El 2024 ha traído buenas noticias para la avicultura argentina. Tras un 2023 complicado por el cierre de mercados debido a la gripe aviar, las exportaciones de pollo han comenzado a recuperarse. Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), compartió en una entrevista con Adalberto Rossi para “Cátedra Avícola & Agropecuaria” las perspectivas de crecimiento y los desafíos que enfrenta el sector en esta nueva etapa.
Un aspecto fundamental para la recuperación ha sido la apertura de nuevos mercados y la reactivación de otros que se habían cerrado temporalmente. Domenech explicó que actualmente operan en 63 mercados, aunque el acceso a China, que representa un 38% de las exportaciones, sigue pendiente. “Esperamos que las negociaciones en curso con China avancen y podamos retomar las exportaciones a ese mercado tan importante en el corto plazo”, indicó. Además, mencionó la importancia de encuentros como el próximo en Brasilia, donde se espera que el presidente Milei se reúna con su homólogo chino para acelerar este proceso.
La estrategia de diversificación también ha jugado un papel crucial. Durante el cierre de mercados en 2023, CEPA trabajó para mantener los canales abiertos con otros países, como Chile y Vietnam, que han demostrado ser clientes sólidos para productos específicos como las garras y patas de pollo. “Es fundamental entender las preferencias de cada mercado y adaptar nuestra oferta a sus demandas. Lo que es un producto de bajo valor en un lugar, puede ser un producto premium en otro”, comentó Domenech.
Otro punto clave para el sector avícola es la colaboración interinstitucional en la apertura de mercados. Domenech subrayó la importancia de trabajar en conjunto con otras cadenas cárnicas en la mesa de las carnes, promoviendo una visión complementaria en lugar de competitiva. “Las carnes no compiten entre sí, se complementan. En países como Brasil, han logrado unificar sus esfuerzos y llevar carne bovina, porcina y aviar a mercados internacionales bajo una misma estrategia. Este modelo es algo que Argentina debería imitar”, afirmó.
Sin embargo, para lograr una mayor integración y expansión de mercados, es fundamental que Argentina mejore su coordinación entre los diferentes sectores productivos y unifique su discurso. Domenech reconoció que, si bien la avicultura tiene una estructura centralizada y organizada, aún falta mucho trabajo para alinear las estrategias de las demás cadenas cárnicas. “Es un proceso que llevará tiempo, pero es una dirección inevitable si queremos competir en el mercado global con éxito”, añadió.
En conclusión, la industria avícola argentina muestra signos claros de recuperación y crecimiento, con un enfoque en la diversificación y la apertura de nuevos mercados. La consolidación de estos avances dependerá de la capacidad del sector para adaptarse a las demandas internacionales, fortalecer su infraestructura de bioseguridad y, sobre todo, trabajar en conjunto con otros sectores para presentar una oferta cárnica integral y competitiva en el mercado global.