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    Jorge Chemes: Argentina puede volver a ser un proveedor de alimentos

    En diálogo con Cátedra Avicola & Agropecuaria, el Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, aseguró que los productores argentinos pueden ser la pata principal para que el país vuelva a ser el “granero del mundo”. No obstante, indicó que para esto es necesario que haya una serie de políticas que tiendan a tornar más eficiente la producción agropecuaria como créditos blandos y quitar la presión impositiva que pesa actualmente sobre el sector.

    El titular de Confederaciones Rurales Argentinas no deja dudas respecto de la situación del sector agropecuario respecto del Covid-19: “no es poca cosa que sobre la situación que veníamos viviendo, nos ocurra este escenario de pandemia. No hay duda que repercute económicamente de forma muy fuerte en el campo porque básicamente esto afecta a los mercados mundiales y nuestra rentabilidad –sin duda– está marcada por la cotización internacional de todo lo que sea commodities, cereales, carne… todo lo que exportamos”.

    “Cuando estos mercados caen, definitivamente nuestros precios siguen esa tendencia, y detrás de eso va la rentabilidad de nuestro sector que, lamentablemente con una carga impositiva como la que venimos soportando, hay que readecuarla, porque si venimos sosteniendo una carga impositiva para precios altos en una situación de mercado deprimido, obviamente que la resultante de esto es la desaparición de muchos productores”. Respecto del aumento de precios de los alimentos, Chemes explicó que “el campo no es formador de precios.

    Nosotros producimos pero los mercados son los que forman precios. Cuando el productor termina de cargar, ahí es donde termina la influencia que pueda tener en la decisión del precio. Los mercados son los que realmente marcan esos valores definitivos, por eso es importante que toda la cadena funcione aceitadamente, de manera seria y en forma armoniosa.

    De lo contrario ocurre lo que históricamente hemos vivido: hay sectores de la cadena que buscan beneficiarse con ciertos y determinados manejos, con lo cual terminan definiendo lo que paga el consumidor que, en general, nunca está de acuerdo con lo que cobra el productor y por eso vemos que hay entre un 300% y un 400% de diferencia en el precio de un kilo de lo que produce el productor y lo que paga finalmente el consumidor”.

    De esta manera, el dirigente insistió en que “ahí es donde hay que ajustar todas estas herramientas, porque si no las dos puntas de la cadena terminan perjudicándose y los eslabones intermedios son los que tienen la posibilidad de transferir esos ajustes, sin que puedan resistirlos los dos extremos de la cadena: productor y consumidor”.

    En este sentido, Chemes se refirió al agregado de valor que muchas veces recibe el producto por parte del intermediario y de esa forma se va ajustando el precio al eslabón que sigue, “pero claramente no es la misma posibilidad que tienen el productor o el consumidor. Yo siempre digo si el consumidor no tiene plata no compra, pero el productor recibe todo ese ajuste de arriba para abajo, porque cuando llega toda esa transferencia de ajustes, el productor no puede decirle a sus vacas que coman menos con la misma capacidad de producción, o decirle a la tierra que va a invertir menos en tecnología o en nutrientes, pero le tiene que dar el mismo rendimiento.

    Es ahí en donde se produce el colapso en la espalda del productor, que termina soportando todo”. Sin embargo, advirtió que “no todo productor está capacitado para convertirse en industrial y poder salir al mercado a vender. Es un proceso que lleva mucho tiempo, mucho aprendizaje y mucho derecho de piso”.

    No obstante, Chemes hizo la salvedad de que hay productos que prácticamente no tienen valor agregado –como el huevo-, pero existen una diferencia de precios en los eslabones del mercado que se va agregando a medida que va llegando al consumidor.

    “Estas son las distorsiones históricas que se han producido en la Argentina y que nunca desde el Gobierno se ha tomado la decisión política de ordenar la cadena para que todo el mundo tenga proporcionalmente una parte de ganancia y, de alguna forma, puedan salir todos beneficiados”. En este aspecto, el ruralista destacó que de esa forma se podría beneficiar al productor más eficiente, ya que “el productor que no es eficiente en estos sistemas termina siendo subvencionado por el que sí lo es. Yo creo que si ordenamos todo esto, el escenario sería sin duda otro”.

    Chemes también se refirió a los problemas logísticos que enfrentan los camioneros debido a la falta de permisos que tienen para ingresar en algunas localidades o provincias por la cuarentena obligatoria establecida por el Gobierno.

    En este sentido, indicó que el tema se abordó en una reunión virtual que mantuvieron los dirigentes de las entidades con el Ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra: “por la Constitución, las provincias son autónomas, por lo cual pueden tomar algunas decisiones; pero tiene que haber una coordinación y un ordenamiento para que no ocurra y no se generen fronteras provinciales, porque de lo contrario vamos a lograr un desabastecimiento.

    Por eso, el funcionamiento de las provincias con sus reglamentaciones tienen que ser muy claras”.

    El día después

    “Van a cambiar muchas cosas, el mundo va a tener grandes cambios”, aseguró Chemes respecto de cómo va a ser el escenario post pandemia, y agregó: “vamos a entrar en un proceso en donde paulatinamente se van a ir produciendo cambios muy importantes a nivel mundial y dentro de eso es donde la producción de alimentos va a empezar a tener un lugar más reconocido por ciertos y determinados sectores de la sociedad.

    Está en nosotros, en nuestro sector, saber comprender este cambio y aprovechar en el buen sentido de la palabra, para generar una comunicación y una empatía con la sociedad mucho mayor a la que necesitamos o tendríamos que tener y eso creo que es una materia pendiente que desde el campo tenemos que poner atención porque si no podemos correr el riesgo de nuevamente quedarnos en la estación viendo pasar el tren y que no se entienda”, sentenció.

    “Vamos a tener que adaptarnos a muchos cambios, va a ser el momento para que la gente entendida en la materia pueda tener su lugar, para generar nuevos escenarios, nuevas oportunidades, porque como en todos van a haber nuevos escenarios y tal vez tengamos la oportunidad nuevamente de que, al ser productores de alimentos como fue históricamente en otros momentos en el mundo, la Argentina pueda tener un lugar preponderante, sobre todo porque tenemos la capacidad de producir alimento para mucha gente y posibilidades para ser más competitivos con los costos respecto de otros lugares del mundo”.

    Al respecto, Chemes aseguró que “la gente nunca va a dejar de alimentarse, puede dejar de vestirse, de pasear, de tener divertimentos, pero nunca de comer, y nosotros somos productores de esa necesidad fundamental”.

    Mesa de enlace

    Al referirse al funcionamiento de la Mesa de Enlace, el ruralista aseguró que “estamos muy bien, tenemos empatía, sabemos trabajar en equipo. Obviamente tenemos nuestras diferencias, visiones… pero somos gente capacitada como para poder acercar y lograr unificación en esas diferencias y poder seguir adelante”.

    El Ministro de Agricultura, Luis Basterra, en plena videoconferencia con los dirigentes de la Mesa de Enlace.
    El Ministro de Agricultura, Luis Basterra, en plena videoconferencia con los dirigentes de la Mesa de Enlace.

    Luego agregó, “tal vez a veces se nos reprocha que somos muy débiles, muy callados. Yo creo que no siempre hay que estar hablando o gritando para mostrar que uno puede ser capaz de lograr una cosa. Creo que la capacidad de un equipo de trabajo se muestra con los hechos. Estamos en un país difícil con situaciones difíciles y no es fácil obtener logros tan contundentes como los que a veces se nos exigen.

    Pienso que hay una muy buena Mesa de Enlace, con mucha capacidad dentro de la gente que trabaja en ella. Porque no sólo están los cuatro presidentes, tenemos todo un equipo atrás de vicepresidentes, de equipo técnico… Insisto en que diariamente tenemos que estar luchando contra desafíos que no son fáciles en un mundo que cada día se torna más difícil”.

    En cuanto a las dificultades que enfrentan los pequeños y medianos productores, Chemes aseguró que “todos los productores deben afrontarlas: grandes, medianos y chicos, pero la realidad es que el mediano y el chico tienen menos herramientas para enfrentar las crisis, fundamentalmente las financieras.

    Por eso digo y siempre insisto en que los gobiernos tienen que tener la visión de que la problemática del campo es para todos los tamaños, pero deben estar muy atentos a lo que necesita el productor mediano y chico, porque si no le brindamos esas herramientas para que pueda defenderse en estas crisis, lo obligamos a que desaparezca del sistema.

    Un productor sin ayuda financiera y sin políticas de incentivo, difícilmente pueda pelear contra un productor con mucho poder económico, que inclusive muchas veces viene de otros sectores que no son específicamente el campo, y que terminan absorbiendo a ese más pequeño.

    La Mesa de Enlace, según Jorge Chemes, posee una gran capacidad para trabajar en equipo.
    La Mesa de Enlace, según Jorge Chemes, posee una gran capacidad para trabajar en equipo.

    Por eso creo que cometemos el error de caminar hacia un nivel de concentración peligrosa donde la producción queda en manos de tres o cuatro… Esto que no se vea con ninguna connotación política, sólo es criterio y sentido común”, sentenció. Finalmente, añadió que “cuando tenemos un alto porcentaje de productores medianos y chicos, no hay duda de que hay que sostenerlos, defenderlos y estar muy atentos para que en el momento en el que tropiezan, en vez de dejar que se caigan, hay que sostenerlos y tratar de ver como se los puede llevar adelante”.

    El dirigente ruralista hizo hincapié en que es necesario cuidar a los pequeños y medianos para mantener la “soberanía alimentaria, ya que corremos serios riesgos de que vengan poderes económicos fuertes y que, insisto, muchas veces ni siquiera responden al sector agropecuario; porque hoy tenemos grandes capitales que, porque es negocio, llegan, invierten y después se van.

    Eso hace que el productor genuino, que hace 40, 50 o 100 años está en esa actividad, tienda a desaparecer al no poder competir con los grandes capitales”. De esta manera, Chemes insistió en que no son muchas las herramientas que hacen falta: “una buena asistencia financiera con créditos –pagables– para que el productor pueda continuar en su actividad e invertir en tecnología, para que pueda actualizarse para poder ser más eficiente y más competitivo y, por otro lado, un tratamiento impositivo adecuado. Son decisiones políticas”.

    El titular de CRA hizo así referencia a que muchos gobiernos provinciales instrumentaron lo que se denomina el crédito a valor producto. “Es la mejor moneda que puede existir para el productor. Esto significa que, si por el ejemplo, el banco me otorga un crédito que equivale a tantos litros de leche, yo le quedo debiendo al banco esa cantidad de producto, por lo tanto tengo una cobertura en la que sé cómo manejarme y con la que tengo previsibilidad.

    Usted me dirá que eso no es negocio para el sector financiero, y yo le digo que sí: se puede armar para que sea un buen negocio para todos. ¿Y por qué digo esto del valor producto? Porque cuando se le presta al productor al valor de lo que produce, no va a comprarse ni departamentos afuera, ni hacer inversiones en el extranjero, ni sacar plata; lo pone en el mismo campo donde está produciendo él y su familia. Creo que es un incentivo importantísimo para que el productor que tiene una capacidad limitada, pueda pasar a otra escala y producir más. Esto significa que produce más, gana más, tiene más ingreso y el Estado también logra más ingreso”.

    El desarraigo en el campo, un problema social y económico

    El ruralista aseguró que la producción agropecuaria genera arraigo en los pueblos y las localidades del interior de país. En este sentido, dio el ejemplo de Racedo, en donde se dio un gran desarrollo urbano desde que se instalaron las empresas del Grupo Motta con la producción avícola.

    “La verdad es que siento una sana envidia cuando paso por ahí, porque veo que esa es la receta y la fórmula que funciona. Entonces, ¿por qué no copiarla?, ¿por qué no buscar esos caminos? El arraigo en el campo es fundamental, hay productores chicos que trabajan con sus familias y que hace años que viven en el campo.

    Si nosotros les generamos condiciones de rentabilidad, le damos una calidad de vida en donde puedan tener buenos caminos, una buena conectividad, es una buena inversión. Yo le puedo asegurar que mucha más gente que hoy vive en el campo se quedaría a vivir en el campo”. Y agregó que “no solo hay que verlo desde el punto de vista económico, porque esto genera problemas sociales.

    Si el productor chico, que trabaja con su familia, mañana se funde y tiene que vender el campo, ese matrimonio termina alquilando una casa en un pueblo y se terminan deprimiendo, porque es un cambio en su sistema de vida que es incomprensible. Los hijos tienen que ir a buscar trabajo afuera y se genera un problema social. Entonces mirémoslo también desde ese punto de vista: estamos ayudándolo al productor, estamos ayudando a la economía del país y también a que no se generen más problemas sociales”.

    General Racedo, Entre Ríos. Desde que Grupo Motta radicó sus empresas en la localidad, el arraigo se hizo presente nuevamente.
    General Racedo, Entre Ríos. Desde que Grupo Motta radicó sus empresas en la localidad, el arraigo se hizo presente nuevamente.

    “Para que los gobiernos vean claramente la importancia del sector agropecuario en lo social y en lo económico de un país hacen falta decisiones políticas. Esto no es nuevo, ni hay que ser un experto en la materia para verlo, yo creo que cualquiera que tenga criterio y sentido común puede verlo… El problema es que muchas veces las decisiones políticas que hacen falta no se llevan adelante, porque hay sectores que no les conviene, que tienen sus negocios atrás de estas decisiones y no permiten que esto avance.

    Por eso creo que desde las entidades, como representantes de los productores, tenemos que insistir claramente que esto tiene que llevarse adelante de alguna manera, tenemos que poner énfasis en las entidades y en generar hasta ese famoso lobby –que a mucha gente le asusta la palabra–, que realmente permita que se lleve adelante y se lleven a cabo estas decisiones que, insisto, son políticas.

    La plata está, los sistemas existen, no hay que inventar nada del otro mundo, ni traer nada de afuera para llevar adelante esto. Es nada más que una decisión política y ordenar estas inversiones para que tenga el efecto de lo que estamos hablando”.