Las mutaciones en el virus de la gripe aviar H7N9 incrementan su tasa de replicación y estabilidad en las células aviares, pero también reducen su preferencia por infectar las células humanas. Esta es conclusión de un estudio realizado por el Instituto Pirbright, cuyos resultados han desvelado que los brotes en las aves causados por cepas con estas mutaciones podrían suponer un menor riesgo para la salud humana, pero que continúan representando una importante amenaza para la industria avícola.
El virus de la gripe aviar de baja patogenicidad H7N9 suele infectar a las aves, pero en 2013 se registró el primer caso humano en China. Desde entonces, ha habido más de 1.500 infecciones humanas confirmadas, y alrededor del 40 por ciento de los casos han resultado mortales.
La evolución posterior del virus H7N9 dio lugar a una cepa de gripe aviar de alta patogenicidad (HPAI) que podría causar una mortalidad del 100 por cien en los pollos. En 2017 el Gobierno chino inició un programa de vacunación a gran escala en pollos que redujo los casos de cepas de baja y alta patogenicidad, reporta Animal’s Health.
El Instituto Pirbright identificó anteriormente tres mutaciones en los virus H7N9 de la gripe aviar que superaron la inmunidad generada por las vacunas. Las mutaciones alteraron una proteína en el exterior del virus llamada hemaglutinina (HA), que se une a los receptores de la célula huésped y permite que el virus entre y cause la infección.
En el último estudio, publicado en el Journal of Virology, el equipo descubrió que las mismas mutaciones ocurrieron en los virus H7N9 aislados del campo en 2019, que muy probablemente surgieron en aves que habían sido inmunizadas o infectadas de manera natural.
Al analizar los virus se demostró que las cepas con estas mutaciones han aumentado significativamente las tasas de replicación tanto en cultivos de células de pollo, como en embriones, además de mostrar una mayor estabilidad ácida y térmica, lo que podría mejorar la capacidad de transmisión.
Las mutaciones también influyeron en las células animales en las que podía entrar la cepa; sus proteínas HA todavía podían unirse a los receptores de las células de las aves, pero perdieron su afinidad con los receptores de las células humanas.
Estos hallazgos muestran que cuando los virus evolucionan para escapar del sistema inmunológico de los pollos, los virus H7N9 mutados reducen su riesgo para la salud humana, aumentando al mismo tiempo la amenaza que representan para las aves de corral, “aunque se necesitan más estudios en las aves para confirmar el impacto que esto podría tener en la infección y la propagación de la enfermedad”, señalan desde el instituto.
“Nuestro enfoque nos ha permitido predecir con precisión las mutaciones de la gripe aviar que aparecen en el campo, y evaluar cómo estas mutaciones podrían afectar el riesgo que representan para las poblaciones humanas y aviares. Esta información puede utilizarse para informar los esfuerzos de vigilancia y proporcionar alertas tempranas de cepas emergentes potencialmente peligrosas”, ha explicado, Munir Iqbal, jefe del Grupo de Gripe Aviar del Instituto Pirbright.