En la producción avícola existen aspectos fundamentales a los que se les debe prestar atención para reducir cualquier contaminación bacteriana perjudicial y así ayudar a prevenir la salmonella.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, la salmonella es causante de aproximadamente 1 millón de enfermedades transmitidas por alimentos cada año en dicho país, incluidas 19 mil hospitalizaciones y más de 300 muertes. Los síntomas más comunes de una infección por salmonella son diarrea, fiebre y dolores abdominales.
Las infecciones graves por salmonella tienen más probabilidades de presentarse en los menores de 5 años o mayores de 65, o en aquellos con sistemas inmunes debilitados (como diabéticos o pacientes con cáncer). Aunque la enfermedad de la salmonella es con frecuencia el resultado de una preparación inadecuada de los alimentos, o de varios otros factores, los productores o los dueños de granjas avícolas pueden ayudar a reducir este riesgo a través de buenas prácticas de manejo.
Entre las fuentes potenciales de contaminación bacteriana se incluyen:
- Aves silvestres / plagas (ejemplo: escarabajos, moscas o roedores).
- Agua.
- Visitantes.
- Higiene.
En la producción avícola existen 8 aspectos fundamentales a los que se les debe prestar atención para reducir cualquier contaminación bacteriana perjudicial y así ayudar a prevenir la salmonella.
1. Granjas limpias y medidas de bioseguridad: La contaminación residual por parte de lotes anteriores es una causa común de salmonella en aves. Por lo que puede ayudar a reducir la prevalencia de salmonella la limpieza de las áreas que las aves suelen tocar (comederos o bebederos) o que frecuentan en el galpón, antes de que lleguen y después de que se vayan. La bioseguridad efectiva y el control de plagas también son clave para evitar la contaminación en el establecimiento avícola.
2. Alimentación: Los granos y los ingredientes del alimento balanceado contaminados pueden aumentar el riesgo de salmonella en la dieta final. Utilice alimento peletizado al calor y fuentes de alimentación provenientes de plantas de fabricación de alimento balanceado que mantengan estrictos estándares de calidad.
3. Manejo del agua: El manejo del agua es parte fundamental para cualquier programa de control de salmonella, ya que el agua sirve como medio para que los organismos se propaguen de ave en ave. La cloración, así como el uso de ácidos orgánicos en el agua potable, pueden ayudar a reducir los niveles de salmonella en el lote.
4. Polvo: Como el agua, el polvo también puede favorecer la propagación de salmonella. Tratar de mantener los niveles de polvo en y en los alrededores de la granja por debajo de los 3 miligramos por metro cúbico.
5. La gestión de la cama de las aves y de las heces con altos niveles de humedad y pH permite que la salmonella no se propague.
6. Manejo de la microbiota intestinal: Establecer y mantener una correcta microbiota intestinal, posterior a la eclosión, es fundamental para mitigar la contaminación por salmonella. Los programas que incluyen el uso de probióticos, ácidos orgánicos, enzimas y tecnologías de levadura; han demostrado ser efectivos para mantener una óptima salud intestinal. Varios productos de Alltech apoyan a la salud intestinal: Sel-Plex®, Bioplex®, Allzyme® SSF, Bio-Mos® oYea-Sacc®.
7. Coccidiosis: Los desafíos intestinales causados por una pobre integridad gastrointestinal pueden tener un mayor impacto en los niveles de salmonella de los pollos de engorde. Por lo que un manejo integral de la coccidiosis debe ser parte de todo programa de control de salmonella.
8. Vacunación: El uso de vacunas, especialmente a nivel de aves reproductoras, tiene el potencial de reducir la prevalencia de salmonella entre pollitos de un día de vida. Solo se tiene que adquirir pollitos de un proveedor confiable. Si bien las vacunas pueden aplicarse a las aves de corral, se debe contactar a un veterinario avícola para que diseñe un programa adecuado para la producción.
Limpieza e higiene personal para su seguridad
Las personas pueden enfermarse por comer carne o huevos infectados con salmonella, o por tocar a aves o instalaciones infectadas. Las aves pueden transportar la salmonella sin mostrar ningún síntoma o signo de la enfermedad. Sin embargo, afortunadamente existen varios factores que pueden aumentar la protección:
- Siempre lávese las manos con agua y jabón (o use un desinfectante para manos) inmediatamente después de tocar a las aves, su alojamiento, los huevos o la carne. A los visitantes se les tiene que exigir hacer lo mismo.
- No permita que las aves de su granja entren a su hogar, especialmente donde se preparan, sirven o almacenan alimentos o bebidas.
- Utilice un par de calzado específico –uno que no use en otros lugares– cuando esté ocupándose o visitando a las aves. Deje el calzado afuera y solicite a los visitantes hacer lo mismo. Las botas de caucho son una opción común.
- No coma ni beba en los establecimientos avícolas.
- No bese ni abrace a las aves de su producción y luego toque su cara o boca.
- Cuando limpie los equipos o los materiales que utiliza para la producción o el cuidado de sus aves, hágalo en la intemperie, no adentro.
- Cualquier persona con un sistema inmune potencialmente débil no debe tocar a las aves.
- Adquiera aves jóvenes de incubadoras inspeccionadas por el gobierno o de proveedores de confianza que tengan un programa sanitario.
- Mantenga las instalaciones limpias y recolecte los huevos con frecuencia.
- Limpie los huevos sucios con un papel de lija fino, un cepillo o un trapo. Pero NO lave los huevos con agua fría, ya que esto podría hacer que entre al huevo las bacterias de la salmonella que se encuentran en la cáscara.
- Refrigere los huevos después de recolectarlos y cocínelos bien antes de comerlos
Para ampliar las declaraciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, relacionadas con la salmonella en las aves de corral, muchas de estas precauciones también deben aplicarse cuando se visita una tienda de alimento balanceado o al minorista que vende pollitos, pavos y/o patos de un día. Muchos de estos establecimientos están ahora encerrando a las aves para disminuir su manejo, pero sigue siendo una buena idea lavarse y/o desinfectarse las manos antes de salir de la tienda.
Asimismo, tome precauciones adicionales al cocinar o procesar el pollo crudo. Trate de evitar la exposición del pollo crudo a temperaturas superiores a los 40 grados Fahrenheit (5° centígrados), por ejemplo, dejando el pollo crudo en la mesa de la cocina. Siempre cocine la carne completamente, use un termómetro para carne con el fin de asegurarse de que se cumpla con la temperatura adecuada y desinfecte las superficies donde se almacenó o preparó la carne. La temperatura interna segura para el pollo cocido es de 165° Fahrenheit (75° centígrados).
Para obtener más información sobre este tema, consulte los siguientes artículos de la CDC