La situación actual del consumo de carne en Argentina presenta una contradicción notable. A pesar de que los precios de las proteínas animales, como el cerdo, el pollo e incluso la carne vacuna, se han mantenido accesibles, los consumidores parecen optar por productos menos nutritivos, como el pan lactal o los alfajores. Juan Luis Uccelli, consultor porcino, sostiene que esta tendencia refleja no solo una crisis económica, sino también una falta de educación alimentaria en la población.
Uno de los puntos que Uccelli destaca en su conversación con Adalberto Rossi es la comparación entre el precio de un kilo de pollo y el de un alfajor. “Con lo que cuesta un alfajor, se podría comprar un kilo de pollo”, menciona, enfatizando la paradoja de las elecciones alimentarias en tiempos de recesión. Sin embargo, el problema va más allá del costo. La falta de tiempo, de conocimiento sobre cómo preparar alimentos y la facilidad de consumir productos procesados contribuyen a que las personas opten por opciones menos nutritivas.
Esta situación es aún más preocupante cuando se considera que Argentina es un país productor de alimentos para más de 400 millones de personas, pero donde aproximadamente la mitad de su población sufre inseguridad alimentaria. Uccelli señala que este desajuste no tiene sentido y atribuye gran parte del problema a una falta de políticas coordinadas por parte de los poderes políticos, incluyendo al poder judicial, que según él, ha hecho muy poco por mejorar la situación.
El consultor porcino también alerta sobre las consecuencias de esta crisis alimentaria en la salud pública, especialmente en los niños. Los primeros 3.000 días de vida son cruciales para el desarrollo, y la falta de proteínas en la dieta puede afectar permanentemente el crecimiento y el rendimiento académico de los niños, llevándolos a abandonar la escuela y exponiéndolos a otros riesgos como la drogadicción.
Por otro lado, Uccelli subraya la necesidad de mejorar la competitividad de la industria porcina frente a las importaciones. El sector enfrenta una creciente competencia de productos cárnicos importados, mientras que el tipo de cambio desfavorable dificulta la exportación de carne. Aunque la industria porcina en América tiene un futuro prometedor como proveedor mundial, es crucial ajustar el dólar para mantener la competitividad en el mercado global.
Finalmente, Uccelli destaca el papel del sector privado en la solución de estos problemas. Para él, es fundamental que los líderes empresariales no miren hacia otro lado en momentos críticos como este. La colaboración entre el sector privado y el público es esencial para enfrentar la crisis y asegurar que la población tenga acceso a una nutrición adecuada, que permita un futuro más saludable para Argentina.