El mercado externo para avicultura argentina se reactiva paulatinamente, luego del primer brote de Gripe Aviar detectado en febrero último. En este sentido el titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech dijo que “están comenzando a dar respuestas algunos de los principales destinos. Son datos alentadores. Hay aprobación respecto de lo que está proponiendo el Senasa sobre cómo garantizar seguridad en los embarques que se van a enviar”. Asimismo, aseveró que “Es un dato muy positivo, pero de todas maneras siguen sin avanzar todavía los principales mercados, aunque volver a estabilizar todo este tema va a demandar entre 60 y 90 días”.
En otro orden, Domenech aseguró que, si el virus ataca el “origen”, se complicaría aun más la producción. “En el caso de los pollos, con el ingreso de 600.000 abuelos por año, se hacen 8 millones de reproductoras, que a su vez dan 950 millones de pollos”
Respecto de la vacuna, indicó que “aún no hay datos concretos de que sea verdaderamente eficiente”. En este sentido, agregó que aún no hay una solución a nivel mundial y apuntó a que “Estados Unidos lleva sacrificadas a la fecha 175 millones de ponedoras y aproximadamente 50 millones de pollos parrilleros. Si hubiera una solución, ya estarían aplicándola, lo que no quiere decir que no se esté trabajando activamente en encontrarla”. A nivel local, dijo que la Argentina, con un solo brote puntual originado en Gral Roca, lleva 600.000 pollos sacrificados, leídos en función de los 150 millones de pollos en ciclo de crianza permanente, es un número insignificante, pero para la empresa es una barbaridad”.
En el caso de postura, Domenech aseguró que el número es más importante” porque van más de 800.000 ponedoras sacrificadas o en proceso de sacrificio, tomando nada más que 40 millones de animales en producción, es el 2%, es la mortandad normal de una semana de calor en toda la industria”. “Mirado desde un punto de vista general es muy poco, pero desde la posición del dueño de la empresa, es toda una vida”. Sin embargó, resaltó que “hay que tener presente que con un paso mal dado se pueden llegar a perder de 20 a 25 años de trabajo en el desarrollo de mercados internacionales. Hay que ser prudentes y además trabajar en la base de encontrar un camino en las indemnizaciones para quienes deben aplicar el rifle sanitario. Esto último se está estudiando desde la Secretaría de Agricultura”, concluyó.