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    Baja de aranceles: Un paso hacia la competitividad?

    El Lic. Héctor Arese analiza el impacto de la reciente baja de aranceles para 89 productos en Argentina y cómo esta medida podría influir en la competitividad de la industria nacional. En una entrevista con Adalberto Rossi, Arese resalta la necesidad de acompañar estas reducciones con políticas impositivas y laborales que permitan a las empresas locales competir en igualdad de condiciones

    La reciente publicación en el Boletín Oficial de Argentina sobre la baja de aranceles para 89 productos marca un nuevo capítulo en la política comercial del país. Según explicó el Lic. Héctor Arese en una entrevista con Adalberto Rossi para “Cátedra Avícola & Agropecuaria”, esta medida busca alinear los aranceles locales con las normas del Mercosur y reducir las barreras proteccionistas que han dificultado la competitividad de la industria nacional. “Es un paso necesario para adaptarse a un entorno de mayor competencia y fomentar el crecimiento”, aseguró Arese.

    La reducción arancelaria no solo abarca productos de consumo, sino también bienes de capital y maquinaria, lo que podría impactar positivamente en diversos sectores productivos. Sin embargo, Arese subrayó que la baja de aranceles por sí sola no es suficiente. “La industria argentina necesita las mismas herramientas que sus competidores en el exterior. Esto implica reducir también la carga impositiva y flexibilizar el esquema laboral para poner a las empresas locales en condiciones de competir en igualdad”, enfatizó.

    Uno de los puntos más polémicos es la competencia que enfrentará la industria local con productos importados. Arese destacó que, si bien la apertura comercial es inevitable, debe ir acompañada de políticas que permitan a las empresas nacionales adaptarse. “Es fundamental que, en paralelo, se reduzcan los impuestos y se generen condiciones favorables para la inversión. La cascada impositiva actual dificulta la competitividad y limita la capacidad de las empresas para crecer y adaptarse a las nuevas realidades del mercado global”, añadió.

    En este sentido, la reforma laboral también se presenta como un tema central para Arese. Según el economista, los altos costos laborales en Argentina contrastan con los de otros países desarrollados que compiten en el sector industrial. “No se trata solo de abrir el mercado, sino de darle a la industria local las mismas oportunidades que tienen las industrias en otros países. Sin una reforma laboral y una reducción fiscal, la apertura comercial podría tener un impacto negativo en la economía local”, advirtió.

    La implementación de estas medidas podría ser solo el inicio de un proceso más amplio de liberalización comercial en Argentina. Arese explicó que, en el contexto del Mercosur, bajar aranceles es más sencillo que aumentarlos, lo que abre la puerta a futuras reducciones que faciliten el acceso a productos a precios más competitivos. “Es un buen momento para que Argentina revise su estructura arancelaria y la ajuste a la realidad actual. Mantener un esquema basado en lo que fue la Argentina del pasado puede ser perjudicial para el desarrollo futuro del país”, señaló.

    Finalmente, Arese mencionó el crecimiento exponencial del comercio electrónico como un factor clave que transformará la dinámica comercial en los próximos años. Destacó la importancia de que Argentina se adapte a este nuevo modelo para no quedar rezagada en un mercado global cada vez más interconectado. “El comercio electrónico y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial son comparables a la revolución que causó la máquina de vapor en el siglo XIX. Si Argentina no se adapta, corre el riesgo de quedar fuera del mercado global”, concluyó.