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    Control sanitario de la población de moscas en producción avícola

    Las plagas representan un riesgo importante para la industria avícola, con consecuencias devastadoras sobre la salud animal y la inocuidad de los alimentos. Las moscas han cobrado gran relevancia, por el potencial de causar una disminución de la eficiencia productiva.

    Las moscas son agentes biológicos indeseables en los sectores productivos, dado que ocasionan pérdidas por generar estrés en los animales, además de convertirse en fuente de microorganismos patógenos, manteniendo en circulación enfermedades dentro de los galpones y el ambiente.

    Las moscas sinantrópicas que se encuentran asociadas con la producción animal intensiva pertenecen al orden Díptera, son especies de la Familia Muscidae, entre la que se encuentra la “mosca doméstica” (Musca domestica).

    Las moscas presentan una anatomía compleja y sus diferentes estructuras se van desarrollando y transformando a lo largo de distintas etapas, proceso conocido como metamorfosis.

    La mosca hembra posee un alto potencial reproductivo y es capaz de oviponer hasta 150 huevos cada tres a cuatro días, sobre materia orgánica en descomposición (1).

    El desarrollo comienza con una etapa embrionaria, que inicia con la puesta del huevo y finaliza con su eclosión, para dar origen al primer estadio larvario. Para alcanzar la forma adulta, la larva debe transitar una metamorfosis completa, durante la cual se reorganiza y reconstruye todo el cuerpo. Estos sucesos, ocurren durante una etapa post embrionaria, donde las larvas se alimentan y aumentan su tamaño, culminando en una fase de pupa, la cual es metabólicamente muy activa dado que se produce una remodelación de los tejidos (1).

    La etapa post embrionaria finaliza con la síntesis del exoesqueleto adulto y con el desprendimiento de la última capa de la pupa para dar lugar a la emersión de la mosca adulta. En cada evento de muda ocurren una serie de cambios con la piel, incluyendo reacciones bioquímicas que conducen al endurecimiento y bronceado del exoesqueleto (2).

    El exoesqueleto es la cubierta exterior que proporciona soporte y protección a los tejidos vivos de los artrópodos. Se compone de una cutícula externa y una epidermis interna, siendo esta última, la única capa de células que sintetiza todo en la cutícula (1), además de impulsar la muda (2).

    La cutícula es una estructura compleja, formada por capas ordenadas de células muertas y compuesta predominantemente por un polisacárido de quitina. La porción quitinosa del exoesqueleto es la más abundante y la primera que se produce durante el proceso de muda. Las capas restantes de la cutícula, están compuestas primariamente por lípidos, proteínas estructurales y enzimáticas (1).

    ¿Qué problemas que ocasionan las moscas?

    La producción avícola se ve afectada enormemente por la presencia de moscas, las cuales plantean importantes problemas de índole sanitario y económico. Esta plaga produce un impacto directo sobre los animales y su rendimiento productivo, causando malestar, estrés y disminución del consumo de alimento, además de ser un factor de riesgo para la salud animal y humana, así como también para la inocuidad de los alimentos.

    Las infestaciones por moscas que afectan a las naves avícolas pueden acarrear un costo equivalente a un 10 % de pérdidas en tasa de crecimiento (3).

    La capacidad de trasladarse mediante el vuelo a distancias de hasta 32 km por día (4) y posarse sobre superficies con distintos grados de contaminación (fosa de guano, cama de los galpones, alimento, etc.), convierten a la mosca en un vector mecánico de enfermedades de origen bacteriano, viral, micótico e incluso parasitario, causantes de graves perjuicios a las aves en producción. A esto se agrega, la capacidad de transmisión a los seres humanos, por contacto directo o mediante el consumo de alimentos contaminados

    Las moscas dispersan patógenos a través de las piezas bucales, las gotitas de vómito, las heces y la superficie de su cuerpo (5)

    Las moscas pueden transmitir patógenos virales aviares, como los virus de Newcastle y la Influenza Aviar, de forma inactiva con la superficie de su cuerpo y/o ingiriendo activamente a través de excrementos y secreciones de pollos infectados (5).

    Un estudio realizado en moscas (Musca domestica) demostró que las mismas presentaban una baja resistencia natural a la colonización intestinal por Salmonella typhimurium. Se pudo observar que, al ofrecer alimento contaminado con Salmonella a moscas libres de gérmenes de 1 día de edad, las bacterias fueron capaces de colonizar el intestino de más del 50% de las moscas, las cuales excretaron Salmonella en algún momento durante los 10 días posteriores a la ingestión (7). Esto denota el rápido potencial de diseminación de Salmonella que pueden causar las moscas, agravado por el riesgo zoonótico de transmisión mediante alimentos contaminados, como huevos o carne de origen aviar, hacia los consumidores.

    ¿Por qué es importante el control?

    El impacto que generan las plagas sobre el bienestar y la productividad animal, demanda un fortalecimiento de las medidas de control sistemático de moscas, lo cual representa un eslabón imprescindible en la bioseguridad y sanidad de la producción avícola. A su vez, el abordaje de este factor biológico, recobra importancia por resguardar la salud pública.

    Las estrategias de control tienen como objetivo reducir la población de moscas existentes, así como simultáneamente, evitar que se generen nuevas poblaciones.  Es fundamental optimizar y racionalizar el uso de estos recursos para el control de moscas, acentuando la importancia en la efectividad y sostenibilidad del uso de los distintos métodos, sin perjudicar el medio ambiente, la salud animal y humana.

    La población de moscas se distribuye en el ambiente en una proporción visible comprendida por moscas adultas, que representa el 15% del total. Sin embargo, la mayor parte (85%) está compuesta por las formas inmaduras (pupas, larvas y huevos), que no suelen verse a simple vista, debido a que se ocultan en aquellos sitios con mayor presencia de materia orgánica, para alimentarse y crecer, con el fin de formar nuevas moscas.

    Los métodos de control que actúan sobre los estadios inmaduros de la mosca doméstica son más efectivos. Por un lado, porque interrumpen el ciclo biológico, evitando el desarrollo, la multiplicación y la generación de moscas adultas. Por otro lado, porque apuntan contra la fuente de mayor proporción que se manifiesta en el ambiente.

    Los principales métodos de control incluyen los destinados a ejercer un efecto sobre las moscas adultas y sus formas inmaduras, como por ejemplo el uso de insecticidas, así como los métodos que tienen la finalidad de mejorar el saneamiento del medio, es decir, mantener un ambiente limpio e higiénico para minimizar los sitios ideales de oviposición de las moscas adultas

    Un enfoque integral que combine de forma estratégica las mejores prácticas y alternativas, confiere un control más eficiente de las moscas, dado que permite abarcar los distintos estadios de su ciclo biológico.

    Para lograr un control efectivo de las moscas relacionadas a la producción avícola, se requiere una combinación de los métodos bajo un programa integrado.

    El control ambiental o de saneamiento del medio, apunta principalmente al manejo de:  la cama o guano, los desperdicios alimenticios, las excretas, los animales muertos y otras fuentes menores de contaminación. Así como también, el mantenimiento de las instalaciones, vacío sanitario, barreras físicas y el aporte de una buena ventilación de los ambientes, con el fin de regular de forma adecuada la temperatura y humedad de los galpones (4), lo cuales son factores ambientales claves que influyen sobre la velocidad del ciclo biológico.

    Figura 4. Estructura química de la ciromazina (9)

    El control biológico permite reducir la carga de moscas mediante el uso de agentes o sustancias naturales, como bacterias entomopatógenas del género Bacillus (13), extractos y aceites vegetales. Son alternativas ecológicas e inocuas para los animales, las personas y el ecosistema, viables para complementar los otros métodos

    El control químico implica el uso de compuestos químicos que actúan sobre los distintos estadios de desarrollo de las moscas, adultos o inmaduros.

     

    Los adulticidas, eliminan las moscas adultas y, en consecuencia, contribuyen a disminuir el potencial de oviposición y la regeneración de nuevas moscas.

    Existen diferentes opciones en el mercado: cebos y pinturas, insecticidas para aplicar mediante fumigaciones y aspersiones, entre otros. No presentan efecto a largo plazo, por lo tanto, los estadios inmaduros continúan evolucionando.

    Los larvicidas son compuestos que interfieren sobre los estadios inmaduros del ciclo biológico de la mosca, afectando su normal crecimiento e inhibiendo su desarrollo.

    La problemática del uso de químicos es la aparición de resistencias, que actualmente muchas plagas han desarrollado a los insecticidas (4). Por ejemplo, las moscas domésticas han desarrollado resistencia a los piretroides (8). Con el fin de mitigar la generación de resistencia, es indispensable hacer uso consciente y responsable de los productos insecticidas, realizar una rotación de las drogas, así como contar con información confiable acerca de los mecanismos de acción y seguridad de los mismos.

    La Ciromazina es una triazina que actúa como regulador del crecimiento en los insectos. Actúa durante el estadio de PUPA inhibiendo la formación de la quitina. De esta forma, la pupa no puede sintetizar su exoesqueleto y transformarse en adulto, lo que provoca la muerte del insecto.

    La ciromazina es un insecticida selectivo que actúa inhibiendo el proceso de muda en los insectos (9). No se absorbe de forma eficiente a nivel intestinal, por lo tanto, no logra alcanzar concentraciones significativas en los tejidos y generar residuos.

    DEBIDO A QUE LOS MAMIFEROS NO POSEEN EXOESQUELETO, LA CIROMAZINA ES 100% SEGURA Y NO GENERA NINGUN EFECTO EN LOS HUMANOS O ANIMALES.

    Es un potente larvicida y resultados de pruebas muestran que tiene un buen potencial para el control de moscas domésticas, incluso las que ya desarrollaron altos niveles de resistencia a otros insecticidas (10).

    En un estudio se evaluó el destino metabólico de la ciromazina administrada con el alimento a gallinas ponedoras a una dosis de 0,5 mg/kg de peso corporal/día durante 7 días. Se tomaron muestras de los huevos recolectados, las excretas y tejidos, las cuales se analizaron para determinar el residuo radiactivo total (TRR). En promedio, el 99,8 % de la radiactividad aplicada se recuperó en el experimento, principalmente en las excretas (99,1 %). Las claras y yemas de huevos representaron el 0,4 % y el 0,2 % de la dosis total aplicada, respectivamente, por otro lado, los residuos tisulares solo fueron del 0,1 % (9). De acuerdo con los datos obtenidos, la ciromazina se eliminó casi en su totalidad por las heces, sin generar residuos en tejidos y huevos.

    Otro estudio tuvo como objetivo conocer la farmacocinética plasmática y los perfiles de agotamiento tisular de la ciromazina en pollos después de la administración oral durante un período de 14 días, sola o en combinación con melamina, una sustancia producto de la degradación de la ciromazina. Según los resultados de este estudio, el uso de ciromazina como aditivo para piensos, ya sea sola o en combinación con melamina, no logra producir niveles de residuos inseguros en productos comestibles, siempre que se sigan períodos de retiro apropiados (11).

    En un ensayo realizado para determinar los residuos de un insecticida a base de ciromazina y su metabolito melamina, por el método de cromatografía líquida de alta resolución en muestras de carnes y huevos de aves, se encontraron concentraciones poco significativas, por debajo de 0.02 ppm. (12).

    La tolerancia de la ciromazina y su metabolito melamina es de 0,05 ppm para la carne de aves y de 0.25 ppm en huevos. (Code of Federal Regulations 1987. Tolerances for Residues of New Animal Drugs in Food. Part 556.67, Title 21, U. S. A.).

    En este contexto, Vetanco ha desarrollado el AMBLIFUD TRIAZIN, un larvicida altamente selectivo sobre moscas, formulado a base de CIROMAZINA AL 1%, que se administra de forma práctica en el alimento de las aves y permite el control de la población de moscas que afectan a la producción.

    El producto actúa sobre dos fuentes importantes de generación de moscas: el alimento y las heces en descomposición. A medida que las aves lo ingieren, comienzan a liberarlo con las heces, de esta forma se mantiene una concentracion constante y estable del producto en el ambiente (en la cama de los pollos o en las torres de guano de las ponedoras) donde ejerce su acción, de frenar el pasaje de pupas a adultos.

    Es un producto de baja toxicidad para mamíferos. En gallinas ponedoras se puede administrar de forma continua, ya que no deja residuos en huevos. En las aves destinadas a consumo humano se debe retirar el producto 3 días previo a la faena.

    Es así como, mediante el uso de AMBLIFUD TRIAZIN en los sistemas de producción avícola, se logra controlar la población de moscas, con el fin de preservar la salud, el bienestar y el rendimiento productivo de las aves. Así como también, al disminuir la transmisión de enfermedades por estos vectores, contribuye a la seguridad alimentaria y a la protección de la salud pública.

    Referencias

    1. Taylor M.A, et al., 2007. Section 13: Facultative ectoparasites and arthropod vectors. pp. 679-726 In Veterinary Parasitology 3th ed. by Blackwell Publishing Ltd.
    2. Rivers, B. David. Insects: Evolutionary Success, Unrivaled Diversity, and World Dominatio. JHU Press, 2017.
    3. Managing Fly Infestations in Poultry and Pig Production (2015). The Poultry Site. Recuperado de: https://www.thepoultrysite.com/articles/managing-fly-infestations-in-pig-and-poultry-production
    4. Control de plagas en establecimiento avícolas – Guía de buenas prácticas – año 2018 – SENASA
    5. Habibi, Hassan & Firouzi, Sobhan & Rohollahzadeh, Hadi. (2018). THE FLIES’ AS A MECHANICAL VECTOR OF AVIAN VIRAL PATHOGENS.
    6. Horimoto T, Kawaoka Y. Pandemic threat posed by avian influenza A viruses. Clin Microbiol Rev. 2001 Jan;14(1):129-49. doi: 10.1128/CMR.14.1.129-149.2001. PMID: 11148006; PMCID: PMC88966.
    7. Greenberg B, Kowalski JA, Klowden MJ. Factors affecting the transmission of salmonella by flies: natural resistance to colonization and bacterial interference. Infect Immun. 1970 Dec;2(6):800-9. doi: 10.1128/iai.2.6.800-809.1970. PMID: 16557919; PMCID: PMC416094.
    8. Scott JG. Evolution of resistance to pyrethroid insecticides in Musca domestica. Pest Manag Sci. 2017 Apr;73(4):716-722. doi: 10.1002/ps.4328. Epub 2016 Jul 13. PMID: 27241012.
    9. CYROMAZINE (169) First draft prepared by Prof. Eloisa Dutra Caldas University of Brasilia, Brasilia, BRAZIL. FAO.
    10. Kelly JA, Stubbs MR, Pinniger DB. Laboratory evaluation of cyromazine against insecticide-resistant field strains of Musca domestica. Med Vet Entomol. 1987 Jan;1(1):65-9. doi: 10.1111/j.1365-2915.1987.tb00324.x. PMID: 2979522.
    11. Rairat, Tirawat & Ou, S. & Chang, S. & Li, K. & Vickroy, T. & Chou, Chi-Chung. (2016). Plasma pharmacokinetics and tissue depletion of cyromazine and its metabolite melamine following oral administration in laying chickens. Journal of Veterinary Pharmacology and Therapeutics. 40. 10.1111/jvp.12379
    12. Chou, Shin-Shou & Hwang, Deng-Fwu & Lee, Hui-Fang. (2003). High performance liquid chromatographic determination of cyromazine and its derivative melamine in poultry meats and eggs. Journal of Food and Drug Analysis. 11. 10.38212/2224-6614.2687.
    13. Zimmer CR, Dias de Castro LL, Pires SM, Delgado Menezes AM, Ribeiro PB, Leivas Leite FP. Efficacy of entomopathogenic bacteria for control of Musca domestica. J Invertebr Pathol. 2013 Nov;114(3):241-4. doi: 10.1016/j.jip.2013.08.011. Epub 2013 Sep 7. PMID: 24018169.

    Autor: Vet. Cecilia Rodríguez – Redactora Técnica