En el último bloque de nuestra visita a Granja Siete Hermanos, conversamos con Héctor Eberle, titular de la empresa, para explorar la rica historia, el crecimiento exponencial y los planes futuros de esta icónica companía avícola de Crespo, Entre Ríos. Con un legado que abarca generaciones, Granja Siete Hermanos combina la tradición con la innovación para seguir liderando la industria avícola en Argentina.
Orígenes y crecimiento exponencial
Héctor Eberle nos lleva de vuelta a los humildes comienzos de Granja Siete Hermanos, cuando su padre inició la producción con solo 500 gallinas libres de jaula en un pequeño galpón. “Nací acá con una partera, no había hospital donde ir. Siete de los diez hermanos nacimos en este patio”, recuerda Eberle. Desde esos inicios modestos, la granja ha crecido de manera exponencial, adaptándose y evolucionando con el tiempo.
Innovación y tecnificación
En los últimos años, Granja Siete Hermanos ha invertido fuertemente en la tecnificación de sus procesos. “Estamos tecnificando la producción, el transporte y la elaboración del alimento”, explica Eberle. La empresa produce parte de los granos necesarios para alimentar a sus gallinas y ha implementado sistemas de riego y fertilización avanzada utilizando guano de gallina. Estos avances han permitido mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la producción.
Compromiso con la calidad
La calidad ha sido un pilar fundamental en la filosofía de Granja Siete Hermanos. Como menciona Eberle, la empresa se enfoca en mantener altos estándares en todos los aspectos de la producción, desde la alimentación y el manejo de las gallinas hasta la clasificación y empaque de los huevos. “El objetivo es formar equipos, la base para mí de toda empresa es formar equipos”, afirma Eberle, subrayando la importancia de contar con un equipo comprometido y capacitado.
Transición generacional
Héctor Eberle también aborda la transición generacional dentro de la empresa, un desafío común en muchas empresas familiares. “Las empresas tienen sus etapas. Nosotros somos los fundadores y ya estamos incorporando a la segunda generación”, explica. Esta transición se ha facilitado mediante la capacitación y el establecimiento de un protocolo familiar para asegurar un funcionamiento organizado y efectivo.
Filosofía empresarial
La filosofía de Granja Siete Hermanos se basa en el sacrificio, la dedicación y la formación de equipos sólidos. “Cada uno tiene que ganarse el lugar y ocupar el lugar para el cual está mínimamente capacitado”, destaca Eberle. Esta filosofía ha sido fundamental para el crecimiento y éxito continuo de la empresa.
Mirando hacia el futuro
Con la mirada puesta en el futuro, Granja Siete Hermanos continúa innovando y mejorando sus prácticas para mantenerse a la vanguardia de la industria avícola. “Estamos tecnificando toda la producción, con inversiones en tecnología y riego”, comenta Eberle. Estos esfuerzos no solo mejoran la eficiencia, sino que también contribuyen a la sostenibilidad y responsabilidad ambiental de la empresa.
Impacto de la influenza aviar
La influenza aviar fue un punto de inflexión para la industria avícola global y local. Eberle explica cómo la crisis sanitaria obligó a las granjas a implementar estrictas medidas de bioseguridad. “Nos cambió la forma de trabajar, y por suerte la pudimos mantener hoy”, dice. Estas medidas incluyen arcos de desinfección, ingreso restringido de personas y uso de tejidos antipájaro para evitar la entrada de aves silvestres.
Compromiso con la comunidad
Granja Siete Hermanos no solo se dedica a la producción avícola, sino que también tiene un fuerte compromiso con la comunidad local. Eberle menciona la importancia de mantener la esencia y los valores de la empresa, que han sido transmitidos de generación en generación. “El sacrificio que han hecho los siete hermanos fue muy fuerte”, recuerda, subrayando el papel de la familia y el equipo en el éxito de la empresa.