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    La visión de Leo Sarquis para el agro Argentino

    Leo Sarquis, Director de CONFIagro, comparte su perspectiva sobre el futuro del agro argentino bajo el gobierno de Javier Milei. En una entrevista con Adalberto Rossi, Sarquis analiza los avances macroeconómicos, las expectativas del sector agroindustrial y la necesidad de reglas claras para potenciar la competitividad en el mercado global.

    El sector agroindustrial en Argentina se enfrenta a un momento crucial, donde las expectativas de cambio chocan con las realidades de una estructura impositiva pesada y una falta de previsibilidad que ha afectado al campo durante décadas. En una reciente entrevista en el programa Cátedra Avícola & Agropecuaria, el Ingeniero Agrónomo Leo Sarquis, Director de CONFIagro y exfuncionario, destacó el coraje del gobierno de Javier Milei para abordar problemas macroeconómicos que afectan directamente al agro, pero subrayó que aún queda un largo camino por recorrer.

    Sarquis explicó que, aunque el gobierno ha demostrado determinación al reducir el gasto público y buscar el equilibrio fiscal, el sector agroindustrial necesita señales más concretas en materia de derechos de exportación y reformas impositivas. “La macro es importante, pero el campo necesita certezas para poder planificar a largo plazo”, afirmó. La falta de previsibilidad y reglas claras ha sido un problema persistente para el agro argentino, un sector que depende tanto de factores externos como el clima, como de decisiones políticas internas.

    Uno de los puntos que Sarquis destacó es el apoyo general del sector al gobierno, pese a las dificultades actuales. “El agro sigue siendo la principal esperanza para la economía argentina, pero es necesario que el gobierno comience a ofrecer señales claras”, indicó. A medida que se acerca el último trimestre del año, la exigencia por una mayor certidumbre y una reducción en las retenciones se intensifica.

    El director de CONFIagro también mencionó la necesidad de abordar los problemas impositivos no solo a nivel nacional, sino también en los municipios y provincias, donde las cargas fiscales suelen ser igual de perjudiciales. “Un trabajo coordinado entre las distintas jurisdicciones podría cambiar radicalmente la vida de los pueblos y las economías locales”, afirmó. Esta descentralización es clave para liberar el potencial del agro y generar un impacto positivo en las comunidades rurales.

    Sarquis no dejó de lado el impacto que la crisis internacional tiene en la agricultura. Con la guerra entre Rusia y Ucrania afectando el suministro global de alimentos y energía, Argentina tiene una oportunidad única para posicionarse como un actor clave en la exportación de productos agropecuarios de alta calidad. Sin embargo, subrayó que es vital no solo abrir mercados, sino también llenarlos. “El mundo está en crisis, pero eso puede convertirse en una gran oportunidad para nosotros si hacemos las cosas bien”, agregó.

    En cuanto a la competitividad internacional, Sarquis explicó que Argentina tiene el potencial para abastecer tanto al mercado interno como al externo, pero la falta de un tipo de cambio adecuado y la persistencia de las retenciones limitan las oportunidades de expansión. A modo de ejemplo, mencionó la industria del huevo y del pollo, donde existe un gran potencial exportador que no se puede aprovechar plenamente debido a la falta de competitividad en términos de tipo de cambio.

    Otro tema fundamental abordado por Sarquis fue el de la innovación en el agro. La biotecnología y la bioeconomía están transformando la manera en que se producen y procesan alimentos en todo el mundo, y Argentina debe estar a la vanguardia de este cambio. “El valor agregado no solo está en el producto terminado, sino también en lo que obtenemos de los procesos primarios, como los subproductos agrícolas que pueden convertirse en nuevos insumos”, afirmó Sarquis, haciendo hincapié en la necesidad de una mayor inversión en investigación y desarrollo.

    Además, destacó la importancia de las campañas de educación alimentaria y de consumo interno, mencionando casos exitosos como el de Chile, donde las políticas públicas han promovido el aumento en el consumo de frutas y verduras. En Argentina, el consumo de productos como pescado y hortalizas sigue siendo bajo, y Sarquis señaló que una mejor comunicación y educación podrían cambiar esa realidad. “El agro tiene que aprender a comunicar mejor sus logros y productos al público en general”, recomendó.

    Finalmente, Sarquis concluyó su análisis con una nota de optimismo, señalando que, aunque los desafíos son muchos, el agro argentino siempre ha demostrado ser resiliente. Si el gobierno logra estabilizar la macroeconomía y comenzar a ofrecer un marco regulatorio más predecible, el campo estará listo para responder de manera rápida y eficaz. “El potencial del agro es ilimitado, pero necesitamos un entorno más favorable para poder desatarlo”, afirmó.