El Médico Veterinario Horacio Gamero, titular de HG Poultry Consulting, analiza las razones detrás de la brecha en la conversión alimenticia entre Argentina y Brasil. Durante una entrevista con Adalberto Rossi Gamero destaca la importancia de modernizar la infraestructura avícola y educar a los productores para lograr una mayor competitividad en el sector.
La conversión alimenticia es un indicador clave en la avicultura, y alcanzar niveles comparables a los de Brasil es un desafío constante para los productores argentinos. El Médico Veterinario Horacio Gamero, titular de HG Poultry Consulting, aborda este tema con claridad y profundidad en una entrevista realizada por Adalberto Rossi para “Cátedra Avícola & Agropecuaria”.
Gamero inicia su análisis destacando que las líneas genéticas disponibles en Argentina tienen el potencial para lograr los mismos resultados que en Brasil. Sin embargo, el problema radica en la infraestructura, específicamente en los galpones donde se crían los pollos. Según Gamero, entre el 85% y el 90% de los galpones en Argentina no han evolucionado al ritmo necesario para apoyar las mejoras genéticas.
El experto enfatiza que en un día caluroso, como los que son comunes en muchas regiones de Argentina, es prácticamente imposible eliminar el calor en un galpón convencional con la densidad de aves que suelen manejarse. Esta falta de control ambiental es uno de los principales obstáculos para mejorar la conversión alimenticia en el país.
Para Gamero, la solución pasa por la automatización y la mejora de las infraestructuras. Pero no se trata solo de añadir tecnología, sino de garantizar que los galpones sean herméticos, lo cual es fundamental para el control del clima interno. Lamentablemente, muchos de los galpones construidos entre 2005 y 2020 no cumplen con este requisito básico.
La hermeticidad es esencial para que el aire ingrese y salga solo por donde se desea, permitiendo un control preciso de la ventilación. Gamero menciona la necesidad de realizar pruebas de presión para asegurar que los galpones puedan mantener una distribución uniforme del aire, algo que muchos productores en Argentina aún no logran.
Además, el experto señala que la falta de atención al detalle es otro problema común. Desde platos rotos en los comederos hasta la falta de acción correctiva inmediata, cada pequeño descuido se traduce en pérdida de alimento y, por ende, en un impacto negativo en la conversión alimenticia.
Gamero también comparte un ejemplo de éxito en México, donde, tras ajustar ciertos aspectos, se lograron pesos óptimos en las aves, demostrando que con las condiciones adecuadas, es posible alcanzar los objetivos deseados. Este ejemplo sirve de inspiración para lo que se puede lograr en Argentina si se toman las medidas correctas.
Finalmente, Gamero subraya que la clave para mejorar la conversión alimenticia en Argentina reside en la educación continua de los productores y en la inversión en infraestructura. Solo así se podrá igualar o incluso superar los niveles de conversión de otros países de la región, como Brasil.