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    Reducción del impuesto PAÍS: ¿Qué podemos esperar en la economía argentina?

    El economista Héctor Arese analiza la reciente reducción del 10% del Impuesto PAÍS sobre las importaciones y sus posibles efectos en los precios al consumidor, la competitividad de la industria nacional y el escenario económico general de Argentina.

    La reciente decisión del gobierno de reducir un 10% el Impuesto PAÍS sobre las importaciones ha generado un intenso debate sobre su impacto real en la economía argentina. En una entrevista con Adalberto Rossi en el programa radial “Cátedra Avícola & Agropecuaria,” el economista Héctor Arese ofreció una perspectiva detallada sobre lo que esta medida podría significar para el mercado y para los consumidores en el corto y mediano plazo.

    Arese comenzó aclarando que, aunque la reducción del impuesto es un paso positivo, sus efectos no se verán reflejados de manera inmediata en las góndolas. “El efecto no va a ser inmediato”, explicó. “Los productos que ya están en el mercado fueron importados con el impuesto completo, por lo que los beneficios de esta reducción solo se verán cuando nuevos productos ingresen al país bajo la nueva tasa.”

    Uno de los puntos destacados por Arese es que la disminución del impuesto podría tener un impacto importante en la desaceleración de la inflación, más que en una baja directa de precios. “No creo que veamos una baja significativa en los precios, pero sí podría ralentizar cualquier intento de aumento”, señaló. Esto se debe, en parte, a que los insumos importados utilizados en la producción local serán más baratos, lo que podría aliviar parte de la presión sobre los costos de producción.

    Sin embargo, Arese también advirtió sobre un posible desequilibrio entre los productos importados y los de fabricación nacional. “El producto importado va a estar un 10% más barato, mientras que los productos nacionales seguirán enfrentando una presión impositiva alta, como el impacto de ingresos brutos que puede llegar hasta el 13%”, comentó. Esto podría afectar la competitividad de la industria local, que ya enfrenta desafíos significativos debido a la carga impositiva y otros costos asociados, como los juicios laborales.

    Otro aspecto que Arese consideró fue la exclusión del impuesto a los gastos en el exterior de esta medida. Si bien la reducción del Impuesto PAÍS es un alivio para el sector productivo, muchos consumidores siguen enfrentando altos costos cuando realizan compras en el extranjero. Arese sugirió que, aunque esta cuestión es relevante, la prioridad debe ser impulsar la producción y la competitividad interna. “No me voy a preocupar si cuando viajo tengo que pagar más por mis compras en el exterior. Lo importante ahora es poner a trabajar a la Argentina”, subrayó.

    En resumen, la reducción del 10% del Impuesto PAÍS sobre las importaciones es una señal clara de la intención del gobierno de fomentar la producción y mejorar la competitividad. Sin embargo, su impacto real dependerá de cómo esta medida se articule con otras políticas económicas que aborden los desafíos estructurales que enfrenta la industria argentina. Como Arese concluyó, “hay que meterle mucho motor a la producción nacional y enfocarse en las prioridades que realmente pueden reactivar la economía.”