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    EP24: Innovación y tecnología en la Planta de Incubación de Pollolín

    Siguiendo con nuestra visita a Pollolín, visitamos la Planta de Incubación ubicada en Fernández Oro, provincia de Río Negro. Junto a Gabriel Sánchez, Gerente de Producción Primaria, exploramos los procesos innovadores que se llevan a cabo en esta planta, destacando la implementación de tecnología avanzada y las prácticas de bioseguridad que aseguran la calidad y bienestar de los pollitos.

    Un proceso meticuloso desde el huevo hasta el pollito

    La producción en Pollolín comienza con la recepción del huevo fértil, que se adquiere de un proveedor estratégico, dado que la empresa no cuenta con planteles de reproductoras. Los huevos llegan dos veces por semana y son sometidos a un exhaustivo control de calidad. “Tenemos personal altamente calificado que se encarga de este trabajo,” señala Sánchez, enfatizando la importancia de la selección meticulosa de los huevos antes de ingresar al proceso de incubación.

    Una vez seleccionados, los huevos pasan por un proceso de precalentamiento antes de ser colocados en las incubadoras durante 18 días y medio. Posteriormente, son transferidos para la vacunación in ovo y luego a la fase de nacedora. “La planta de incubación tiene la capacidad de producir entre 550 y 560 mil pollitos semanales,” menciona Sánchez, aunque actualmente operan a una capacidad menor debido a una reciente reestructuración y los desafíos impuestos por la gripe aviar.

    Innovación con el sistema HatchBrood

     Pollolín se destaca por ser pionera en Argentina en la implementación del sistema HatchBrood, una tecnología que prioriza el bienestar animal. Este sistema permite mantener a los pollitos en un ambiente controlado durante los primeros días de vida, protegiéndolos de las inclemencias del clima patagónico. “Nos garantiza tener un poco más de vacío en granja porque tienes tres o cuatro días las aves acá adentro,” explica Sánchez, resaltando los beneficios en términos de ahorro energético y confort para las aves.

    El sistema HatchBrood asegura que los pollitos lleguen a la granja con un desarrollo y peso óptimos, lo que es crucial para su crecimiento. “Hoy día estamos llevando a granja pollitos entre 115 y 120 gramos de arranque a cuatro días,” comenta Sánchez, subrayando la importancia de un buen inicio para una producción eficiente y saludable.

    Transporte y tecnología de vanguardia

     La innovación no se detiene en la Planta de Incubación. Pollolín ha invertido en una flota de camiones equipados con sistemas de control de ambiente que aseguran el mantenimiento de las condiciones óptimas durante el transporte de los pollitos. “Nos va a garantizar que no haya un punto de quiebre en ese proceso de traslado,” dice Sánchez, asegurando que el esfuerzo realizado en la planta se mantenga hasta que las aves lleguen a los galpones de engorde.

    Desafíos frente a las hostiles condiciones climáticas

    La producción avícola en la Patagonia presenta desafíos únicos debido a las extremas condiciones climáticas. Pollolín ha implementado tecnología de avanzada y mejoras en la infraestructura para enfrentar estos retos. “Para nosotros es más que indispensable poder contar con galpones de estas dimensiones donde podemos garantizarle un confort a las aves,” señala Sánchez, destacando la importancia de la ventilación, el aislamiento térmico y la calidad del aire.

    La planta de incubación de Pollolín es un ejemplo de cómo la innovación y la tecnología pueden transformar la producción avícola, incluso en regiones con condiciones climáticas adversas. Gracias a la implementación de sistemas avanzados como el HatchBrood y un enfoque riguroso en la bioseguridad y el control de calidad, Pollolín garantiza el bienestar de sus aves. La dedicación y el compromiso de su equipo son un testimonio del continuo esfuerzo por mejorar y adaptarse a los desafíos, asegurando un futuro prometedor para la empresa.