Las altas temperaturas provocan estrés en los animales y pueden generar enfermedades del tipo respiratorio. En el caso del ganado, el hacinamiento, la falta de ingestión de agua pese a estar en un proceso de inundación y los riesgos de infección, son algunas de las principales problemáticas que pueden presentarse, según consignó Juan Sebastian Vittone, especialista en Producción Animal del INTA Concepción del Uruguay. “El gran problema de esta última crecida es que fue muy rápida y cuando es asi, la organización comienza a ser más compleja. Nosotros sacamos un artículo en INTA, previendo las situaciones críticas que se dan en el transporte de los animales, porque además coincide con esta etapa del año en la que hace mucho calor”, puntualizó.
“El hacinamiento junto con la falta de agua produce cuadros de enfermedades respiratorias, porque a eso hay que sumarle el estrés más la humedad. El estrés por calor puede generar también mortandad. El verano del 2018 fue muy duro. Con una humedad del 76% y temperaturas por encima de los 30 grados, los bovinos sufren mucho”, destacó.
En cuanto al manejo de estas enfermedades, el especialista indicó que si el bovino viene con una vacuna candelarizada, no habría tanto riesgo, “el problema es cuando no están vacunados. La inmunidad en los animales se desarrolla 21 días después de aplicada la vacuna y muchas de estas vacunas requieren de 2 aplicaciones”. Por otro lado, mencionó a la metafilaxia como un tratamiento preventivo con un medicamente terapéutico. “No es lo más recomendable pero si hay animales con una crisis respiratoria por hacinamiento y calor, se lo puede tratar con un antibiótico que baje la carga microbiana y evitar la enfermedad respiratoria”, explicó. En este sentido, Vittone, indicó que si hay algún tipo de enfermedades parasitaria, se puede tratar de manera preventiva con un antiparasitario, “pero no es lo más recomendable, porque ya hace varios años que estamos tratando de evitar estas prácticas”. “Son todas situaciones complejas y que requieren de un profesional habilitado, lo ideal es que sea tratado por un veterinario. Si el animal está cómodo y bien alimentado, la enfermedad y el estrés son circunstanciales”, concluyó.