El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) puso en marcha un protocolo sanitario para que las familias productoras de la localidad neuquina de Plottier puedan abastecerse de pollitas y pollitos bebés luego de haber sufrido un brote de Influenza Aviar. En este contexto, Leandro Celestre, referente de Agricultura Familiar del SENASA, dijo que “es un protocolo con una figura nueva que es el Centro de Distribución de Aves para la Agricultura Familiar, que requiere de un responsable técnico. Sabemos que es difícil a veces contar con profesionales, pero ahí está la fuerza de las instituciones”. Fue una iniciativa de la regional de Misiones y luego se fue trasladando a otras sedes, contó.
En el caso de Plottier, Celestre indicó que hay un matadero avícola para la agricultura familiar que faena unas 2.500 aves por mes.
“Visitamos las granjas para hacer un diagnóstico en relación a la bioseguridad, que son un conjunto de acciones que disminuyen el riesgo de ingreso de la enfermedad. Obviamente a las condiciones estructurales hay que acompañarlas con hábitos de bioseguridad”, indicó y agregó que “además se trazó una hoja de ruta para mejorar esas condiciones que aún no se estaban cumpliendo”.
Plottier tiene aproximadamente unos 30 productores de economía familiar. “Tener un lugar para faenar formal para este tipo de productores (no industriales), es muy importante, ya que luego esa faena se comercializa en los canales formales, generando un importante ingreso para ellos y brindándoles previsibilidad en su actividad”, destacó Celestre.
“La pérdida que genera para estos pequeños productores este tipo de enfermedades son de un gran impacto para su bolsillo, por lo cual son muy conscientes y se capacitan permanentemente”, relató el funcionario del organismo sanitario.
Respecto del impacto de la Influenza Aviar en la región, Celestre aseveró que fue muy importante, porque genera una gran pérdida económica para el productor, no solo por la enfermedad sino también por el tipo de protocolo sanitario que debe llevarse a cabo en los establecimientos linderos a los focos. “Es una zoonosis que es muy contagiosa y aunque se mantengan los niveles de bioseguridad, muchas veces ingresa igual”, concluyó.