En la localidad de Crespo, Entre Ríos, se encuentra Granja 7 Hermanos, un proyecto que combina tradición y modernidad en la producción avícola. En una entrevista exclusiva con Héctor Eberle, titular de la empresa, exploramos cómo esta granja ha evolucionado desde sus comienzos hasta convertirse en un referente en la producción de gallinas libres de jaula.
De la tradición a la innovación
Héctor Eberle nos cuenta que la granja comenzó en la década del ‘70 con su padre, quien inicialmente producía 500 gallinas libres de jaula. “En los años ‘70, mi hermano mayor y yo, le propusimos a nuestro padre construir un galpón con jaulas para aumentar la producción. Aunque inicialmente se mostró reacio, finalmente nos permitió avanzar”, recuerda Eberle. Con el tiempo, la granja se modernizó y comenzó a distribuir huevos frescos en Buenos Aires.
Hoy, tras 50 años de evolución, Granja 7 Hermanos regresa a sus raíces con un enfoque en la producción de gallinas felices y libres de jaula. “Estamos haciendo grandes inversiones para cumplir con los requerimientos de bienestar animal que demandan las empresas internacionales”, explica Eberle. Este compromiso se refleja en las certificaciones de calidad que obtienen tanto en la granja como en la planta de Tecnovo, garantizando que los huevos cumplen con los estándares más estrictos de bienestar animal.
La familia detrás del proyecto
El nombre de la granja no es casualidad. Héctor Eberle nos cuenta que son diez hermanos, de los cuales los siete varones están involucrados en la empresa. “Aunque hay diferencias, hemos adoptado un criterio de consenso para tomar decisiones importantes, evitando imponer nuestras opiniones sobre los demás”, comenta Eberle. Esta filosofía ha permitido a la familia trabajar unida y continuar creciendo.
Actualmente, la segunda generación también se está incorporando al negocio, con hijos, yernos y sobrinos sumándose a la gestión. “La empresa cuenta con casi 100 empleados y se ha diversificado en otros rubros, lo que requiere una organización bien estructurada”, añade Eberle.
Compromiso con el bienestar animal y el mercado
Granja 7 Hermanos ha importado tecnología de Alemania para sus naves de recría y postura, asegurando que las gallinas tengan un entorno adecuado y libre de jaulas. “Nuestra producción está completamente colocada, con una parte importante destinada a Tecnovo y otra al consumidor final”, señala Eberle.
La marca “Gallinas Feliz”, en la cual están involucradas sus hijas Rocío y María, distribuye los huevos a consumidores en Buenos Aires, especialmente en barrios como San Isidro, Belgrano y Puerto Madero. Además, colaboran con empresas locales de productos dietéticos, atendiendo a un nicho de mercado que valora los productos bajo criterios de bienestar animal.
Mirando al futuro
Eberle reconoce que, aunque la tendencia hacia productos de bienestar animal está en crecimiento, no toda la población puede acceder a estos productos debido a los costos. “Argentina no es Europa ni Estados Unidos. Muchas personas simplemente buscan alimentarse sin preocuparse tanto por los métodos de producción”, reflexiona.
A pesar de esto, Héctor Eberle y su familia están comprometidos a satisfacer la demanda de un mercado en expansión que valora la ética en la producción de alimentos. Con una visión equilibrada y un fuerte sentido de responsabilidad, Granja 7 Hermanos se posiciona como un modelo a seguir en la industria avícola argentina.
La entrevista concluyó con una invitación a recorrer el galpón de recría, prometiendo un visión más detallada de las prácticas y tecnologías que hacen de Granja 7 Hermanos, un ejemplo de innovación y compromiso con el bienestar animal.