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    Asfixia fiscal del productor agropecuario en Buenos Aires: Reclamos de CARBAP

    Ignacio Kovarsky, Presidente de CARBAP, advierte sobre la creciente presión fiscal que sufren los productores agropecuarios en la provincia de Buenos Aires. En una entrevista con Adalberto Rossi, Kovarsky expone las dificultades que enfrentan ante el aumento de impuestos y la falta de infraestructura, cuestionando la sostenibilidad de la producción agrícola bajo estas condiciones.

    El campo argentino, históricamente uno de los pilares de la economía nacional, se enfrenta a una crisis sin precedentes. Según Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), la creciente carga impositiva y la falta de infraestructura adecuada están poniendo en jaque al sector productivo. Durante una entrevista con Adalberto Rossi en Cátedra Avícola & Agropecuaria, Kovarsky destacó que la situación ha llegado a un punto crítico: “El productor agropecuario ya no tiene plata”, afirmó contundente.

    Los productores en la provincia de Buenos Aires se ven obligados a trabajar en condiciones cada vez más adversas. A los altos impuestos se suman caminos en mal estado, falta de vías férreas y trabas para importar tecnología, lo que limita la competitividad del sector. Kovarsky subrayó que el sector agropecuario argentino ha perdido terreno a nivel mundial, pasando de ser un líder en los años treinta a ocupar un lugar rezagado en el contexto internacional. “Sobrevivimos dejando pasar oportunidades que el mundo nos da”, lamentó.

    El peso de la presión fiscal es abrumador: un 70% de los ingresos del productor se destinan al pago de impuestos. Con el 30% restante, deben sostener la producción, reinvertir en insumos y cubrir sus necesidades personales. Sin embargo, pese a las adversidades, el productor argentino sigue apostando. “El principal inversor del país es el agro”, afirmó Kovarsky, citando un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario que reveló que el agro invirtió 15 mil millones de dólares en la última campaña.

    Uno de los mayores problemas radica en la brecha tecnológica. La falta de acceso a maquinaria moderna y la dificultad para importar repuestos afecta directamente la productividad. Para Kovarsky, la Argentina no ha podido alcanzar su verdadero potencial productivo. Con pequeñas mejoras en infraestructura y acceso a tecnología, el sector podría incrementar su producción en un 40%. Sin embargo, la falta de políticas que favorezcan el desarrollo rural afecta a toda la cadena productiva, desde el productor hasta los transportistas y proveedores de insumos.

    Otro tema candente es el incremento en el impuesto inmobiliario rural. La cuarta cuota del año ha duplicado su valor respecto de la anterior, lo que ha generado un fuerte impacto en las finanzas de los productores. A pesar de promesas de revisión por parte del gobernador Axel Kicillof, hasta el momento no ha habido avances en las negociaciones. “La política le da la espalda a los productores”, denunció Kovarsky, destacando que tanto el oficialismo como la oposición han aprobado estos aumentos sin considerar las consecuencias.

    El reclamo de CARBAP no es solo por los impuestos, sino por la falta de soluciones estructurales. El sector agropecuario, clave para la economía de muchas localidades del interior, está viendo cómo la actividad se desacelera, afectando a transportistas, talleres mecánicos y otras industrias relacionadas. “Cada vez que dejamos de producir toneladas de maíz o soja, hay menos movimiento en los pueblos”, advirtió Kovarsky, resaltando la necesidad de políticas que fomenten el arraigo rural.

    Para Kovarsky, la inacción del gobierno provincial es preocupante. La falta de respuesta a las demandas de los productores, sumada a políticas que priorizan gastos innecesarios, como los viajes de egresados financiados por la provincia, refleja una desconexión entre la política y la realidad del campo. “No hay bolsillo que alcance para seguir con este nivel de gasto público”, afirmó.

    La entrevista concluyó con una dura reflexión sobre el futuro del sector agropecuario en Buenos Aires. Según Kovarsky, si no se adoptan medidas urgentes para aliviar la presión fiscal y mejorar las condiciones productivas, el campo argentino seguirá en declive, perdiendo oportunidades clave para su desarrollo y contribución a la economía nacional.