El alimento no digerido que llega al intestino grueso de las aves causa graves problemas en el animal, ya que promueve la proliferación de bacterias desfavorables; así como la formación de un exceso de gas con un pH alto (lo que produce toxinas y conduce a daños en los tejidos). Descubre cómo las enzimas exógenas pueden mejorar la digestibilidad de los nutrientes y beneficiar la respuesta inmune al prevenir que estas bacterias se desarrollen y causen enfermedades.
Alrededor del 85 al 90% del alimento para aves consiste en cereales (ej. maíz, trigo, cebada, etc.) y oleaginosas (ej. soya), que generalmente, presentan algún contenido de fibra. Los componentes de la fibra en una dieta típica incluyen altos niveles de polisacáridos no amiláceos (NSP) que, en los cereales y en las oleaginosas, forman parte de la estructura de la pared celular. Las propiedades y concentraciones de estos polisacáridos fibrosos varían entre granos y alteran negativamente sus valores nutricionales, lo que causa su actividad anti-nutricional y en consecuencia pueden interferir en el proceso digestivo del ave.
Los polisacáridos de la pared celular de los cereales están compuestos principalmente por arabinoxilanos, celulosa, beta-glucanos, mananos, galactanos, xiloglucanos y polisacáridos pécticos, y en las oleaginosas por estaquiosa y rafinosa. Parte de estos NSP aumentan la viscosidad de la digesta, reduciendo así la digestibilidad y absorción de nutrientes. Esta mayor viscosidad también afecta la tasa de paso de la digesta y puede generar más oportunidad para que las bacterias, incluida la Salmonella, entre otras, proliferen.
Es ampliamente aceptado que los componentes dietéticos pueden influir en la colonización o la expresión de las enfermedades. Esto es consistente con la investigación de campo, donde se ha observado que cambios en la dieta aumentan o disminuyen la incidencia de salmonelosis, colibacilosis y/o enteritis necrótica. Además, la diversidad del microbioma en cada sección intestinal refleja, en parte, los tipos de sustratos, que, en términos de salud intestinal, es donde entran en juego las enzimas exógenas.
El sistema digestivo de las aves y su función en la conversión del alimento
Además de participar en la inmunidad y en la osmorregulación de las aves, el sistema digestivo tiene como función principal, la digestión del alimento y la absorción de los nutrientes. Cada parte del sistema digestivo de las aves desempeña su propia función en la digestión.
Trabajando juntos, el buche retiene el alimento antes de que avance en el sistema digestivo. El proventrículo es donde se secretan parte de las enzimas endógenas para comenzar el proceso digestivo de las proteínas. La molleja es un órgano muscular que esencialmente sirve como los “dientes” del ave que ayuda a moler el alimento para una mejor digestión. El intestino delgado contiene enzimas del borde en cepillo, o las enzimas incrustadas en las microvellosidades que se extienden desde las células epiteliales, y junto con las enzimas pancreáticas realizan la digestión, convirtiendo los ingredientes de la dieta en nutrientes para su posterior absorción.
La degradación enzimática continúa en el tracto gastrointestinal. Posteriormente, en el ciego, las bacterias ayudan en la descomposición adicional del alimento, propiciando la formación de los ácidos grasos volátiles, también ocurre el ciclo del nitrógeno. En el intestino grueso, el agua se absorbe y los componentes no digeridos se secan. Cada parte del sistema digestivo ayuda a mover el alimento y el líquido a través del tracto gastrointestinal, descomponiéndolos en elementos más pequeños para que el animal los pueda absorber.
Digestibilidad y disponibilidad de nutrientes
El intestino delgado del pollo es un órgano metabólicamente crítico en el que la tasa de paso es bastante rápida (es decir, 3-5 horas). El tracto gastrointestinal de las aves está naturalmente adaptado para hacer uso de los nutrientes debido a su capacidad para experimentar peristalsis inversa, lo que permite un período de saciedad más largo y mayor exposición de la digesta.
Las enzimas endógenas, producidas naturalmente por el ave, descomponen los ingredientes de la dieta en nutrientes para que el intestino pueda absorberlos. Sin embargo, algunos animales, incluidas las aves, no pueden digerir eficazmente entre el 10 y el 25% del alimento que ingieren, especialmente los componentes fibrosos. Estos componentes fibrosos interfieren en el proceso digestivo, lo que puede causar problemas como la disminución de la digestibilidad, el aumento del tránsito del alimento, mala calidad de la cama y cambios en la microbiota, así como la disminución de los parámetros de desempeño de la parvada.
Las enzimas exógenas, que se agregan al alimento, pueden ayudar a descomponer esos factores anti-nutricionales, ayudando a aumentar la disponibilidad de nutrientes como los almidones, las proteínas y minerales como el fósforo y el calcio, para ayudar al ave a alcanzar su máximo potencial de crecimiento al promover un sistema digestivo saludable. La función más importante de las enzimas exógenas en el tracto gastrointestinal de las aves es el acceso a las paredes celulares de los ingredientes fibrosos. Este proceso libera los nutrientes encapsulados, haciéndolos más accesibles a las enzimas endógenas del ave, aumentando la disponibilidad de nutrientes y reduciendo la proliferación microbiana.
El problema oculto de un alimento no digerido
El alimento no digerido que llega al intestino grueso causa graves problemas en el animal, ya que promueve la proliferación de bacterias desfavorables, así como la formación de exceso de gas con un pH alto, que también produce toxinas y conduce a daños en los tejidos. También puede conducir a un intestino permeable y aumentar el potencial de translocación bacteriana a través de la ruta hematógena a otros órganos del cuerpo. Además, estos contenidos cecales desfavorables luego viajan de regreso a través del tracto digestivo a través de la retroperistalsis, dañando la integridad y la salud del tracto gastrointestinal.
Los beneficios de una mejor digestibilidad
Las enzimas exógenas mejoran la digestibilidad del alimento, reduciendo el tiempo de residencia de los nutrientes en el tracto gastrointestinal y permitiendo menos oportunidades para el crecimiento y la proliferación de bacterias patógenas, como la Salmonella, E. coli y Clostridium spp.
La composición de la dieta y la diversidad de NSP determinan la solución enzimática correcta para utilizar. Se recomienda el uso de un complejo enzimático para aprovechar al máximo la dieta total, garantizar un rango de acción más amplio y mejorar el valor nutricional del alimento.
El uso de la fermentación en estado sólido (SSF) para la producción comercial de enzimas ha sido ampliamente investigado en los últimos 20 años. Los sistemas SSF se pueden adaptar para abordar necesidades específicas basadas en la selección microbiana y los múltiples sustratos en las dietas.
Un complejo enzimático para la alimentación animal que ha demostrado que mejora la digestibilidad de los ingredientes vegetales ricos en proteínas es Allzyme® Vegpro. Los estudios de Allzyme Vegpro en dietas a base de harina de soya han demostrado que la energía metabolizable ha mejorado en un 5-9%, y la digestibilidad de los aminoácidos más limitantes para el pollo de engorde, como la metionina, la lisina, la cistina y otros, también ha mejorado.
Allzyme Vegpro permite que la proteína en las fuentes vegetales, como la harina de soya, esté disponible para las enzimas endógenas y exógenas en el intestino en lugar de ser bloqueada por la pared celular y, como resultado, incapaz de ser utilizada, dando a las aves acceso a nutrientes esenciales.
Las enzimas exógenas en la alimentación animal pueden mejorar la digestibilidad de los nutrientes y, a su vez, beneficiar la respuesta inmune al disminuir la probabilidad de que las bacterias puedan desarrollarse y causar problemas, como salmonelosis, colibacilosis y/o enteritis necrótica. El aumento de la absorción de los nutrientes, proporcionada por las enzimas exógenas ayuda a las aves a aumentar su capacidad para retener los nutrientes necesarios, mejorando el desempeño de las aves, mientras reduce el impacto ambiental debido a la disminución de nutrientes en el excremento y un mejor uso de los recursos limitados.
Autor Dr. Fernando Rutz