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    La avicultura cuenta con todas las herramientas para ganar

    Fruto de un proceso de innovación y mejoramiento permanente, Elanco le brinda a la industria avícola un auténtico Escudo Protector para la integridad Intestinal a través de sus programas Full Elanco Invierno y Full Elanco Verano, donde combinan las mejores herramientas creadas con las más modernas tecnologías, sumadas al programa de monitoreo HTS.

    En la actualidad, la industria avícola necesita contar con herramientas tecnológicas que ayuden a preservar las enormes inversiones realizadas, tanto en infraestructura, como en genética, o implementos –entre tantas otras–, con el objetivo adicional de contar con la seguridad de saber que al final del día, su producción será eficiente y, por lo tanto, rentable.

    En ese sentido, Juan Pablo Zingoni, General Manager de Elanco, sotiene que “hay que partir de la base de que la industria avícola debe estar entre las industrias más competitivas del mundo en cuanto al nivel de detalle en cada uno de los eslabones de su cadena; es una actividad donde lo que está después de la coma importa, o sea 0,001 de mejora importa, tiene un efecto multiplicador enorme.

    Es una actividad donde el precio del producto se define entre la oferta y la demanda, con lo cual se vuelve clave tener el mejor costo posible de producción al no poder manejar el precio. Y al ser una actividad donde hay diferentes oferentes –tanto en el mercado nacional, como en el mercado internacional–, la sustentabilidad en el largo plazo de una empresa está dada por cómo pueda no sólo vender su producto, sino también en como pueda manejar sus costos de producción.

    Y al costo de producción lo hacen un montón de variables: inversiones como la infraestructura, tecnología de punta, genética, la fabricación y el procesamiento del alimento balanceado, el manejo –también involucra a gente que tenemos trabajando– y finalmente el status sanitario del ave.

    Las inversiones en infraestructura y demás, responden más a oportunidades que se dan a veces de tener financiación y se pueden dar avances en esa materia, pero hay cosas que son del día a día, como el manejo o el aspecto sanitario, que es influenciable en el día a día por nosotros y que nos va a permitir optimizar el uso de la tecnología que tenemos, de la infraestructura, de la genética, o del alimento balanceado que estamos fabricando. Es decir, vamos a tratar de trabajar en preservar la salud del ave, de manera tal que conviertan los nutrientes que le estamos ofreciendo en crecimiento, de la manera más eficiente posible, un pollito bebé nace sano…

    Entonces tenemos que cuidarlos. Y ese «preservar la salud» requiere entender cuáles son las principales problemáticas sanitarias que tiene el ave durante el ciclo productivo, donde una de las mayores problemáticas de la avicultura intensiva, de la avicultura actual, es –obviamente– la integridad intestinal, la afección que podamos tener, los desafíos de Coccidiosis y Enteritis.

    En Elanco hemos desarrollado los programas, Full Elanco Invierno y Full Elanco Verano, que combinan diferentes productos para el control de la Coccidiosis y la Enteritis. Nuestro portafolio –como lo ofrecemos– genera un «Escudo de Protección» en el ave para evitar la pérdida de esa integridad intestinal. Son tecnologías que hemos desarrollado en Estados Unidos hace más de 40 años, y que no sólo las hemos desarrollado, sino que día a día, año a año, las seguimos mejorando; a lo largo de los años fuimos mejorando el excipiente para que mezcle mejor, el packaging, la potencia de la molécula… Con lo cual, hoy le estamos trayendo al cliente y ofreciendo la mejor versión de la historia de nuestro propio producto”.

    UN ESCUDO PROTECTOR

    Claramente, contar con una buena sanidad en la producción, en el primer eslabón de la cadena productiva, es un aspecto excluyente. Al respecto, Zingoni considera que “la mejor infraestructura, la mejor genética, o el mejor manejo, siempre va a ayudar… pero se va a potenciar más si el ave está en óptimas condiciones de sanidad y, como contrapartida, no va a ser aprovechada en su totalidad toda esa inversión, si la salud del ave se ve afectada.

    Un embrión dentro del huevo es algo estéril, con lo cual está sano, y el pollito nace sano; nuestro desafío como veterinarios, como productores, es cómo podemos hacer que ese ave durante todo su ciclo productivo se mantenga sano para tener la mejor conversión posible. No vamos a poder mejorar la salud de ese pollito que nació sano, a lo sumo podemos mantener la salud de ese pollito a lo largo de su vida para que tenga la mejor tasa de crecimiento, la mejor conversión alimenticia.

    Mantener esa salud en un sistema productivo intensivo, con el desafío de densidad que tenemos de pollo por metro cuadrado, que las instalaciones no siempre son las mejores, estamos en una latitud donde las variaciones de temperatura pueden llegar a ser 20° grados dentro de un mismo día, o a veces en horas. Todos esos factores que hacen al estrés del ave atentan contra la salud y si no le brindamos un escudo protector –que evite que se genere el daño–, el ave va a verse afectada en su salud y lo vamos a terminar pagando con un menor crecimiento, una conversión alimenticia lejos de ser la óptima, y por ende, vamos a gastar más comida para poder hacer la misma producción, siendo mayor nuestro costo”.

    Del análisis del General Manager de Elanco, se desprende que el programa Full Elanco tiene un doble propósito: mantener la salud de las aves a lo largo de su ciclo productivo, pero además generar una mayor eficiencia en la conversión. “Lo que no se gana durante el crecimiento del ave, no se recupera más”, enfatiza Zingoni. Y agrega: “No hay forma, es muy corto el ciclo de vida. Hoy estamos hablando de pollos que en su ciclo de producción, desde los más pequeños con destino a Arabia –que estarán en torno a los 35 días de engorde–, hasta el pollo destinado al mercado interno –entre 42 hasta 47 días de engorde–, tienen ciclos de producción muy cortos como para que cualquier daño en la integridad intestinal pueda ser compensado.

    De manera tal que la estrategia es ir al bloqueo, a un Escudo que proteja y que no permita que se genere el daño. La rentabilidad se alcanza por múltiples puntos: hay un primer efecto de rentabilidad donde se capitaliza por conversión alimenticia; adicionalmente un ave que tiene problemas de integridad intestinal va a llegar a la planta de faena con un intestino más frágil, eso hace que en los procesos de evisceración existan roturas de intestino, contaminación de carcasas, incremento de los decomisos, recuento de Salmonella por recuento de Escherichia Coli…

    Hay efectos que además se producen porque cuando las camas se mojan, ya que se incrementa el nivel de amoníaco y además la plantilla de la garra del pollo se daña, y sabemos que es un producto muy valioso que se exporta a China, con lo cual, cuando no podemos lograr la cantidad de garras Clase A que deseamos, se nos cambia la categoría a B o C por daño, y estamos perdiendo una fortuna.

    Cuando uno mira todos los elementos que ganó a partir de hacer una buena inversión en la protección de la integridad intestinal, es enorme en torno a la inversión, y carece de sentido dudar en lograr lo mejor que uno pueda, porque donde ya hiciste la inversión en infraestructura, en genética, cuando uno se ha esforzado en capacitar todo el personal para tratar de tener un manejo correcto y donde uno se esfuerza en las plantas de alimento balanceado para tener las mejores materias primas posibles, hace el alimento balanceado de la mejor manera posible para que ese alimento llegue a la granja en las mejores condiciones, y de repente nos descuidamos en la salud del ave, estamos corriendo un riesgo totalmente innecesario, porque las herramientas para protegerlo están desarrolladas y están disponibles en el mercado.

    Podríamos hacer un paralelismo en la competitividad de la industria avícola con haber preparado un auto Fórmula 1 para correr, y cuando llegaste al gran premio de Mónaco le pones nafta mezclada con querosén… o sea, carece de sentido. Está todo hecho para ganar la carrera; entonces, al momento de salir a correr la carrera –que es cuando el pollito bebé llega a la granja–, hay que usar nafta de aviación”.

    PROGRAMA FULL ELANCO

    Al momento de desarrollar el Progama Full Elanco –Invierno y Verano–, la compañía pensó en todo el proceso productivo de las aves en las distintas etapas del año. “Tratamos de capitalizar al máximo la producción en cada momento del año.

    Nuestros programas tienen un excelente nivel de cobertura y de protección de la integridad intestinal. Al ser pioneros en esta materia no nos podemos dar el lujo de traer al mercado un producto que no controle la Coccidiosis o la Enteritis para la integridad intestinal, con lo cual estamos un paso más allá, ¿qué más podemos agregar además de garantizar el correcto control y la protección de la integridad intestinal?; ¿qué más podemos sacar? Sabemos que el principal problema en el otoño y en invierno –por la latitud en la que nos encontramos– es la humedad, el frío, con lo cual el cuidado de la cama se vuelve fundamental.

    Cualquier cosa que podamos hacer para cuidar la cama de los pollos en otoño y en invierno es sumamente importante por el impacto productivo que tiene y porque también impacta en la rentabilidad; entonces, en la combinación de nuestros productos Maxiban en las primeras fases hasta los 28 días de edad del ave, que es cuando se produce el pick de desafío de Coccidia.

    Es allí donde buscamos cuidar al máximo el desarrollo del intestino que se da en los primeros días de vida con el producto más potente que hay en el mercado –Maxiban–, más el agregado de Elancoban, que es un producto que va a ir en las fases de crecimiento para controlar la Coccidia, pero además va a tener un cuidado muy especial en la cama de los pollos, que sumado a a la combinación de Surmax en todas las fases para el control de la enteritis bacteriana especialmen-te producida por clostridium, es realmente un Escudo Protector contra la pérdida de integridad intestinal, donde lo que buscamos es garantizar que la inversión de nuestros clientes retorne con creces para que se les acelere el flujo del negocio”, señala Zingoni. Y agrega: “la única forma de que nosotros crezcamos es que nuestros clientes crezcan, y para que nuestros clientes crezcan necesitan ser rentables para poder reinvertir y obviamente ser sustentables.

    Es realmente una obsesión que tenemos, y nos esforzamos en el día a día desde investigación y desarrollo, hasta el servicio postventa para alcanzar el éxito”.

    LA IMPORTANCIA DE CONTAR CON BUENOS SERVICIOS

    No existen dudas que las tecnologías –aún siendo de punta– no funcionan por sí solas, hay que acompañarlas con un servicio para lograr el correcto entendimiento del uso de los productos, y las adaptaciones que hay que hacer a cada necesidad o a cada sistema. Juan Pablo Zingoni invita, a modo de ejemplo, a imaginar una tierra con tres capas…

    “El núcleo –la parte central– es lo que nosotros dominamos a través del control de la coccidia y la enteritis bacteriana, para garantizar la integridad intestinal. De ahí nuestro programa de monitoreo de salud intestinal llamado HTS, mediante el cual monitoreamos salud intestinal y salud respiratoria; el programa HTS nos permite estar asegurando en el servicio de postventa del uso de nuestros programas, de manera tal de estar atentos y poder proveerle al productor información para la toma de decisiones.

    Por fuera de eso viene el servicio de relacionado, o sea, los servicios respecto a la planta de alimento balanceado, el mezclado, los análisis de laboratorio; son servicios que no están directamente ligados a monitorear la integridad intestinal pero que tienen relación con lograr esa mayor protección de la integridad intestinal.

    Y por último una tercera capa que son los servicios customizados, los servicios más a demanda, que es cuando detectamos –producto de esta cercanía que tenemos con el cliente–, una necesidad puntual en algún área, y le ofrecemos a nuestros clientes alguno de nuestros consultores internacionales, para poder contar con la posibilidad de poder hacer un trabajo especifico en algún tema que el cliente plantee.

    Por ejemplo, hemos tenido en el pasado necesidades respecto de capacitación animal, hemos hecho un trabajo muy fuerte en los últimos 6 o 7 años con la Universidad de Bristol en conjunto con Cepa y las principales compañías del país, todo lo que tiene que ver con disminución de decomisos en planta de faena, manejo pre faena, carga y manejo de la faena en su momento con profesionales de la Universidad de Auburn, trabajos relacionados a lo que tiene que ver con programas de control de Salmonella, alguna asesoría puntual en lo que tiene que ver en diseño de plantas de alimento balanceado… Tenemos una paleta importante, una red global de consultores que están a disposición cuando el cliente lo requiera”.

    LA NECESIDAD DE CRECER EN EL MERCADO INTERNACIONAL

    Para comprender la evolución y el crecimiento en el consumo de carne aviar en Argentina, es necesario tener en cuenta que el consumo de carnes en nuestro país, históricamente se ha ubicado dentro de niveles realmente importantes (120 kg/hab/año) y que recién a partir del nuevo milenio el consumo de pollo registró un notable incremento en detrimento de la carne vacuna, principalmente. Según Zingoni, “hay un factor relacionado a la urbanización de la población, a la disminución del tamaño de la familia, a la facilidad que tienen los productos avícolas respecto del precocido; pensemos en los millennials que quieren ir a un supermercado a buscar algo: es muchísimo más fácil comprar una suprema de pollo que ir a la carnicería y comprar un peceto que no saben ni cómo cocinarlo… O resulta que el tamaño de la familia al estar compuesta por 2 o 3 personas se vuelve un incordio, porque resulta que cocinás y te sobra…

    La avicultura de alguna manera va adelante en cuanto a eso y obviamente ha sacado ventaja. Ahora bien, cuando se alcanza un nivel de consumo de 45 kilos por persona, empezamos a acercarnos a un techo… y la realidad es que la salida pasa por el mercado externo. Argentina va a continuar teniendo un crecimiento demográfico como los países en desarrollo entre el 1% y el 1,1% anual, que va a absorber parte de la producción, pero estamos lejos de poder sostener las tasas de crecimiento que hemos tenido en el pasado para la avicultura sin la exportación.

    Y cuando miramos la evolución del mercado externo, Asia se presenta como un comprador importante: hay que estar muy atentos al fenómeno Asia, pero también hay que prestarle especial atención a los países Árabes. Yo quisiera hacer dos comparaciones, la primera, relacionada con el mercado granario. Los granos se producen en su mayoría para terminar haciendo carne o leche; recuerdo hace 15 años cuando por primera vez visité la provincia de Entre Ríos, si te parabas un rato frente al río Paraná, de a ratos veías un solo barco que llevaba soja…

    ¡Hoy pasas y parece la General Paz! Cuando Argentina se llamaba «El Granero del Mundo», producíamos 10 millones de toneladas de granos, hoy estamos cerca de los 150 millones, o sea que en un siglo multiplicamos por 15, y eso es por la demanda que hay en el mundo. Cuando uno mira los datos de la evolución de importación de carne por parte de Asia, yo creo que hay que prestarle mucha atención, porque en algún caso pueden ser hasta alarmantes.

    China se abrió a la importación de carne vacuna recién hace 7 años y hoy ya importa el 20% de lo que consume de carne vacuna, y el consumo de carne vacuna de China es 6 kilos per cápita, o sea que incrementando 1 o 2 kilos en un mercado de más de 1.000 millones de habitantes, es una cantidad que a los que estamos en el día a día nos cuesta entender, y no hay nada que indique que eso va a ir en sentido contrario. Hay que entender que China y el resto de los mercados son realmente enormes; India y Bangladesh son países de mucha población.

    China en realidad tiene 300 millones de personas de clase media para arriba, pero aún así sigue teniendo más de 1.000 millones de habitantes que viven todavía con niveles de consumo de proteína animal marginales, esa gente va a ir entrando al mercado año a año, y no hay tantos países de donde llevar productos.

    Argentina tiene condiciones naturales que deberían ser acompañadas por políticas acordes para que se potencie la exportación. En el mientras tanto, a nosotros –que estamos en el sector– nos toca hacer lo que está bajo nuestro control y ahí es donde primero tenemos que contar con el acceso, o sea tener un status sanitario que nos permita acceder a esos mercados y contar con los estándares que nos permitan que ese mercado nos certifique y nos habilite para poder exportarle.

    Después, por supuesto, ser competitivo en costo, porque vamos a salir al mercado internacional y vamos a competir con el resto de los oferentes. Los empresarios tenemos que estar manejando el hoy y mirando el mañana, porque mañana ya se convierte en hoy y te lo encontrás. Cuando uno está viendo la evolución de Asia, sin ninguna duda es un mercado monstruoso que va haber que abastecer, y hay que estar preparado para ser competitivo y tener un status sanitario que nos permita acceder”, señala Zingoni.

    CUANDO LA RENTABILIDAD ESTÁ ATADA A LA EFICIENCIA

    Indudablemente, en un mercado cada vez más competitivo, donde la pelea se da por centavos y las buenas rachas no suelen tener la virtud de dejar en el olvido a las malas –como sucedía en otras épocas–, la industria debe efocarse más que nunca en ser eficiente y, de esa manera, bajar los costos productivos a su mínima expresión. Juan Pablo Zingoni sostiene que este fenómeno ya se ha visto con anterioridad en otras industrias y considera que “en la medida que el mercado ya se saturó, pasa a ser una competencia por quien produce a menor costo.

    En esa producción a menor costo lo que hay que entender cuando uno mira costos, es que estamos mirando la eficiencia de conversión, porque al final –como productores– estamos buscando hacer una transformación de insumos en un producto que podamos vender, en este caso el pollo.

    El fenómeno de eficiencia en la conversión es independiente de si el precio está bajo o alto, es independiente de si exporto o no exporto, y es independiente de todos los factores. Si el precio está alto y tenemos mejor conversión, gano más, si el precio está bajo y tengo mejor conversión pierdo menos; si estoy exportando y tengo mejor eficiencia de conversión voy a tener más rentabilidad en la exportación…

    Lo que quiero transmitir es que siempre conviene tener los mejores parámetros posibles, de hecho si uno compara en el tiempo una empresa que tiene un punto de conversión mejor que otra, eso se va acumulando en el tiempo y en los mejores momentos va a ganar más, en los peores momentos va a perder menos, y llega un momento que se vuelve irreversible. En una actividad tan compleja, competitiva y multifactorial como la avicultura, no tenemos que esperar siempre soluciones mágicas, sino estar al tanto de cada uno de los eventos que hacen al proceso.

    Alguna vez me tocó leer sobre industrias altamente competitivas, visité el Museo de Fangio y pude ver cómo preparaban los Maserati, los Ferrari y los Mercedes Benz para correr y ser campeones del mundo. Desde el mecánico que coloca la rueda y baja una milésima de segundo, el que diseña el neumático y hasta el piloto cuando agarra la curva… La realidad es que son industrias donde la sustentabilidad depende de esa mirada, de toda la complejidad que tiene y como en cada una de esas áreas puede ser mejor.

    Por supuesto, el rol de la estrategia empresarial y el líder que tiene la compañía juegan un rol vital –y eso lo sabe cada empresario–, por eso están donde están, pero debajo de su estrategia, yo creo en esa mirada de entender la complejidad que tiene la industria y la posibilidad de poder hacerlo mejor en cada una de las etapas es algo que va a robustecer mucho a una empresa. Y atención, porque ahí juegan un rol fundamental todos los empleados de la empresa, la gente que está ejecutando en granja, cada uno es responsable de agregarle a ese Fórmula 1 el segundo que está bajo su control”.

    AVICULTURA DE PRECISIÓN

    Uno de los caminos que llevan a la eficiencia en la producción, y por ende, a una baja en los costos con su consecuente incremento en la rentabilidad, es el de la Avicultura de Precisión. En momentos en que la carne aviar se posiciona como la principal fuente de proteína animal en el mundo por el hundimiento del mercado del cerdo en China a causa de la peste porcina africana (PPA), las empresas avícolas deben tener en cuenta que la suma del conocimiento del negocio y los procesos biológicos, los datos y las tecnologías digitales son clave para tomar decisiones que las lleven a ser más eficiente y sustentables.

    El concepto no es nuevo, de hecho en la Unión Europea existe desde hace años el proyecto “Precision Livestock Farming” que involucrando a 13 países estudia la forma de utilizar la tecnología que brinda la informática y los actuales medios de comunicación para permitirle a los productores conocer en tiempo real lo que está ocurriendo en su granja con el fin de manejarla de la manera más eficiente posible.

    Juan Pablo Zingoni coincide con esta tendencia y, en ese sentido considera que a veces, los vaivenes económicos y políticos que se viven en Argentina atentan a la hora de pensar en «precisión » a la hora de producir, “pero si miramos un poco para el costado y salimos a la ruta, nos vamos a encontrar con que el productor agrícola también está en el mismo país que nosotros, atado a la misma realidad y no deja de perseguir cómo tener un mejor tractor, cuál es la mejor sembradora, cómo puede mejorar la densidad de siembra o cómo puede mejorar el nacimiento, y está detrás de cada detalle.

    Se ha virado hacia una agricultura de precisión donde hoy piensan en el control de malezas con drones, en la informatización de los sistemas; hay un desarrollo impresionante en el mismo contexto. Entonces, hoy creo que no debemos dejar de pensar y ver que podemos aprender de los que tenemos al lado y de cómo se enfocan en tratar de lograr la mayor eficiencia posible.

    Cuando uno estudia los productores top de las diferentes industrias, cae en la cuenta que ellos tienen muy claro que a veces para lograr un costo final más bajo tienen que hacer inversiones intermedias altas; una empresa de logística, muchas veces, para lograr el menor costo por kilómetro recorrido, tiene que invertir en el mejor camión; una empresa aerocomercial, para lograr el menor costo por hora de vuelo, muchas veces tiene que invertir en la mejor turbina que hay en el mercado…

    Cada industria está viendo cómo puede invertir en todo momento en la mejor tecnología. El paradigma es cómo me hago del recurso para poder invertir, y no si lo tengo que invertir. El que no lo está invirtiendo es porque no lo tiene, pero si lo puedo tener, el día que tenga la posibilidad lo tengo; eso es lo que gobierna en las industrias competitivas y yo creo que tenemos que ir en esa dirección.

    En Argentina hay un montón de empresas que han hecho inversiones enormes mejorando plantas de incubación, plantas de faena, etc., y saben el resultado: mejoras la incubación y bajas el costo del pollito bebé… Lo mismo pasa con la integridad intestinal: al invertir más vas a tener una mejor performance y, producto de ello, un beneficio económico”.

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    Zingoni destaca que en los años que lleva en la actividad, ha visto que en la medida que las empresas se transforman en “grandes”, se forman lo que se llaman “silos”, que es cuando se toman decisiones en un área aislada que terminan impactando en otra área. “Si por ejemplo, yo estoy formulando un alimento, y porque quiero ahorrar determinada cosa termino quitando un producto, capaz que después al que está en campo le genera un perjuicio en su performance o en la planta faenadora; si por no usar tal o cual vacuna, por no aplicar tal o cual medida de control, me descuido y tengo un problema y después me cierran un mercado, el problema lo va a tener la gente de Comercio Exterior.

    Entonces, hay que evitar que se tomen decisiones aisladas sin buscar una discusión más dentro de la empresa. Es algo que sucede en las empresas a medida que van creciendo y lo tenemos que cuidar”. Por otra parte, el General Manager de Elanco, señala que las empresas deben preguntarse en qué nivel de discusión quieren posicionarse. “Para competir en una industria, hay un primer nivel que es «hacer lo fundamental»; nosotros, para competir en la industria de Salud Animal tenemos que hacer un producto de máxima calidad, contar con una logística eficiente, un buen servicio post-venta, debemos innovar… Pero todo esto no lo tenemos que hacer para salir campeones mundiales, lo tenemos que hacer para llegar al año que viene…

    Es «hacer lo fundamental» para participar en la industria. Después, pasamos a un segundo nivel que es «cómo me rodeo de los partners correctos»; nosotros como compañía tenemos que tener proveedores de infraestructura de informática de primer nivel, proveedores de packaging de primer nivel, proveedores de excipiente de primer nivel, empresas de logística de almacenamiento de primer nivel… Me tengo que rodear de lo correcto, no puedo desarrollar el mejor producto para el mercado, invertir en las plantas de producción de la máxima calidad y después resulta que no puedo entregar en tiempo y forma porque no tengo el partner correcto.

    Y por último, existe un tercer nivel que es cuando tengo los dos niveles anteriores bajo gobernanza, y eso te permite enfocarte en «la generación de marca, el desarrollo de nuevos mercados». Hoy, en el año 2020, creo que el productor tiene que ponerse rápido en ese modo, no puede seguir discutiendo si maneja bien o no maneja bien, sí avanza en la genética o no avanza en la genética… Tal vez, vamos a tener que aceptar realidades en un mercado totalmente restringido de créditos, seguramente vamos a tener que aceptar y producir con la infraestructura que nos toca, pero bajo esa realidad tratemos de hacerlo de la mejor manera posible en lo que podamos controlar del proceso, y es ahí donde viene todo este tema de la sanidad y de que a veces con muy bajas inversiones en programas de punta, se logran niveles de eficiencia muy elevados”.

    A MODO DE CONCLUSIÓN

    Juan Pablo Zingoni considera que “el primer punto a entender es que cuando estamos mirando un tema de sanidad, tenemos que verlo desde la perspectiva de producción. Protegernos incide tan poco en el costo que tenemos que verlo más de la perspectiva de riesgos.

    Cuando estamos mirando la nutrición, en el abordaje lo miramos más como de performance, porque mejora la nutrición y mejora la performance. Cuando miramos la sanidad, como el ave nace sana, lo que tenemos que mirar es el riesgo; es como el seguro de un auto: el auto sale del concesionario y no choca, o sea contratás el seguro por si chocás… es una mirada más de evitar pagar un costo de la ineficiencia. De ahí en adelante, es cómo salgo a buscar el mejor seguro, cómo salgo a buscar el mejor Escudo que me proteja la integridad intestinal, y sin lugar a dudas, nosotros venimos desarrollado en nuestros más de 40 años en este área el mejor Escudo para el control y la protección de la integridad intestinal, que son nuestros programas Full Elanco Invierno –desde abril hasta octubre– y Full Elanco Verano que –desde octubre hasta marzo–.

    Estamos trabajando con todos nuestros clientes este programa, monitoreando con el programa HTS y obviamente brindándoles la información para que vean que en lo que invierten les retorna”, concluye Juan Pablo Zingoni, General Manager de Elanco.