El mercado del trigo empieza a sacudirse por la pandemia de coronavirus

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Algunos de los grandes productores impusieron restricciones a la exportación, los compradores buscan sumar reservas y el clima suma incertidumbre de cara al 2021.

El cultivo clave a observar en los próximos meses para entender el comportamiento de los mercados ante la pandemia es el trigo, ya que es destinado directamente al consumo humano y tiene un peso político muy fuerte en la seguridad alimentaria de los países. De esa manera explicó las medidas proteccionistas tomadas por varios países respecto al cereal, el economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Agustín Tejeda Rodríguez, en declaraciones radiales.

Efectivamente, esa particularidad del mercado triguero global ya se empezó a expresar. Mientras cultivos como el maíz y la soja obedecen a los parámetros habituales de oferta, demanda y especulación, el trigo empieza a sacudirse por cuestiones de otra naturaleza.

“Desde restricciones a la exportación hasta planes para acumular más, hay indicios de que las rutas comerciales típicas se están viendo afectadas a medida que esta temporada de cosecha se acerca a su fin”, afirma un envío reciente de la agencia de noticias Reuters.

Por ejemplo, los límites de embarques en la región clave del Mar Negro ya están teniendo efectos colaterales, con las cargas retenidas y las ofertas disminuyendo en la última licitación lanzada por Egipto, el mayor comprador mundial del cereal.

Vale la pena repasar lo que sucede en los países de esa región. Para empezar Rumania, el segundo exportador de trigo de la Unión Europea se convirtió en el primer gran transportista en detener formalmente las exportaciones la semana pasada cuando prohibió las ventas fuera del bloque, detalla Reuters, y aclara que la Comisión Europea se opuso a la medida diciendo que no hay signos de escasez de alimentos en Rumania que justifiquen la limitación del comercio.

Rusia, Ucrania y Kazajstán también pusieron límites al comercio agrícola. Rusia ya exportó aproximadamente una quinta parte de su cuota de granos de 7 millones de toneladas establecida para los próximos tres meses, y Kazajstán extendió recientemente su cuota de exportación de trigo, harina y otros alimentos básicos hasta septiembre. “Aunque las restricciones se consideran lo suficientemente flexibles como para mantener el flujo de granos, la semana pasada el gobierno de Estados Unidos redujo su perspectiva para las exportaciones rusas al mismo nivel que las de la Unión Europea, lo cual despojaría a Rusia de ocupar el primer puesto solo por primera vez desde la campaña 2016-17”, detalla la agencia.

Por el lado de la demanda también se dan por estos días fenómenos anormales que afectan al mercado. “Puede que todavía no haya escasez de granos, pero algunos importadores están tomando precauciones adicionales e inusuales por si acaso. Egipto planea comprar 800.000 toneladas de trigo en el extranjero en los próximos meses, un tiempo en el que generalmente se enfoca en comprar granos de su propia cosecha”, señala el informe de la agencia de noticias.

El Líbano, por su parte, está considerando hacer sus primeras importaciones de trigo desde 2014, y Arabia Saudita lanzó una licitación de trigo por suministros de compañías nacionales con inversiones agrícolas en el extranjero. Además, Jordania está trabajando para ampliar su capacidad de almacenamiento de granos.

Incertidumbre climática

Todo esta problemática se da en un contexto de gran incertidumbre climática en el hemisferio norte y cuando la cosecha llega a su fin. ”El mercado no puede permitirse ningún accidente grave relacionado con el clima para la producción en la próxima temporada, ya que las existencias de los exportadores ya están disminuyendo”, dijo Benjamin Bodart, director de CRM AgriCommodities. La sequía en Rusia está generando preocupaciones y gran parte de Europa está viendo una primavera seca después de un invierno excesivamente húmedo.

“Eso plantea un riesgo de que los desafíos de suministro se puedan arrastrar a la temporada 2020-21. Aunque el Consejo Internacional de Granos ha pronosticado que las reservas mundiales de trigo aumentarán la próxima temporada, advirtió que las existencias de los principales exportadores pueden disminuir”, indica Reuters.

Como contraparte de este fenómeno, según consultores ucranianos, las restricciones de comercio y climáticas pueden ayudar a mantener los precios del trigo en otros proveedores. A este dato deberían prestar atención los productores argentinos de cara a una nueva siembra, ya que aunque el escenario actual no sea el más atractivo a nivel económico, el 2021 podría llegar con un panorama global totalmente distinto.