En el estudio, se contempla no solo el empleo en el campo, sino también en las poblaciones urbanas cercanas, el área industrial, la comercialización, el transporte, la producción de insumos. “Es una ampliación de lo que son las cadenas agroindustriales, que generan 3,2 millones de puestos de trabajo, representando el 24% privado nacional”, puntualizó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA. “A veces no se dimensiona todo lo que está detrás de un plato de comida, como por ejemplo las pastas del domingo, en donde para la harina se requiere a los productores de trigo, la industria molinera, los productores de huevo, los hortícolas, los productores de carne y los agrónomos, veterinarios, contratistas, entre otros. Es decir, hay rubros propios del sector, pero también urbanos”, ejemplificó Pisani Claro.
Entre las cadenas que generan más trabajo, la primera es la de la carne vacuna con 437.000 puestos de trabajo, un 12% del total; le sigue el sector hortícola que, como economía regional, es un gran generador de puestos de trabajo; luego el trigo con el 10%, la cadena de la soja y la del maíz con el 6%, indicaron desde FADA.
“Si crecen las cadenas agroindustriales, crece la producción y el empleo, lo cual repercute en una reducción de la pobreza y una mejora de la calidad de vida”, subrayó la economista y agregó: “todos, directa o indirectamente, estamos vinculados con las cadenas agroindustriales, con lo cual su crecimiento nos beneficia”.
Respecto de las exportaciones, la economista dijo que “parte de lo que producimos va al mercado externo y genera ingreso de divisas al país. Aproximadamente 7 de cada 10 dólares que ingresan por exportaciones, provienen de la cadena agroindustrial”.
“Trabajamos con datos oficiales, poniendo el foco en saber dónde estamos parados y a donde nos dirigimos, cuáles son las condiciones que necesitamos para seguir creciendo”, concluyó Pisani Claro.