Le decisión del gobierno de incrementar el tipo de cambio para las exportaciones de maíz y además aumentar a 26 millones de toneladas el saldo exportable llamado “volumen de equilibrio” amenaza complicar a las empresas que consumen el cereal y los transforman en carne, leche o energía.
Los productores de porcinos -por de pronto- enviaron al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, una carta en la que exponen los daños que causa tal decisión, tal como lo hicieron por su lado los feedloteros.
Desde la Federación Porcina Argentina indicaron que el maíz “representa el 60% del costo de producción” de la carne de cerdo, y establecieron que “una suba intempestiva de su precio impactará en los costos de una actividad que se encuentra con rentabilidad negativa”.
El sector ya se vio perjudicado por los “dólar soja” que puso en marcha el gobierno con la única intención de sumar dólares a las vacías arcas del Banco Central. En este caso, el perjuicio es todavía mayor porque el cereal tiene más participación en la dieta de los cerdos que la harina de soja.
“El costo de producción del kilo de cerdo en pie subirá 80 pesos. Esto significa un aumento lineal e inmediato del 20% sobre el precio de venta del animal”, dijeron en la carta enviada a Bahillo los productores de porcinos.
Pero la cuestión no termina ahí, la medida comunicada ayer en el boletín oficial establece también impuestos a las importaciones de ciertos productos, como los núcleos de vitaminas y minerales, que no se producen en Argentina. Esa medida también afectará al costo productivo.
“El aumento de los derechos de importación establecidos por el decreto comprende a insumos veterinarios y núcleos alimenticios. Este nuevo gravamen aumentará el costo de producción profundizando el quebranto en el sector”.
Mientras tanto las importaciones de carne porcina que llegan especialmente desde Brasil siguen sin tributar y a un tipo de cambio más bajo ya que seguirían entrando al dólar oficial, especulan los productores locales.
“El conjunto de medidas adoptadas profundizan el quebrante del productor porcino y ponen a la carne nacional en desventaja competitiva frente a la importada”, sostuvieron.