Este artículo está pensado para el debate actual sobre los desafíos que debe afrontar la nueva administración del gobierno argentino, donde el desarrollo a largo plazo se convierta en el inicio de un desarrollo sostenido basado en un consenso público-privado.
El desafío de nuestro país es buscar mayor competitividad para los distintos conglomerados productivos de manera tal, que las empresas puedan generar valor agregado en sus exportaciones generando así mayores divisas y simultáneamente impulsar empleos de calidad. Esto no es nuevo en la Argentina donde se viene buscando hace varias décadas una senda de desarrollo que al comenzar a transitarla a los pocos años se discontinúa por diversas situaciones políticas, económicas y de contexto internacional.
Es un hecho que la Argentina acarrea viejos problemas estructurales y que a esto se le añade en el presente un nuevo elemento denominado “disrupción tecnológica”. Esto es una aceleración en los métodos de los procesos de producción que es acompañado por herramientas tecnológicas que mutan constantemente para su gestión. Es llamativo observar en el caso de algunas industrias de “mano de obra intensiva”, este fenómeno ya que produce enormes desplazamientos, dilemas para su reconversión empresaria y/o expulsiones en aquellos puestos de trabajo cuyas actividades resultan de bajo valor agregado, ya que la tecnología sustituye a los trabajos repetitivos.
Teniendo en cuenta este contexto y regresando a nuestro análisis nos focalizamos en aquellas problemáticas que son centrales de cara al futuro. Los objetivos ya se han instalados públicamente, que dependen de las responsabilidades y niveles de actuación de los gobiernos, agentes económicos-productivos, del mundo del trabajo y de los centros de investigación etc.
En este sentido se puede rescatar dos estudios realizados para nuestro país del Dr. en Economía Japonés Saburo Okita, uno de los artífices de la modernización y planificación económica del Japón de la posguerra.
El Dr. Okita, realizó un estudio en respuesta a un pedido por el Gobierno de la República Argentina. Este fue realizado entre los años 1985 y 1986 por un grupo constituido de más de 30 expertos japoneses liderado por el Dr Saburo Okita, en estrecha colaboración con funcionarios y técnicos locales. El trabajo hizo un profundo diagnóstico sobre la macroeconomía, la agricultura, la industria, el transporte y el comercio exterior y ofreció una serie de recomendaciones para la reactivación de la economía argentina basadas en la experiencia japonesa de posguerra, con un fuerte énfasis en la competitividad de la industria, la expansión de las exportaciones y el rol del estado como orientador.
El Informe resaltaba las posibilidades de crecimiento del país basado en el buen aprovechamiento de sus tierras fértiles y recursos naturales como el petróleo, el gas y su capital humano calificado, además de destacar la innovación científico tecnológica que el país posee como un activo prioritario para el desarrollo económico.
Okita presentó en su informe donde señalaba la prioridad de promover las exportaciones manufactureras, pero sin descuidar la importancia de los recursos naturales. Por este caso, afirmaba que la “autosuficiencia energética” era una “ventaja definitiva hacia el futuro desarrollo económico” y arriesgaba que “la economía tendrá que depender fuertemente a corto plazo del superávit generado por la agricultura de exportación”.
Los sectores que se definen en el “Informe Okita I, 1985“ y posteriormente en su actualización en el “Informe Okita II, 1993”, señalan que los sectores en donde la Argentina puede convertir sus ventajas comparativas en competitivas de la mano de la incorporación de agregado de valor dividiéndolo en dos grupos, en el primero:
- Agroindustria
- Ganadería
- Pesca
- Forestación
- Turismo
Y en cuanto al segundo grupo, se destacan los sectores que pueden generar un salto cuantitativo y cualitativo:
- Energías renovables (eólica, solar) y no convencional (shale y oil gas)
- Empresas basadas en el conocimiento (EBC): Biotecnología, Software y Diseño
- Industrialización de productos de Minería (Litio y molidebno)
- Maquinarías para la agroindustria
El informe propone una estrategia de desarrollo autosustentado orientada en la movilización de los recursos internos y en la ampliación del acervo científico tecnológico. Agrega: “La promoción de las actividades de investigación y desarrollo tendrá gran impacto en las innovaciones tecnológicas del proceso productivo y el apoyo de las inversiones industriales para la reactivación económica”.
Las políticas que recomienda el Dr. Saburo Okita, no sólo son las mismas que impulsaron el desarrollo del Japón, sino también de los países de más rápido desarrollo de Asia, como Corea, Taiwán, Malasia, China e India.
El Informe Okita nos puede servir como una herramienta hacia dónde dirigir nuestro país si este el deseo de incorporarse en la senda del desarrollo y la disrupción tecnológica siendo que esta se retroalimenta por la sociedad del conocimiento. La sociedad del conocimiento se presenta en el escenario internacional como el nuevo modelo de organización y funcionamiento basado en intensos flujos de información y comunicación. La exaltación del conocimiento científico y tecnológico como eje de la actividad social y cultural son actualmente un factor básico de la producción.
En la actualización del Informe Okita los sectores para potenciar e incrementar la capacidad científica y tecnológica deben vincularse a las áreas estratégicas de: ingeniería, innovación y la ciencia aplicada.
- Tecnologías aplicadas al agro AGTECH
- Biotecnología aplicada a la agricultura,
- Bioeconomía, insumos y laboratorios farmacéuticos para la ganadería,
- Energías renovables,
- Piezas e insumos para la industria de la defensa.
- Accesorios metalmecánicos y electromecánicos para la automatización, industria 4.0 y inteligencia artificial
- Desarrollo de tecnologías aplicadas para vaca muerta
- Consolidar el desarrollo de investigación e innovación para la industria del software (I+D)
- Industrias creativas y culturales, con base de incorporación tecnológica
¿Es posible treinta y pico de años después retomar con utilidad las recomendaciones del Dr. Saburo Okita y su equipo?.
Yo creo que sí, teniendo en cuenta los cambios tecnológicos, económicos y de la sociedad que se han producidos en estos últimos años. Se mantiene vigente dado que el núcleo de las recomendaciones apuntaba al desarrollo de una base industrial y a la promoción de las exportaciones como forma de consolidar el crecimiento de la economía argentina en un punto de equilibrio entre el estado y la sociedad civil.
Autor: Prof. Ing. Cristian Desideri
El autor es Coordinador General del Foro de Reflexión (www.forodereflexion.com.ar) y fue Ministro de la Producción de la Provincia de Santa Fe (2003-2004).