Entrevistamos al MV Claudio Glauber (Dirección Nacional de Operaciones del Senasa) a propósito del lanzamiento de la Comisión de Lechería de la BPA (Buenas Prácticas Agropecuarias). Con la participación de distintas Instituciones y entidades vinculadas con el sector lechero y producción primaria láctea, lanzaron una nueva Guía de Buenas Prácticas de Manejo en tambos.
La Guía incluye 12 capítulos que pretenden abarcar a todos los sectores del tambo, con 6 anexos que involucran distintos aspectos que el tambero necesita para mejorar sus buenas prácticas. “Está pensada para todo tipo de tambos (chicos y familiares). La escala no importa, importan las ganas de querer hacer las cosas bien”, explicó Glauber.
La guía fue actualizada teniendo en cuenta, entre otras cosas, la detección de ciertas falencias a que aún prevalecen en el sector como lo es la problemática de el manejo de afluentes en el tambo “es un tema que nos preocupa porque los compradores exigen un mejoramiento en el tema afluentes”, expresó Glauber; por otro lado destacó que el manejo de la recría y la crianza representa un gran desafío para el sector “porque aún está atrasada la edad del primer servicio por un mal manejo con la recría en general”.
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En su confección Junto con el Ministerio de Agricultura y su Coordinación de Lechería, se involucran Colegios Profesionales, INTA, SENASA, Universidades Nacionales, CREA, CIL, Ministerio de Asuntos Agrarios de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Santiago del Estero, entre otros; y recientemente presentan la versión 2021 de la nueva Guía BPL para tambos. Acceda al documento
Las Guías BPL tienen por objeto proponer mejorar la eficiencia productiva en todos los sectores del tambo, promover acciones de seguimientos en gestión asociados y orientar a mejorar cuestiones de manejo, uso de indicadores confiables, seguros y bien documentados adaptados según cada región, cuenca lechera, sistema de producción y escala de los tambos.
Aplicar BPL permite prevenir, promueve la realización de acciones diagnósticas, orienta hacia la planificación estratégica y establece interacción entra operarios, tamberos, productor y los profesionales asesores
La calidad, composición y cantidad de la leche de vaca a entregar a la industria depende en gran parte del buen estado sanitario del rodeo, de una alimentación adecuada y un buen manejo de la misma, ordeñe y correcta manipulación, bienestar animal y transporte.
Para obtener resultado óptimo en las BPL (buenas prácticas de manejo en tambos) son necesarios controles que aseguran el cumplimiento de los procedimientos y los criterios para lograr la calidad esperada, garantizar la inocuidad y esperar calidad sanitaria, higiénica y composicional de la leche exigida por los consumidores y la industria
En tambos fábrica los monitoreos son útiles para detectar, la presencia de contaminantes física, química y/o microbiológica en leche cruda, cuantificar el riesgo y proponer la acción correctiva y manejo adecuado en rodeo en producción primaria. Es importante que los controles tengan personal capacitado, un responsable con registros seguros y actualizados.
Durante una correcta aplicación de la Guía BPL es imprescindible la participación de personal entrenado y un sistema de documentación y registros adecuado al sistema de producción que incluya origen de materias primas e indicadores que permitan reflejar los resultados y avances del control de gestión.
La guía BPL conforma distintos sectores del tambo, instalaciones, animales, operarios, insumos, problemática ambiental, bienestar y confort animal.
Por ejemplo actividades relacionadas con el preordeño, ordeño y postordeñe, programas de salud animal, manejo de la alimentación y su origen, almacenamiento, conservación y distribución a los animales, normas de bienestar y confort o seguridad en el manejo de efluentes son, entre otros, algunos parámetros que requieren control y seguimiento.
En realidad, la utilización en los tambos de Guías BPL son herramientas de control de gestión y un conjunto de normas que se aplican para lograr un mejor resultado luego de detectar para corregir defectos en la producción.
Involucran el seguimiento de prácticas de higiene, conocimiento del sistema y establecer criterios uniformes de manejo entre el personal de campo.