El objetivo es alcanzar el pico de ventas de 2012, con una facturación que en ese momento llegó a los 250 millones de dólares. Se trabajarán líneas de crédito para prefinanciar operaciones en el exterior.
El Gobierno nacional trabaja en una serie de medidas para impulsar las exportaciones de maquinaria agrícola, tanto en países limítrofes como en mercados con gran potencial de desarrollo como África. Junto al Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Cancillería ultima los detalles de líneas de financiamiento, orientadas a la prefinanciación de exportaciones y la compra de implementos.
En materia de comercio exterior, el año 2012 representó el pico de facturación de este sector, con ventas por 250 millones de dólares, de acuerdo a estadísticas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). A partir de ese momento, se generó un punto de inflexión y las operaciones cayeron, hasta llegar al piso de los 60 millones de dólares el año pasado.
Además de engrosar el ingreso de divisas, el Estado busca ampliar la mirada al pensar en el rubro metalmecánico. “La maquinaria agrícola la incluimos como parte de la competitividad del sector agro argentino”, explicó Pablo Sívori, Subsecretario de Promoción de Comercio e Inversiones de Cancillería. En diálogo con No Pasa Nada, por FM Concepto, el funcionario reforzó la idea que detrás de las exportaciones de commodities emblemáticos como soja o maíz, subyace una capacidad de innovación y desarrollo tecnológico que es transversal a toda la cadena de valor agroindustrial.
Sívori remarcó que para sostener la calidad de la producción y el servicio postventa que caracterizan a la cadena de valor metalmecánica, junto a la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), trabajan en una estrategia de internacionalización de estos productos, cuyos buques insignia son las sembradoras y el sistema de acopio en silobolsas, una tecnología argentina que trascendió fronteras.
En América Latina, la estrategia de trabajo conjunta con el BICE se enfoca en mercados con demandas puntuales y concretas, como Bolivia, Uruguay y Colombia. En los dos últimos destinos, se han llevado a cabo rondas de negocios, que apuntan a generar posibilidades de financiamiento, en dos direcciones. Por un lado, una línea crediticia estará destinada a la prefinanciación de exportaciones. “Las empresas necesitan capital de trabajo y ya hay líneas en curso”, reconoció el Subsecretario, quien además agregó: “en los próximos tres años, apuntamos a llegar a los niveles de 2012”.
En paralelo, los esfuerzos conjuntos se concentran en general alianzas entre el BICE y los bancos latinoamericanos, para que esas entidades en donde los potenciales compradores puedan tomar líneas de crédito para la adquisición de maquinaria. Además de generar dólares, la idea en el mediano y largo plazo del Gobierno radica en diversifica la matriz exportadora del campo. “Además de maquinaria, se debe vender el know how del paquete tecnológico de siembra directa”, puntualizó.
Entre los años 2016 y 2019, la industria nacional observó un incremento gradual en las importaciones en rubros con fuerte tradición local como las sembradoras, situación que impactó de lleno en las fábricas nacionales. De acuerdo a un trabajo elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Industria Nacional (Cedin), en 2017 el ingreso de sembradoras extranjeras creció un 168%, mientras que en pulverizadoras ascendió un 90%. Consultado por este tema, Sívori fue categórico: “la política de este Gobierno es la de reindustrializar el país y generar posibilidades de empleo y desarrollo”.
En el ámbito doméstico, y de acuerdo a estadísticas de Cafma, las fábricas cerraron el año pasado con un incremento de 30% en sus ventas respecto de 2019. Tras un comienzo de año complejo para este sector, en donde las operaciones cayeron por efecto de la pandemia, desde el segundo trimestre del año crecieron un 6%, mientras que repuntaron un 20% en tercero.
Para este año, el incremento en las proyecciones de cosecha y la tendencia alcista de los granos en Chicago permiten visualizar un año con viento en popa para este eslabón. Por el momento, los fabricantes reconocen que han vendido –con variaciones de acuerdo al rubro-toda su producción hasta mitad de año.