Pollolín, la empresa avícola más austral del mundo, ubicada en la Patagonia argentina, ha logrado destacarse por su compromiso inquebrantable con la calidad y la innovación. Entrevistado por Adalberto Rossi, en el programa “Cátedra Avícola & Agropecuaria” emitido por LED.FM, Juan Montero, Director de Pollolín, compartió la inspiradora historia de esta empresa familiar fundada por Roberto Maionchi y llevada adelante por tres generaciones.
Montero señaló cómo Pollolín enfrenta los desafíos de producir en un clima hostil, rodeado de bosques reforestados por la propia familia. “La calidad no se negocia”, afirmó, explicando que la empresa se ha mantenido firme en su decisión de no aditivar el pollo, lo que resulta en un producto de sabor y calidad superior.
A pesar de haber comenzado su carrera en el mercado de capitales, Montero decidió unirse a la empresa familiar en 2021 para aportar su conocimiento en finanzas y gestión. “Sentí que era el momento de ayudar a la familia”, comentó. Desde entonces, ha trabajado en la modernización y eficiencia de la empresa, implementando tecnologías avanzadas y mejorando la gestión de la información.
Uno de los aspectos a destacar de Pollolín, es el uso de la red ferroviaria para el transporte del alimento balanceado desde Bahía Blanca hasta Río Negro. “El tren es más económico y amigable con el medio ambiente”, explicó Montero, destacando que esta forma de transporte reduce significativamente los costos y las emisiones de carbono.
Pollolín también se ha enfocado en el retail como su principal canal de distribución, trabajando con casi todas las cadenas de supermercados de la Patagonia y algunos canales en Buenos Aires. “La Patagonia concentra el 6% de la población nacional, pero representa el 15% de las ventas de supermercados a nivel nacional”, señaló Montero, subrayando la importancia de este canal para la empresa.
La transición generacional en Pollolín ha sido fundamental para su crecimiento y éxito. “Producir en la Patagonia es muy lindo y apasionante, pero también muy desafiante”, dijo Montero. La familia ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías y métodos de producción, manteniendo siempre el foco en la calidad y la eficiencia.
Montero también resaltó la importancia de la unidad familiar para enfrentar las adversidades. “La relación familiar siempre fue muy fuerte y lo sigue siendo. Esa es una de las grandes ventajas que tiene Pollolín”, afirmó. La tercera generación de la familia Maionchi continúa trabajando junta para asegurar la continuidad y el éxito de la empresa.
El directivo de Pollolín dejó claro que la pasión y el compromiso de la familia Maionchi son los pilares sobre los que se ha construido la empresa. “Pollolín es más que una empresa, es una familia unida por el amor al trabajo y la calidad”, concluyó Montero.
Pollolín no solo ha logrado sobresalir en el competitivo mundo de la avicultura gracias a su enfoque en la calidad y la innovación, sino que también ha demostrado que una sólida base familiar puede ser la clave para superar cualquier desafío. Con la tercera generación en la dirección de la compañía, y un compromiso continuo con la excelencia, el futuro de Pollolín parece estar asegurado.