El Coronel (RE) Ernesto Peluffo es séptima generación de productores agropecuarios. En 1982 se encontraba cursando el cuarto año del Colegio Militar cuando irrumpió el conflicto por las Islas Malvinas. Luchó en Darwin, uno de los combates más largos de la guerra (casi 72 horas) y tuvo la responsabilidad de ordenar un alto el fuego. Recibió un tiro en la cabeza y tuvo 7 compañeros heridos y uno muerto. Pero además, luchó contra los incendios en Corrientes ocurridos el verano pasado y que dejaron un saldo de más de un millón de hectáreas quemadas.
Peluffo se recibió como subteniente en pleno conflicto, cuando a él y a sus camaradas les entregaron las insignias para luego ser destinados a los diferentes regimientos que iban al frente. “Cuando estalló la guerra, me encontraba en el regimiento 12 de Corrientes, cerca del campo que era de mis abuelos y que hoy es mío”, cuenta.
Hoy es productor agropecuario. Cuenta con más de 900 hectáreas entre propias y alquiladas, en donde se dedica a la cría de bovinos (Hereford y Braford), ovinos y caballos. Pero además le hizo frente a los incendios en Corrientes, “tuvimos una sequía nunca vista, con temperaturas muy elevadas y mucha radiación solar lo que provocó tremendos incendios y grandes pérdidas. Combatimos codo a codo productores y bomberos con muy poca asistencia del Estado. Estuvimos solos durante mucho tiempo, hasta que llegó -tarde- la asistencia”, relató.
Respecto de la situación actual en la provincia, Peluffo dijo que “es muy difícil. La provincia declaró la emergencia agropecuaria y hay campos de menos de 2000 hectáreas que hoy están exentos de pagar impuestos, pero hay campos grandes que también necesitan ayuda”. “La ayuda está muy desorganizada”, se quejó. “Hicimos magia con la sequía como para poder seguir produciendo, pero además tuvimos que hacer de policías porque nos quemaban los campos en medio de la sequía”, dijo.