y otros errores de su gestión, frenaron la expansión inicial de Vaca Muerta y dañaron los incentivos fundamentales para captar flujos de inversión. En cuanto a medidas de gobierno en estudio o implementación, el impuesto a las grandes fortunas está demorado. El ministro Guzmán lo apoya, no así al blanqueo. Pareciera también que llega la moratoria impositiva. Siguen funcionando el régimen de IFE y de ATP, éstas últimas las reciben 3 millones de trabajadores y unas 300 mil empresas.
En cuanto al crédito lo que llega efectivamente es menor y se destina a monotributistas y autónomos. A su vez, el préstamo bancario a PyMEs es acotado, quizás inferior al 20% de las firmas. En este escenario, es de destacar que los bancos se encuentren con un volumen importante de depósitos y generen poca masa crediticia. Si el canje de deuda se resuelve con éxito, sería un factor favorable ya que las entidades disponen de bonos en cartera los cuales pueden subir de precio.
Esto sería un efecto positivo para el lado financiero de la economía local y para expandir la capacidad prestable del sector. Debemos notar que estamos ante un típico gobierno que arranca sin plan y sin ministro de Economía fuerte. Quizás para orientar el análisis debemos seguir las ideas de Daniel Heymann, asesor de Guzmán y seguramente influyente en el ministro. La idea de Heymann es no tener plan dada la emergencia y no ir a bajar bruscamente la inflación. Por otra parte, Heymann vislumbra un objetivo tendencial de apuntar al 3% de crecimiento como razonable.
Autor: Eduardo Fracchia. Director Académico de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral