La Gripe Aviar ya está en territorio argentino y toda la industria avícola está en alerta debido a la virulencia que presenta esta cepa que circula en el mundo desde 2021. Al respecto, Jorge Venturino, Gerente técnico de la división Avicultura de Biofarma, aseguró que “estamos preocupados, pero no sorprendidos porque, si bien este virus que está circulando lo conocemos desde hace mucho tiempo a pesar de no haberlo padecido, ha adquirido algunas características distintas que lo han hecho un poco más peligroso”. “Los virus se van modificando con el tiempo, tienen reacomodamiento de su genoma y adquieren distintas características. Una de las que más nos llama la atención, y que nos preocupa, es que tiene un carácter dominante y expansivo, ya está en cuatro de los cinco continentes, lo que nos demuestra que ha adquirido mayor virulencia, por lo que nuestra respuesta tiene que estar acorde a esta nueva situación”, indicó el especialista. En esta dirección, Venturino dijo que “tenemos que actuar de acuerdo a la realidad y no a un manual. No estamos hablando de las mismas medidas de bioseguridad de antes del 14 de febrero -cuando se detectó el virus- que ahora, porque el virus ya está dentro del país y se distribuyó de forma muy rápida. Tenemos que hacer todo lo posible para que el virus no se difunda y en ese sentido tienen que apuntar las medidas de bioseguridad”, destacó.
Respecto de las medidas a tomar, Venturino advirtió que “este virus nos encuentra con niveles de bioseguridad bastante precarios a nivel de granjas. Hemos tenido mejores épocas en cuanto a estatus de bioseguridad. Lo que no tenemos es tiempo. Si bien se ha mejorado mucho, todavía queda bastante por hacer”. Luego, se refirió a las aves de traspatio y adujo que “no son otra cosa que un eslabón en la cadena epidemiológica de transmisión del virus. Han existido siempre, son preexistentes a la avicultura comercial y tenemos que evitar que entren en contacto con las aves que están en granjas industriales. Por eso, en este momento, se impone más que nunca que las aves de traspatio no estén en contacto con las aves comerciales”.
Entre las medidas esenciales a tomar, el especialista enumeró: granjas cerradas, filtros de desinfección y prohibición de ingreso de vehículos y personas que no tienen que ver con el circuito productivo. “Muchas veces, los mismos empleados de las empresas avícolas tienen aves de traspatio en su casa, que entran en contacto con las aves silvestres y ahí es donde entra el virus a los galpones industriales”, indicó.
Por otro lado, Venturino aseguró que “el Estado solo no puede contra estas cosas, por eso necesita un fuerte vínculo con el sector privado, no solo cámaras, sino con los productores que no están comprendidos dentro de las cámaras. Hay que ir personalmente a las granjas y controlar que se estén cumpliendo con las medidas vigentes. Hay que evitar cargar el ambiente de virus, cuanto antes se actúe frente a un caso positivo, vamos a prevenir la alta circulación del virus”.
Finalmente, el especialista se refirió a si es bueno aplicar o no vacunas: “personalmente estaba en contra de la vacuna, pero hoy con el virus adentro estoy a favor”. De todos modos, admite que no es una decisión fácil de tomar “porque las vacunas no son lo suficientemente eficientes para lo que nosotros necesitamos. Hoy no disponemos de vacunas que respondan a nuestras necesidades, como atender a los parrilleros. Hoy no existe la vacuna ideal, pero va a ser una herramienta importante para el control y erradicación de la enfermedad”, concluyó.