Prevenir y diagnosticar es una de las bases para poder obtener buenos resultados en la producción. “Vamos todos hacia una avicultura de precisión, en donde las decisiones se toman basadas en el conocimiento y no en la intuición”, aseguró la Gerente de la Unidad de Negocios de HIPRA, MV Marina Ponti. “Es muy importante trabajar a conciencia y tener una idea de dónde estamos parados. Es relevante saber con qué datos se cuenta y cómo se los interpreta, especialmente en las enfermedades como el TRT, que actúa en el complejo respiratorio y complicantes”, destacó.
“Es ideal tener a un profesional que pueda asesorar y guiar, pero lo bueno es que el productor tenga una idea y sepa dónde está parado”, dijo. En este sentido, Ponti destacó que “la pandemia nos empezó a generar una conciencia sanitaria que no teníamos a nivel comunidad y a nivel productor”.
En el caso del pneumovirus, la especialista dijo que es un virus de seroconversión lenta, “esto significa que los anticuerpos que se producen en la sangre, se generan de manera lenta y su detección puede llevar semanas, a diferencia de otras enfermedades”. Esto conlleva en qué en lotes no vacunados uno se puede confundir a la hora de interpretar los resultados en un análisis y lo resumió: “Si la enfermedad es de gallina a gallina, de forma natural, la detección es aún más lenta”.
En un análisis de Elisa tenemos algunos datos para mirar con atención cuando se analiza esta enfermedad. Si el rango de anticuerpos que se registra es con un coeficiente de variación muy amplio, significa que tenemos dentro de un lote animales en diferentes momentos de exposición al metapneumovirus. “Lo que vemos en postura comercial en la Argentina es que cuanto más joven es la gallina, más amplio es el rango porque se encontraron menor cantidad de aves con el virus y a medida que pasan las semanas todas las gallinas seroconvierten dado que el virus está presente en el galpón.En estos casos donde no hay plan de vacunación conteniendo el virus de campo, en momentos de stress puede generar afección en la producción”, indicó.
A su vez, Ponti detalló que es una enfermedad que está muy presente en el país y que desde Hipra se realizó un trabajo de más de 200 muestras “en donde se ve que en ponedoras comerciales que no se vacunan, el 80% de los lotes son positivos”.
En el caso de los parrilleros, como viven pocas semanas, no se alcanza en todos los casos a detectar los anticuerpos en un análisis. “La contaminación bacteriana en este caso es muy frecuente, ya que hay un vacío sanitario menos que en reproductoras por ejemplo y otras medidas de bioseguridad. Entonces, en un pollo parrillero que es afecto por el pneumovirus, se abre una ventana y otros virus y bacterias pueden generar más daño. El cuadro se hace evidente cuando aparecen estas complicantes dando el síndrome de cabeza hinchada que todos conocemos o complejo respiratorio. Con lo cual, el productor se enfrenta a mortalidad y morbilidad alta”, alertó y añadió que “por esta razón hay que estar atentos en el próximo lote y trabajar con la toma de muestra para PCR apenas comienzan los signos o esperar a la faena para realizar el ELISA. En este último si se detectan uno o dos animales positivos en un análisis, se considere esa positividad”.
Respecto de la vacunación, Ponti apuntó a que en los casos de pollo de engorde, en donde se trabaja con vacunas vivas, “vamos a ocupar la mucosa del tracto respiratorio y así evitamos que el pneumovirus de campo genere el daño en el epiterio. La vacuna es un virus atenuado y no va a generar lesión y no vamos a encontrar anticuerpos circulantes”. En tanto, en reproductoras y ponedoras, indicó que se aplica de la misma forma en la etapa inicial, “pero luego se trabaja con la vacunación inactivada por lo que sí aparecerán los anticuerpos circulantes. En ese momento puedo evaluar cómo fue mi vacunación, ya que el tiempo en que las aves hacen contacto con el virus por ser vacunal es el mismo, eso reduce el coeficiente de variación que hablamos antes y genera títulos protectivos y uniformes en las aves. También podemos evaluar el desafío de campo que tengo porque también va a incidir en mi análisis de ELISA corriendo el histograma a la derecha” y agregó que “con este método de vacunación inactivada con HIPRAVIAR TRT se busca proteger el oviducto y por lo tanto el huevo”.
Como punto de partida, Ponti recomienda basarse en tres pilares: la clínica compatible (que va desde un lagrimeo hasta cabezas hinchadas y cuadros bacterianos avanzados), producción afectada y poder hacer un método complementario donde apoyarse para el diagnóstico confirmatorio. “Medir es la clave para saber dónde está oportunidad de mejora. Armar una línea base de ELISA es el punto de partida para cualquier productor. Una línea base es tomar fotos en los distintos momentos de la producción y saber cuáles son los títulos normales en mi granja. Esto es muy importante para proteger a las aves a la medida de cada desafío y actuar más rápido frente a un desvío”, concluyó la especialista.