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    Entrevista a Claudio Galmarini – Director del Centro Regional Mendoza San Juan del INTA

    Claudio Galmarini, director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA, comparte en entrevista con Adalberto Rossi el rol fundamental del INTA en el desarrollo agropecuario de la región. Desde la co-creación de soluciones con productores locales hasta la implementación de prácticas de agricultura regenerativa, el INTA busca un equilibrio entre productividad y sostenibilidad, adaptando sus investigaciones a las necesidades específicas de cada territorio.

    El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) es una piedra angular para el desarrollo del sector agropecuario en Argentina. Su papel se extiende más allá de la investigación y se adentra en la colaboración directa con productores, organizaciones y otros actores de la región. Claudio Galmarini, director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA, explicó en una entrevista con Adalberto Rossi cómo la institución trabaja de la mano con los productores para enfrentar los desafíos del sector en una región caracterizada por condiciones climáticas únicas y limitantes.

    Para Galmarini, la clave del éxito del INTA radica en su capacidad de co-creación. En lugar de imponer soluciones desde la investigación, el INTA trabaja junto a los productores para desarrollar prácticas y tecnologías adaptadas a sus necesidades específicas. Un ejemplo claro es el trabajo con Unilever en el marco de un programa de agricultura regenerativa, una colaboración en la que el INTA, los productores de hortalizas y la empresa aprenden juntos a implementar prácticas de menor impacto ambiental. “No se trata solo de producir, sino de hacerlo de manera sostenible,” destaca Galmarini, señalando que este enfoque permite transferir estos conocimientos a otros sectores.

    La territorialidad del INTA le permite adaptarse a las particularidades de cada región. Mientras que en el norte del país el enfoque puede estar en cultivos tropicales, en Mendoza y San Juan la prioridad es la eficiencia en el uso del agua. La sequía de la última década ha impuesto la necesidad de adoptar prácticas agrícolas que maximicen el rendimiento hídrico, una tarea que requiere de innovación constante. Galmarini explica que la falta de agua en la región de Cuyo representa un desafío tanto para la agricultura como para el abastecimiento urbano, lo que convierte a la tecnología de riego y conservación en áreas de investigación clave.

    Otro aspecto fundamental que mencionó Galmarini es la importancia del INTA en la cadena de valor, desde la producción hasta el consumidor final. A través de convenios con empresas como Unilever y otras industrias alimentarias, el INTA asegura que los productos que llegan al mercado cumplan con altos estándares de calidad y sostenibilidad. “El consumidor también se beneficia de nuestros esfuerzos, ya que recibe productos de excelencia, cultivados con respeto por el ambiente,” comenta Galmarini.

    En cuanto a los productos agrícolas, el director del INTA Mendoza-San Juan subraya el esfuerzo por rescatar sabores auténticos en cultivos como el tomate, la cebolla y el ajo. La mejora genética, orientada a prolongar la vida útil, ha reducido algunos sabores tradicionales, y el INTA trabaja junto a la asociación de hoteleros y gastronómicos de Mendoza para rescatar variedades criollas. Estos cultivos pueden no ser tan productivos como los comerciales, pero ofrecen un sabor y aroma únicos que enriquecen la gastronomía local.

    Para Galmarini, el compromiso del INTA va más allá del desarrollo tecnológico; es un compromiso con el futuro del agro en Argentina y con la preservación de los recursos naturales. A través de programas de agricultura regenerativa y un enfoque territorializado, el INTA se esfuerza en crear soluciones que respondan a las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras. “El trabajo en el INTA no solo se trata de investigación, sino de conectar con los productores y ayudar a mejorar la vida de las comunidades rurales,” concluyó Galmarini.

    El INTA sigue siendo un aliado estratégico del agro argentino, y en regiones como Mendoza y San Juan, donde los desafíos ambientales son especialmente duros, su labor resulta invaluable para la sostenibilidad y la innovación en la agricultura